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Tojima Wants to Be a Kamen Rider confirma emisión continuada hasta el invierno de 2026, consolidándose como una de las propuestas más singulares dentro del anime reciente. El anuncio, realizado a través de un nuevo teaser, confirma que la serie se desarrollará en dos cours consecutivos, con el inicio de su segunda parte fijado para el 10 de enero.
Este planteamiento continuo refuerza la intención de la producción de contar la historia de Tanzaburō Tōjima sin cortes bruscos, permitiendo que su evolución personal y narrativa se despliegue con el ritmo adecuado.
Una emisión larga para una historia muy personal
La decisión de estructurar Tojima Wants to Be a Kamen Rider en dos cours consecutivos no es casual. La serie no se apoya en giros constantes ni en cliffhangers forzados, sino en una progresión emocional muy clara: la de un hombre de cuarenta años que se resiste a abandonar un sueño que el mundo considera infantil.
Al extender su emisión hasta el invierno de 2026, el anime se da el espacio necesario para desarrollar tanto el conflicto interno del protagonista como las situaciones absurdas, trágicas y sorprendentemente humanas que rodean su obsesión por convertirse en un héroe al estilo Kamen Rider.
Un protagonista fuera de lo habitual
Tanzaburō Tōjima es, desde el primer episodio, un personaje incómodo y profundamente honesto. No es joven, no es especial y no tiene un destino heroico marcado. Su única fuerza es una determinación casi patológica por no renunciar a lo que ama, incluso cuando la sociedad le empuja a hacerlo.
Esta premisa convierte a Tojima Wants to Be a Kamen Rider en algo más que una comedia excéntrica. Es una reflexión sobre la frustración adulta, los sueños aplazados y la línea difusa entre la pasión y la obstinación. El anime no ridiculiza a su protagonista: lo acompaña, incluso cuando resulta difícil empatizar con él.
La segunda parte arranca en enero
La primera mitad de la serie sentó las bases del tono y del mundo, introduciendo a un reparto que oscila entre lo cotidiano y lo grotesco. A partir del 10 de enero, la segunda parte promete profundizar en las consecuencias reales de las decisiones de Tojima, especialmente tras verse envuelto en un incidente criminal relacionado con una falsa organización Shocker.
Este punto de inflexión marca el paso de una comedia de situación a una historia más incómoda y peligrosa, donde el deseo de ser un héroe empieza a tener costes reales.
Equipo creativo con identidad propia
La serie está dirigida por Takahiro Ikezoe en LIDEN FILMS, con guion supervisado por Tōko Machida y diseño de personajes a cargo de Cindy H. Yamauchi. El conjunto apuesta por una animación funcional, sin alardes innecesarios, centrada en la expresividad corporal y facial de los personajes.
Uno de los elementos más reconocibles del anime es su apartado musical, firmado por TeddyLoid, cuya mezcla de electrónica y energía caótica encaja perfectamente con la mentalidad obsesiva de Tojima. El tema de apertura, Wanna be, resume a la perfección el espíritu de la serie: querer ser algo aunque todo juegue en contra.
Un manga con alma propia
La obra original de Yokusaru Shibata se publica desde 2018 y sigue en curso. Conocido por trabajos como Air Master o 81diver, Shibata siempre ha mostrado interés por personajes extremos, llevados al límite por sus obsesiones.
En Tojima Wants to Be a Kamen Rider, ese enfoque alcanza uno de sus puntos más maduros. No hay romanticismo fácil ni finales complacientes, sino una mirada cruda, a ratos incómoda, sobre lo que significa aferrarse a un sueño cuando el tiempo ya no juega a favor.
Una serie que va a contracorriente
En un panorama dominado por protagonistas jóvenes, poderes espectaculares y narrativas de éxito inmediato, Tojima Wants to Be a Kamen Rider destaca precisamente por lo contrario. Es una historia lenta, a veces frustrante, que incomoda tanto como emociona.
La confirmación de su emisión continuada hasta 2026 demuestra que la producción confía plenamente en su propuesta y en un público dispuesto a acompañar a Tojima hasta el final de su camino, sea cual sea el resultado.
Un viaje que no busca respuestas fáciles
Más que preguntarse si Tanzaburō logrará convertirse en un Kamen Rider, la serie plantea una cuestión más incómoda: qué ocurre cuando uno decide no rendirse nunca. La respuesta no es heroica ni inspiradora en el sentido clásico, pero sí profundamente humana.
Con su segunda parte a punto de comenzar y una emisión garantizada durante varios meses más, Tojima Wants to Be a Kamen Rider se consolida como una de las apuestas más atípicas y valientes del anime reciente.
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