Literatura: Reseña de "The Horus Heresy vol.27 - El Imperio Olvidado" de Dan Abnett [Timun Mas].

El Imperio Olvidado
La serie más popular de los universos de Games WorkshopWarhammer 40.000 The Horus Heresy llegaba de nuevo a las estanterías de las librerías el pasado 8 de noviembre de 2016 de la mano Timun Mas / Scyla con su entrega número 27: EL IMPERIO OLVIDADO.

Nos encontramos ante una novela escrita por el gran Dan Abnett, a quién tuvimos la oportunidad de entrevistar en el pasado, que revisita una vez más los quinientos mundos de Ultramar para enlazar los sucesos que comenzaron en La Batalla de Calth y se han ido alargando durante las más reciente entregas con los de Vulkan Vive, convergiendo así toda una cadena de eventos en unas conclusiones tan inesperadas como emocionantes.

Timun Mas continúa de esta forma con su imparable ritmo de publicación, sumando además desde el pasado 10 de enero la entrega 28, Cicatrices, y el 31 del mismo mes el volumen 29, Espíritu Vengativo.

Una cifra nada despreciable de volúmenes los que ya tiene a sus espaldas en su carrera por atrapar a la colección británica, que a estas alturas ya suma la friolera de 41 libros.

Roboute Guilliman
Roboute Guilliman,
señor de los Quinientos Mundos.
#27: EL IMPERIO OLVIDADO
Nos encontramos ante una de las mejores novelas que hemos recibido últimamente en la colección, aún cuando últimamente la calidad argumental y narrativa de las mismas es bastante elevada. La culpa de esto la tiene en buena parte el bueno de Dan Abnett, uno de los principales artífices y culpables de la Horus Heresy, quién nos deja con uno de esos libros que marcan un antes y un después en esta longeva saga.

Como decíamos, la novela continúa con el arco que dio inicio con el ataque de los Word Bearers en Calth y la subsiguiente Cruzada de las Sombras contra los Quinientos Mundos, la cual puso en jaque a toda la Franja Este. Pero aunque seguimos centrados en el reino de Ultramar y en la Legión de los Ultramarines, en esta ocasión la acción nos traslada dos años después de estos cruentos sucesos, específicamente en el mundo de Macragge.

Y así llega el protagonismo a Roboute Guilliman, Primarca de la legión de los Ultramarines y señor de los Quinientos Mundos, quién tras la traición de su Lorgar ha visto como la Galaxia se sumía en la más tenebrosa de las oscuridades, perdiendo todo contacto con Terra y con cualquier posible refuerzo leal al Emperador de la Humanidad.

Barabas Dantioch
Barabas Dantioch,
herrero de guerra de los Iron Hands
Pero en medio de esta horrible ceguera, lejos de rendirse Guilliman termina encontrando un foco de esperanza: una tecnología ancestral y desconocida localizada en el mundo de Sothe, dónde el herrero de guerra Dantioch - un renegado de los Iron Hands que ha decidido poner sus servicios al mando de Roboute - logra ponerla en funcionamiento. El proverbial Pharos resulta ser capaz no solo de establecer un medio de comunicación holográfico en tiempo real entre Sothe y Macragge, si no que logra iluminar el mundo capital como si se tratara del propio Astronomicon, cuya luz permanece extinta desde el inicio de la Cruzada de las Sombras.

Con Macragge brillando en medio de la galaxia como único punto de referencia, pronto miembros dispersos de las legiones leales comienzan a llegar hasta Guilliman, uniéndose a lo que parece el único baluarte en pie de la humanidad. Pero el significado de este baluarte poco a poco comienza a pesar más sobre los hombros del Primarca, cuando parece hacerse patente que Macragge es lo último que queda en pie del Imperio de la Humanidad bajo la larga sombra de Horus Lupercal.

