Reseña de W0RLDTR33 1. TERMINAL – El terror digital de James Tynion IV que nos enfrenta a la oscuridad del Internet oculto

Con W0RLDTR33 1. Terminal, editado en España por Norma Editorial, el guionista James Tynion IV (tres veces ganador del Premio Eisner) vuelve a demostrar que es uno de los narradores más inquietantes del cómic contemporáneo. Acompañado por el dibujante Fernando Blanco y la colorista Jordie Bellaire, el autor de Hay algo matando niños y El Departamento de la Verdad nos sumerge en un thriller de horror tecnológico que combina paranoia digital, violencia explícita y reflexión sobre el lado oscuro de Internet.

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Este primer volumen —168 páginas en formato rústica— recopila los cinco números iniciales de la serie y funciona como una introducción perturbadora a un universo donde la red deja de ser una herramienta para convertirse en una entidad viva, perversa y casi demoníaca.

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La historia arranca en 1999, cuando un grupo de jóvenes entusiastas de la informática —liderados por Gabriel— tropieza con un rincón oculto de la red: la Undernet, una capa secreta y tóxica de Internet que no debería existir. Aquella experiencia los marcó profundamente, y para contenerla crearon un foro llamado W0RLDTR33. Pensaron que habían sellado para siempre esa brecha digital, pero el horror no desaparece tan fácilmente. Años después, una nueva ola de asesinatos transmitidos en directo indica que algo ha despertado. La Undernet ha vuelto, y con ella un enigmático y escalofriante concepto: PH34R.

Tynion construye la historia con su estilo característico: una narración fragmentada y coral, en la que los personajes se presentan de forma gradual, cada uno aportando una pieza del rompecabezas. Lo que empieza como un relato de hackers nostálgicos se transforma en una trama de horror cósmico contemporáneo, donde la tecnología actúa como portal a una fuerza que corrompe mentes y cuerpos. El guionista mezcla con habilidad la frialdad del thriller tecnológico con la atmósfera opresiva del terror sobrenatural, logrando una sensación constante de amenaza.

Uno de los mayores aciertos de W0RLDTR33 es su lectura metafórica. Más allá del argumento, el cómic plantea una reflexión sobre la pérdida de control en la era digital. La Undernet es tanto una entidad maligna como un símbolo de nuestra relación con Internet: un espacio que prometía libertad y terminó amplificando lo peor del ser humano. Tynion nos obliga a preguntarnos qué monstruos se esconden detrás de nuestras pantallas, y qué parte de nosotros los alimenta cada vez que navegamos sin pensar.

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El primer número de la serie ya deja claro el tono que la acompañará: violencia explícita, erotismo inquietante y un miedo que parece brotar del propio código digital. Tynion no busca asustar con sustos fáciles, sino con ideas que se quedan bajo la piel. La Undernet actúa como un virus conceptual —al estilo de The Ring o Pontypool—, capaz de convertir a quien la mira en una herramienta de destrucción. Esa mezcla entre horror informático y psicología humana recuerda al mejor Cronenberg, pero con el pulso contemporáneo de un guionista que entiende perfectamente los miedos del siglo XXI.

En su conjunto, W0RLDTR33 1. Terminal es una obra intensa, perturbadora y fascinante, que amplía los límites del terror en el cómic actual. Tynion, Blanco y Bellaire conforman un trío creativo de enorme solidez: guion, dibujo y color trabajan en perfecta sincronía para construir un relato que te arrastra como un flujo de datos corruptos. Cada página es una ventana a lo prohibido, cada mirada a una pantalla es una invitación a cruzar la línea.

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El dibujo de Fernando Blanco es simplemente excepcional. El artista español, conocido por su trabajo en Detective Comics o Catwoman, ofrece aquí su mejor versión: precisión narrativa, elegancia visual y una tensión constante en cada viñeta. Su estructura clásica de doce paneles por página se rompe con frecuencia para potenciar el ritmo o el impacto emocional, logrando una lectura cinematográfica y absorbente. Los primeros planos transmiten incomodidad y cercanía; los silencios y las miradas vacías de los personajes hablan tanto como los diálogos. Blanco evita la espectacularidad gratuita para centrarse en lo perturbador de lo cotidiano, algo que multiplica el efecto del terror.

A este apartado visual se suma la impresionante labor de Jordie Bellaire, una de las coloristas más respetadas del medio. Su trabajo dota a la obra de una atmósfera cambiante y orgánica: los tonos fríos dominan las escenas tecnológicas, mientras que los destellos rojizos y azulados anuncian la presencia de la Undernet. En los flashbacks, Bellaire emplea gamas más apagadas, subrayando el contraste entre la inocencia del pasado y la corrupción del presente. El resultado es un cómic visual y emocionalmente devastador, donde cada decisión cromática contribuye a la narrativa.

Tynion lo advierte desde el principio: no mires demasiado tiempo. La Undernet siempre está observando. No es una lectura para todos los públicos —la violencia y el contenido sexual son explícitos—, pero sí una experiencia imprescindible para quienes buscan un cómic que desafíe los límites del género. W0RLDTR33 combina terror, ciencia ficción y crítica social, recordándonos que la red que conecta al mundo también puede ser el hilo que nos deshilacha.