Reseña de DC Finest. Harley Quinn: La premisa de la risa – El origen explosivo de un icono moderno del cómic

DC Finest. Harley Quinn: La premisa de la risa llega como uno de esos volúmenes que no solo celebran a un personaje, sino que permiten contemplar, en una sola lectura monumental, el nacimiento de una figura que ha trascendido formatos, generaciones y universos creativos. Panini recupera aquí las primeras andanzas de Harley Quinn en el cómic, desde su salto directo de Batman: The Animated Series hasta su consolidación dentro del Universo DC con una colección propia que redefinió su voz, su estética y su relación con Gotham. El resultado es un tomo de 624 páginas que funciona como archivo histórico, ventana emocional y puerta de entrada a una evolución fascinante.

Portada del cómic DC Finest Harley Quinn La premisa de la risa

DC Finest Harley Quinn La premisa de la risa portada
Lo primero que sorprende al sumergirse en este volumen es la energía primigenia con la que Harley irrumpe en cada una de las historias seleccionadas. El recorrido comienza con su debut en The Batman Adventures #12, un número que hoy es codiciado y mítico, no solo por su valor coleccionista, sino porque captura el encanto caótico y encantador de una villana que nació casi por accidente. Su origen televisivo es de sobra conocido: Paul Dini y Bruce Timm la concibieron como un complemento puntual del Joker, pero la química narrativa funcionó tan bien que el personaje exigió crecer. Ese crecimiento, precisamente, es lo que el lector encuentra aquí: una cronología emocional y estética que abarca desde su versión más dependiente y trágica hasta los primeros pasos de su independencia, ese gesto de ruptura que más tarde la convertiría en una de las figuras más icónicas del cómic moderno.

Entre las piezas más relevantes del tomo destacan dos fundamentales: Mad Love y Batman: Harley Quinn. La primera, ganadora de un premio Eisner, es una revisión magistral —y dolorosa— de la relación tóxica entre Harley y el Joker, escrita por Dini y dibujada por Timm. Su inclusión, aunque fuera de continuidad, sirve para comprender la dimensión psicológica del personaje: su inteligencia, su vulnerabilidad y la forma en que el abuso emocional puede disfrazarse de devoción. El salto al especial Batman: Harley Quinn resulta especialmente interesante porque introduce al personaje de pleno en la continuidad del Universo DC, reinterpretando elementos de Mad Love y situándolos en el marco devastado de No Man’s Land. Aunque cierta repetición de motivos es evidente, la recontextualización dentro de un Gotham en ruinas fortalece el impacto de la historia y define a Harley como superviviente más que como víctima.

DC Finest Harley Quinn La premisa de la risa portadaDC Finest Harley Quinn La premisa de la risa portada

A medida que avanza la lectura, el tomo se convierte en un mosaico de apariciones repartidas entre títulos como Detective Comics, Catwoman o Shadow of the Bat. Aquí Harley no siempre es protagonista, pero su presencia sirve como contrapunto humorístico o emocional a personajes con los que comparte una relación simbiótica. Los episodios con Catwoman, por ejemplo, revelan un juego cómplice entre dos figuras que aún no habían explorado la química que más tarde definiría a las Gotham City Sirens. También sobresale un número sorprendente de Azrael: Agent of the Bat, donde la locura imprevisible de Harley choca con la rigidez casi religiosa del portador de la Espada Sagrada, creando un contraste tan extraño como divertido.

La segunda mitad del tomo, dedicada a Harley Quinn #1-8, es quizá la pieza más valiosa para entender la transición del personaje hacia un registro más propio. Con guion de Karl Kesel y el arte vibrante de Terry y Rachel Dodson, estas historias abrazan un tono más humorístico y ligero, casi caricaturesco por momentos, que contribuye a desligar a Harley de la sombra del Joker. En estos números, la criminal caótica empieza a construir su propio entorno, lidera a un grupo de secuaces anónimos con aspiraciones mundanas y experimenta una transformación que, sin renunciar al humor delirante, le permite definirse por sí misma. El tono es menos oscuro que el de las historias previas, pero funciona como declaración de intenciones: Harley Quinn puede ser un torbellino emocional, un icono del caos, un personaje trágico o una payasa adorable... y todo ello simultáneamente.

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El apartado gráfico del volumen es un recorrido por estilos que van desde la línea animada de Timm y las composiciones limpias de Kano hasta la exuberancia dinámica de los Dodson. Cada historia se percibe como un fragmento de un museo en el que Harley adopta distintas formas, personalidades y atmósferas sin perder su esencia. El lector puede identificar guiños directos a The Animated Series y al mismo tiempo notar cómo la narrativa visual evoluciona hacia una estética más moderna, atrevida y expresiva. Es un atlas artístico de una figura que, incluso en sus primeras etapas, ya demostraba una versatilidad sorprendente.

"DC Finest. Harley Quinn: La premisa de la risa" es, en definitiva, un volumen indispensable tanto para lectores veteranos como para quien quiera descubrir al personaje desde sus raíces. Panini ofrece una edición sólida, cuidada y representativa de los cimientos de Harley Quinn, con material que no solo reconstruye su origen, sino que explica por qué se convirtió en uno de los iconos contemporáneos más queridos del cómic. Leer estas historias hoy es recordar que Harley Quinn nunca fue solo la compañera del Joker: desde el principio, ya estaba destinada a comerse el escenario.