Aquellos que le rodean pronto empiezan a apoyar la idea de refundar el Imperio desde Macragge, usándolo como un foco de esperanza e inspiración ante el desconocido y probablemente desafortunado destino de la lejana Terra. Un Imperium Secundus que, por supuesto, necesita un regente en ausencia del Emperador. Pero aunque el alzar desde Macragge el Imperium Secundus en esta época de necesidad no es desagradable para Roboute, la idea de nombrarse regente le horroriza, viéndolo poco adecuado y, cuanto menos, una ironía en vistas de los que ha hecho Horus.

Por suerte para él, la luz del Pharos ha atraído algo más que lealistas extraviados y pronto sus ruegos reciben respuesta cuando, emergiendo del tenebroso Empireo aparece el León, señor de la primera legión de los Adeptus Astartes, junto lo que virtualmente es toda su legión de los Dark Angels.
Una flota y ejercito enormes que tras haberse enfrentado en una terrible campaña contra los traidores de los Night Lords, aparecen con unas intenciones poco claras que despiertan en Guilliman la esperanza y la suspicacia por igual, algo que el secretismo del propio León lo ayuda a esclarecer.

Lion VS Curze
El León enfrentándose al Acechante Nocturno.
Pero lo que Roboute no sabe es que en la nave insignia de los Dark Angels se esconde algo mucho peor que la incertidumbre: El propio Acechante Nocturno, señor de los Night Lords, se encuentra a bordo de la nave, después de que el León haya intentado cazarlo durante los últimos meses en la disformidad sin éxito. Un secreto que el señor de la primera esconde tras su máscara de autoridad y que, sin duda, es el peor regalo que podría haber traído a Ultramar.

Al mismo tiempo, un cuerpo atraviesa la atmósfera como un meteorito, cayendo sobre la ciudad de forma catastrófica y dejando en el lugar del impacto lo que parecen los restos calcinados de un cadáver. Algo totalmente absurdo, teniendo en cuenta que nada podría haber soportado la fricción de dicha entrada, y mucho menos un cuerpo orgánico...

Ultramarines
Ultramarine
Con estos pilares como centro de la obra, El Imperio Olvidado nos propone una historia en la que, por primera vez, se nos ofrece la oportunidad de conocer de forma cercana a los primarcas Roboute y el León, a quienes hasta ahora ya habíamos visto en otras novelas pero de los cuales nunca habiamos conocido sus personalidades de una manera tan próxima.

Sin duda en este aspecto destaca Roboute Guilliman, protagonista mayoritario de la novela, quién se revela como un Primarca qué, mas allá de un guerrero, desea en el fondo de su corazón el final de las batallas y la posibilidad de regresar a los Quinientos Mundos ya no solo como gobernante, la que es sin lugar a dudas su vocación más destacada, si no como alguien sencillo que pueda vivir su vida en el retiro. Un aspecto nada esperado del que sin lugar a dudas es uno de los hijos más destacables del Emperador, quién ha sido loado por sus enormes gestas estratégicas e incluso por ser capaz de forjar un Imperio en su sector galáctico antes de encontrarse con su Padre.

Una actitud que además se acentúa al reconocer abiertamente su admiración por el Horus que fue y por el Señor de la Primera, a quién ve muchísimo más capacitado que si mismo para soportar el cargo de regente de la Humanidad.

Ultramarines
Ultramarine
Con todo ello el bueno de Roboute se muestra como alguien hasta ahora desconocido: un señor de su pueblo cuya mayor preocupación son sus semejantes, un embajador de la paz que ama a los suyos y que se preocupa por mantener el legado de su padre. Una figura que además se acentúa gracias a la presencia de Tarasha Euten, Chambelán Augusta principal de Roboute y la que sería sin lugar a dudas su figura materna.

Por el lado del León, nos encontramos por fin ante una trama que no lo desprestigia. Hasta la fecha, las novelas publicadas nos habían dado una imagen más bien negativa de este Primarca, mostrándonos al señor de los Dark Angels como alguien fácil de detestar. Y aunque en esta ocasión el misterioso Primarca continúa mostrándose orgulloso y repleto de secretos, por fin logra calar hondo en este lector como un personaje con bastante más carisma de la que hasta ahora había mostrado (más bien ninguna).

