Reseña de Delta Oscuro Vol.4 y Vol.5: caos, acción oscura y el conflicto final entre Delta y el mundo humano – Editorial Ivrea
Los volúmenes 4 y 5 de Delta Oscuro marcan el tramo más intenso, desbordado y emocional de la serie creada por Alpa. Publicados por Ivrea en castellano, estos tomos profundizan en el conflicto entre los habitantes de Delta y el mundo humano, llevando la historia a un punto de no retorno donde la caída, la traición y la desesperación conviven con destellos de humor negro y caos controlado. Si algo caracteriza a esta serie es su identidad híbrida: una mezcla de acción oscura, sátira social y personajes que oscilan entre lo excéntrico y lo trágico. En estos volúmenes, esa mezcla estalla definitivamente.
Sus cuerpos artificiales empiezan a quedarse sin energía, exigiendo decisiones desesperadas en un entorno que jamás los ha aceptado. Alpa retrata esta tensión con un ritmo vertiginoso, reforzando la atmósfera de desorientación que envuelve a los protagonistas, ya atrapados entre dos mundos que parecen colapsar a la vez.
En medio de este deterioro físico y emocional surge Kayu, un personaje clave cuya habilidad para manipular a multitudes evoca las distopías más corrosivas del género. Su presencia no solo desencadena batallas frenéticas, sino que expone grietas profundas en las políticas de Delta: manipulación, control y una estructura social construida sobre energías extraídas de formas cuestionables.
Los volúmenes permiten ver con mayor claridad la decadencia ética de Delta, un sistema dispuesto a sacrificar cualquier cosa con tal de mantenerse en pie. Este enfoque, que recuerda en cierto modo al espíritu subversivo de Dorohedoro, convierte a Kayu en un catalizador que empuja los acontecimientos hacia la inevitable guerra total.
Los seguidores de Némesis, cada vez más radicalizados, cometen sabotajes y atentados que arrastran tanto al reino humano como al de Delta hacia un conflicto que ninguno puede permitirse. En contraste, Aurora —una antiheroína que brilla por su caótico pragmatismo— empieza a colaborar con humanos para impedir la resurrección del fundador de Delta, la amenaza final que se cierne sobre ambos mundos.
Su evolución en estos tomos concentra el corazón emocional de la historia: sigue siendo un personaje imprevisible, irreverente y a veces cómicamente destructivo, pero también revela un compromiso inesperado con la idea de que puede existir una versión mejor del mundo. Más que una heroína clásica, Aurora funciona como un vector de cambio: alguien que actúa no por moralidad pura, sino por intuición, aburrimiento o simple afán de romper las reglas.La narrativa de Alpa en estos volúmenes combina momentos de acción desenfrenada con pasajes donde el humor negro suaviza (o intensifica, según se mire) el desastre. Sin embargo, este enfoque puede llevar a una sensación de velocidad excesiva: escenas cruciales se condensan, conflictos se resuelven entre capítulos y el ritmo, aunque electrizante, a veces parece luchar contra el propio límite editorial.
Esto se aprecia especialmente cuando la historia se acerca a su final definitivo en el capítulo 35, un desenlace que en la publicación original fue considerado abrupto. Aunque Ivrea reúne aquí los tomos 4 y 5 para ofrecer continuidad, la prisa con la que se precipita el clímax es palpable. La batalla final de Aurora contra Vortex apenas ocupa unas páginas, y las consecuencias posteriores se resumen casi como un epílogo acelerado.
Aun así, estos tomos mantienen intacto lo que hizo especial a Delta Oscuro: worldbuilding fascinante, ideas atrevidas, personajes con diseños memorables y una atmósfera única que mezcla ruina tecnológica, sátira social y acción grotesca. Incluso con limitaciones visuales en algunas batallas —un punto mencionado con frecuencia por lectores originales—, Alpa consigue transmitir una sensación de caos vibrante, de mundo al borde del colapso, de sociedades que se vienen abajo mientras sus habitantes buscan sentido entre escombros.
La despedida deja un sabor agridulce. No solo porque el final se siente recortado, sino porque el potencial del universo de Delta Oscuro se intuye mucho mayor que lo mostrado. Aurora, especialmente, es un personaje que merecía más tiempo, más misiones absurdas en el mundo humano, más caos y más irreverencia. Sin embargo, incluso con su cierre prematuro, la serie se mantiene como una lectura singular, diferente y llena de personalidad: un experimento narrativo con alma de comedia negra y corazón de tragedia distópica.

