Título: Karate a muerte en
Torremolinos
Año: 2003.
Duración: 79 gloriosos minutos.
País: España.
Director: Pedro Temboury.
Guión o lo que sea: Pedro Temboury y Pablo Álvarez Almagro
Pusieron pasta para este desaguisado: Tomás Cimadevilla,
Belen Atienza y Pedro Temboury.
Actores: Un montón de gente que pasaba por el barrio.
El otro
día tuve oportunidad de ver por primera vez una de las más grandes películas de
culto del cine español, una película cuya fama sobrepasa fronteras, o no, y que
te hace pensar en que, quizás, este sería un mundo mejor que no hubiese cámaras
de video al alcance de todo el mundo. Me refiero a esa apología a lo épico
llamada Kárate a Muerte en Torremolinos.
Considerada la peor película jamás
estrenada en un cine español, básicamente porque Robovampiro jamás llego a la
gran pantalla.
En este
review no hablare de técnicas de filmación, pues la película carece de ellas,
ni de la filmografía de sus actores, pues ninguno de los criminales
iluminados que trabajan en esta pedazo de mierda obra de arte es digno
de llamarse así.
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Fetichismo en estado puro. |
Os diré
que Kárate a Muerte en Torremolinos es una película que ya ves la portada y
piensas “Necesito verla”. Y con eso
quiero decir que si sufres una lesión cerebral quizás dudas entre querer verla
o escapar a otro país. Pero al final triunfa la falta de sentido común y la ves
porque es una de esas cosas que hay que hacer una vez en la vida. Posiblemente
sea la última que hagamos, pero ¿Quién dijo miedo?
Así que
tras luchar contra nuestro instinto de supervivencia y atrevernos a colocar el DVD
de Kárate a Muerte en Torremolinos, apretamos el botón de Play y… ¿Que nos
encontramos? ¡Toda una orgia de sensaciones que harán que nuestras neuronas opten por la eutanasia!
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El Doctor Malvedades bailando flamenco. |
Nuestra
historia comienza en el año 2000, momento en que el paraíso de sol y arena que
es Torremolinos se convierte en el escenario elegido por el Doctor Malvedades (malvado, megalómano y argentino) para
realizar un poderoso ritual y devolver a la vida a Jocántaro, un poderoso guerrero mitad pulpo y mitad centollo de una antigua raza submarina
responsable de la extinción de los dinosaurios.
Para
llevar a cabo su maléfico plan,
Malvedades se desplaza a apenas cien metros de la costa para sacrificar
al conductor de la zodiac de alquiler en la que viaja para así resucitar a un
grupo de cuatro poderosos ninjas
karatekas zombi que, no te lo pierdas, murieron ahogados en las costas de Málaga
mientras ejercían de mercenarios durante la segunda guerra mundial. Eso va a
ser que les sentó mal le ensaladilla rusa de algún chiringuito o que se metieron en el agua después de comer,
sin hacer caso a sus madres, y les dio un corte de digestión.
Después
de presentarnos al doctor y sus ninjas llegan
unos títulos de crédito eternos que ya ves que van a ser lo mejor de la película,
así que en vez de pasarlos a más velocidad decides verlos enteritos y disfrutar
de ellos como un condenado disfrutando del paseo por el corredor de la muerte
que lo lleva de cabeza a la silla eléctrica.
Acto
seguido damos paso al protagonista de la película: Jess, un surfista católico
que ha hecho voto de castidad hasta los 24 y que encuentra el cadáver del
marinero sacrificado en la playa, enterrado bajo la arena… pero poco. Nuestro héroe
toma la decisión de que en lugar de contárselo a las autoridades lo mejor será pasar
de todo y concentrarse en sus propios asuntos: El surf y el hecho de que su
novia Danuta es una muchacha sana que quiere disfrutar del sexo con él, como es
normal en una pareja estable, lo cual pone el celibato de Jess en peligro.
La cosa
se complica cuando los esbirros de Malvedades se ponen en marcha para llevar a
cabo el plan de su amo: secuestrar a cinco muchachas que acaben de ser
desvirgadas y así despertar a Jocántaro para, en un alarde de originalidad,
dominar el mundo. En pocos minutos llega el momento del primer secuestro,
escena en la que lo más a destacar de es la actuación de la muchacha secuestrada en
cuestión, el cual es bastante peculiar, vamos que es una
puta mierda. Es de esas escenas que te dan la risa floja porque a cada segundo
que pasa es todo más triste.
Entonces
llega una de las escenas más gratuitas y legendarias de la película, obra del
buen gusto y de un concienzudo trabajo de ambientación digno de los creadores
de Shaq-fu.
Resulta
que cuatro karatekas y su maestro salen del interior de un restaurante chino y
se van al paseo marítimo a entrenar con sus camisetas de Karate Denis (Dato
importante aunque no lo parezca). Esto enfada, vamos digo yo, a los ninjas
zombi por alguna razón que desconocemos y que no nos importa ni a nosotros ni
al director. Este maltentendido, que podria haberse solucionado con unas cañas y unas bravas pero que en vez de eso se soluciona con los puños, desemboca en un combate a muerte entre
karatekas y ninjas mientras el maestro de los primeros se dedica a mirar como
sus alumnos son masacrados para luego morir patéticamente a manos de los
ninjas.
