El universo de Warhammer 40,000 vuelve a encenderse con una nueva llama de guerra. En esta ocasión, la gloria y la carga recaen sobre los hombros de Demetrian Titus, el legendario Capitán de la Segunda Compañía de los Ultramarines, que regresa para reclamar las Quinientas Mundos de Ultramar en nombre del Imperio. Un héroe que ha resurgido de las cicatrices del pasado, ahora convertido en el baluarte de un conflicto que podría alterar para siempre el equilibrio de poder en la galaxia.
Titus no regresa solo. Lo acompaña su grupo de élite conocido como los Guardianes de Ultramar, una formación que combina experiencia, estrategia y fe en el Codex Astartes.
Junto a él combaten figuras destacadas como el Estandarte Ancestral Gadriel, el veterano Sargento Metaurus, el estratega de flota Gaius Silva, la oficial de enlace Amelia Minervas, la diplomática Lucia Vestha y el astropata Dainal Kornelius, cuya mente es tan antigua como peligrosa. Este consejo de guerra personal simboliza una nueva forma de liderazgo Ultramarino: pragmático, humano y consciente del precio del deber.
Esta amenaza marca el comienzo de una nueva Campaña de los 500 Mundos, un enfrentamiento directo entre los Ultramarines y los seguidores del Nightbringer. La guerra se extenderá por todo Ultramar, desde los mundos fortificados de Calth y Prandium hasta los planetas industriales del Vespator Front. Cada batalla decidirá el destino no solo del Imperio, sino también del equilibrio cósmico que mantiene a raya a los antiguos dioses estelares.
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The Ultramarian Reclamation: detalla la reconquista de los 500 Mundos con ilustraciones, mapas estratégicos y el trasfondo del Vespator Front.
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War on the Vespator Front: ofrece un sistema de campaña territorial donde tres facciones luchan por la supremacía del sector.
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Dread Incursions: amplía el formato de Boarding Actions con nuevos escenarios, pasillos y misiones centradas en combates cuerpo a cuerpo.
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Detachments of War: presenta seis nuevas formaciones para Marines Espaciales y Necrones, adaptadas al estilo de combate de esta guerra total.
Este formato unifica historia, estrategia y juego en un solo marco, convirtiendo la Guerra de los 500 Mundos en una metacampaña viva, en la que cada victoria o derrota influye en el destino del sector.
Cada enfrentamiento entre ambas fuerzas promete ser una coreografía de muerte: fuego bolter contra rayos gauss, carne sagrada contra metal inmortal. En el horizonte, la figura del Nightbringer se alza como una pesadilla resucitada, símbolo de la aniquilación absoluta.
Mientras el Imperio lucha en miles de frentes, Titus representa el ideal del guerrero indomable que se niega a ceder incluso ante dioses antiguos. Cada orden, cada golpe de su espada, es una promesa: Ultramar resistirá, aunque el cielo se derrumbe sobre sus murallas.
Mientras los Necrones despiertan y los fragmentos del Nightbringer vuelven a brillar, el destino de Ultramar y de toda la Humanidad pende de un hilo azul ceramita. Y en ese hilo, firme como una espada, se encuentra Titus.

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