Pero no solo encontramos a estos dos Primarcas en El Imperio Olvidado: Por un lado tenemos a Conrad Curze, el Acechante Nocturno, principal antagonista y culpable de que la novela se convierta en un libro repleto de acción trepidante. Un personaje que a estas alturas ya nos encanta, corrupto hasta la médula y con cero interés en todas esas estúpidas movidas de Horus y los Señores del Caos.

Conrad Curze
Conrad Curze,
Primarca de los Night Lords.
Acompañándole encontraremos a otro Primarca que no citaremos aquí, por no realizar un spoiler de dimensiones dantescas, pero cuya aparición nos hará picar palmas como niños.

Por supuesto, además de estos cuatro Primarcas encontramos un gran número de personajes secundarios - desde Space Wolves a White Scars -, pero si tuviéramos que sintetizar, cabe destacar a tres de ellos.

Por un lado tendríamos al Capitán Alexis Polux, el gigantesco Imperial Fist cuya aparición aquí le augura un prometedor futuro.

Por el otro tendríamos al atractivo "grupo" que llega directamente desde Vulkan Vive: el eterno John Grammaticus que, buscando cumplir (o no) una misión de la Cábala, se encontrará en fuego cruzado entre otro eterno llamado Damon Prytanis y el Word Bearer Narek.
Casi nada.

Como veis, la historia que Dan Abnett nos ofrece está dispuesta a darle por completo la vuelta a lo sucedido hasta ahora, narrando una serie de sucesos que, fuera de aquí, nunca llegaron a los registros imperiales. ¿Vais a perdéroslos? Por que francamente, no tiene desperdicio.

LA TRADUCCIÓN
Esta vez encontramos como responsable de la traducción a Juan Pascual Martínez, reemplazando el trabajo realizado en las dos anteriores novelas por Gemma Gallart Álvarez.

Su labor es impecable a lo largo de todo el libro, aunque como muchos ya sabéis tras haber leído la anterior novela, ahora Timun Mas se encuentra sujeta al criterio de Games Workshop, que en los últimos años ha establecido una serie de criterios muy estrictos sobre que términos deben y cuales no deben traducirse.

LA EDICIÓN
Timun Mas nos ofrece este 27º volumen en el habitual formato, un rústica con solapas de 320 páginas en el ya clásico formato de 14 x 22,5 centímetros de lomo negro que guarda un enorme parecido de maquetación con la edición inglesa original y que respeta el formato ofrecido por el resto de la saga hasta ahora.

La portada en esta ocasión nos llega protagonizada por dos primarcas en una escena cuya elección nos sorprende sobremanera, ya que básicamente es un SPOILER COMO UNA CASA. No sabemos por que motivo Black Library tomo esta decisión, pero decidieron ilustrar la novela con una imagen del epílogo. Casi nada.

En elal encontramos Roboute Guilliman alzando el brazo de Sanguinius como nuevo Emperador de la Humanidad, mientras este permanece de espaldas, y al fondo una enorme extensión repleta de las legiones leales.

Toda una obra de arte que recuerda a las pinturas más clásicas de monarcas europeos y sus momentos más remarcables, realizada como la inmensa mayoría de las presentadas en esta saga, por el artista Neil Roberts.

El Imperio Olvidado de Dan Abnett

Como ya remarcamos en anteriores reseñas, desde el volumen 21º Signus Prime y debido a los nuevos copyright y las órdenes de la propia Games Workshop, la saga pasa a llamarse The Horus Heresy.

Dan Abnett es un galardonado novelista y guionista de cómics. Ha escrito cerca de treinta y cinco novelas, entre las que destacan la serie de los Fantasmas de Gaunt, las trilogías de Eisenhorn y Ravenor y el ciclo de Darkblade, junto a Mike Lee. 

Sus obras Horus, señor de la guerra y Legión (ambas para Black Library) y su novela sobre Torchwood Border Princes (para la BBC) se han convertido en bestsellers. En 2009 publicó Triumff, que fue nominada en la categoría de mejor novela del premio de la British Fantasy Society. 

Vive y trabaja en Maidstone, Kent.