Después
de tan gratuita escena nos llega una que a primea vista parece igual de
gratuita: un fragmento de un programa de televisión en plan Cuarto Milenio
evidentemente rodado en una peluquería maqueada: La noche del Doctor Orloff.
El buen
doctor, interpretado por el propio director de la película, es un parapsicólogo
que entrevista a dos frikis de alto rango: un tipo trajeado con mascara de
luchador de lucha libre y a otro en silla de ruedas vestido con un kimono, una
máscara de sado y unas gafas de buceo que discuten sobre la situación actual en
Torremolinos. Aunque de primeras podemos
pensar que esta escena solo es un magistral añadido para ponernos aún más en situación
y conocer el trabajado trasfondo de esta historia, más adelante veremos que el
Doctor Orloff juega un papel crucial en esta historia.
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Martes y 13 no desprendían tanto carisma como estos dos. |
Los
secuestros y las muertes continúan momento en que el gobierno decide tomar cartas
en el asunto y contratan a uno de los mejores personajes de la película: el
seis veces campeón del mundo de Karate… Chuk Lee. Y si amigos,
el ingenioso juego de palabras hace referencia a los nombres de Chuck Norris y
Bruce Lee. Sólo una mente privilegiada habría podido pensar tan intrincada y velada referencia.
Despues de pegarle una paliza a uno de los guardaespaldas del alcalde y a dos chuloplayas que paseaban por la zona para así demostrarnos que es el puto amo, Chuk parte
en busca de los ninjas. A los cuales no tarda en encontrar en medio de la playa justo después de
que hayan perpetrado su cuarto secuestro. Sin dudarlo, Chuk se lanza al combate
saltando a la arena para coger un nunchaku
que estaba allí tirado y enzarzarse en un épico combate donde descubrimos un
dato muy importante: Resulta que Chuk Lee está interpretado por Oliver Denis,
si chicos… el de las camisetas de Karate Denis… además de que Oliver Denis también interpreta a uno de los ninjas
karateka zombi.
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¿ Donde esta mi kimono? ¡KYA! |
Así
que, como hay poco presupuesto y la gente que quería hacer el chorra escasea en
esos momentos, Chuk Lee se enfrenta no a
cuatro ninjas sino a tres en un duro
combate que termina con la muerte de nuestro héroe. Si amigos, Chuk Lee muere…
y con él toda esperanza.
¡O quizás
no! Porque después de una sesión de espiritismo nuestro auténtico protagonista,
el célibe Jess, consigue reunirse con sus compañeros de los Surfistas Católicos
para ser entrenados por el espíritu de
Miyagi en persona, el cual promete enseñarles los secretos del karate en 24
horas para que puedan detener el mal que se avecina.
Después
del entrenamiento, nuestro grupo de campeones de la luz marchan a enfrentarse
al Doctor Malvedades ayudados por el Doctor Orloff, que va armado con un
poderoso aparato místico con forma de
una de las maquinas esas del Simón dice. Ni siquiera el atropello gratuito
de un alienígena que paseaba por las carreteras de Málaga importa a nuestros héroes,
pues la situación es crítica… no solo Malvedades ha puesto en marcha el ritual
y se dispone a sacrificar a las ya no tan vírgenes muchachas para hacer que Jocántaro
se levante de su sueño, sino que Jess ha sido maldito por Miyagi por ser un
rancio y no invitarle a unos porros (Pago estándar en las transacciones
karateko-espirituales). Así que si no quiere morir entre terrible sufrimiento,
Jess tiene que practicar el acto físico del amor.
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¡Te dije que no condujeses tu, Farruquito! |
Aparentemente
sí.
Al
final, solo Jess y Orloff sobreviven para enfrentarse al Doctor Malvedades en
un brutal, y sangriento, y mortal, y salvaje, y vamos que esto es la leche: Duelo de Silbidos. Si amigos, el poder de Malvedades es tan alto
que sus labios pueden destruiros emitiendo un poderoso silbido mágico… solo el
hecho de que Orloff fuese alumno del malvado Doctor (Dramático giro de los
acontecimientos) impide la pronta derrota de nuestros amigos… sin embargo el
ritual se ha completado… y Jocántaro se levanta
Y hasta
aquí puedo leer.
¿Porque?
Porque no puedo privaros del éxtasis y el placer (Los resultados pueden variar)
que produce la escena en que Jocántaro se alza desde el fondo del océano para desatar su
ira en las costas de Málaga. ¡Es más! Os pido que no busquéis por internet
videos o imágenes de tan sublime y hermosa criatura, sino que veáis la película
para disfrutar de su alzamiento en todo su esplendor. Un momento que se vuelve aún más mágico por el hecho de que la película tiene una banda sonora original y esta incluye una canción dedicada a este terrible monstruo coquetón con ansias de matar.
Pero para no dejaros así,
con la miel en los labios os dejaré la escena eliminada que se incluye como
contenido extra en el DVD original, lo que demuestra que incluso entre la basura puede hacerse una criba: El rap
del Doctor Malvedades.
¡Vaya! Eso ha sido intenso. Aunque después de esta escena muchos penséis “¿Por qué coño tendría que poner en peligro mi
integridad mental tragándome esta bazofia?” Creedme cuando os digo que los poco
más de ochenta minutos de película valdrán la pena. Karate a Muerte en Torremolinos es una odisea
de frikis, combates casposos y pésimas actuaciones que os harán reir a
carcajadas.
Y creedme cuando os digo que Akibahara Station
no se hace responsable de mis opiniones.