Street Fighter vuelve a la gran pantalla con un tráiler que desata el hype y presenta un reparto tan ambicioso como inesperado
Hay anuncios que conectan directamente con la nostalgia colectiva, y el nuevo tráiler de la película Street Fighter lo hace sin rodeos. Presentado durante los Game Awards, el avance del esperado largometraje de acción real pone el foco en su reparto coral y confirma su estreno para el 16 de octubre de 2026. El mensaje es claro: Legendary y Paramount quieren convertir este proyecto en un evento global, recuperando el espíritu competitivo y exagerado que convirtió a la saga de CAPCOM en un icono cultural.
Un reparto que mezcla artes marciales, carisma y puro espectáculo
El tráiler destaca especialmente por su casting, uno de los aspectos más comentados desde el anuncio del proyecto. Andrew Koji encarna a Ryu con una presencia sobria y contenida, mientras que Noah Centineo aporta un contraste más impulsivo como Ken Masters. Juntos vuelven a ser el eje emocional de la historia, dos luchadores separados por el tiempo y las decisiones, obligados a reencontrarse en el torneo más peligroso de sus vidas.
Callina Liang aparece como Chun-Li, el catalizador que empuja a ambos de vuelta al combate. Su papel se perfila como algo más que el de una simple aliada: es el detonante de una conspiración que va mucho más allá de un torneo de artes marciales. A su alrededor, el reparto se expande con nombres tan llamativos como Jason Momoa como Blanka, David Dastmalchian como M. Bison y Roman Reigns como Akuma, una elección que ya está generando debate por su presencia intimidante.
Entre las incorporaciones más sorprendentes están Cody Rhodes como Guile, Curtis “50 Cent” Jackson como Balrog y Orville Peck como Vega, un casting que abraza sin complejos el exceso y la personalidad extrema que siempre definieron a la franquicia. No es una adaptación tímida: es Street Fighter llevada al límite.
Una historia ambientada en los noventa que mira de frente al legado
La trama se sitúa en 1993, una decisión que no parece casual. Es el año en el que Street Fighter II estaba en su apogeo, dominando salones recreativos y cimentando el mito de los World Warriors. En la película, Ryu y Ken, distanciados desde hace tiempo, son reclutados para participar en el World Warrior Tournament, un enfrentamiento brutal que esconde una conspiración mucho más oscura.
El conflicto no es solo físico, sino emocional. Ambos deben enfrentarse a su pasado, a sus errores y a la sombra de figuras como M. Bison, que amenaza con convertir el torneo en algo mucho más peligroso que una simple competición. El tráiler sugiere traiciones, enfrentamientos directos entre antiguos aliados y una escalada de violencia que recuerda al tono exagerado y teatral de los juegos.
Una producción pensada como punto de partida para algo mayor
Este Street Fighter no es una película aislada. Es el primer proyecto que se estrenará bajo el nuevo acuerdo de distribución entre Paramount Pictures y Legendary Entertainment, un movimiento que refuerza la idea de franquicia a largo plazo. Legendary posee los derechos cinematográficos y televisivos desde 2023, y todo apunta a que este film será la piedra angular de futuros proyectos relacionados con el universo de CAPCOM.
La dirección corre a cargo de Kitao Sakurai, conocido por su trabajo en comedia y sátira, una elección curiosa que puede aportar un enfoque distinto al tono de la película. El rodaje comenzó en Australia en agosto, y el cambio de distribuidora retrasó su estreno hasta 2026, pero también parece haber dado al proyecto más margen para afinar su identidad.
Street Fighter como espectáculo total, sin complejos
Lo que deja claro el tráiler es que esta adaptación no busca realismo extremo. Busca energía, personajes reconocibles, combates memorables y una estética que abrace el exceso. Es una carta de amor a los fans de siempre, pero también un intento de presentar Street Fighter a una nueva generación desde el cine de gran presupuesto.
Después de adaptaciones irregulares en el pasado, esta nueva película parece entender mejor qué hace especial a la saga: luchadores carismáticos, rivalidades intensas y un torneo donde cada combate es una declaración de intenciones. Si logra equilibrar fidelidad y espectáculo, puede convertirse en una de las adaptaciones de videojuegos más comentadas de la década.
