Reseña de RuriDragon vol. 2 – La adolescencia con cuernos continúa

Reseña de RuriDragon vol. 2 – La adolescencia con cuernos continúa

Tras el éxito de su primer tomo, RuriDragon regresa con su segundo volumen, publicado en castellano por Norma Editorial, reafirmando que la obra de Masaoki Shindo no necesita grandes batallas ni giros dramáticos para atrapar al lector. Con su mezcla de costumbrismo, humor y un sutil trasfondo fantástico, este manga sigue explorando la vida de Ruri Aoki, una adolescente mitad dragón que, lejos de convertirse en una heroína épica, simplemente intenta sobrevivir al instituto, a las expectativas sociales y a sus propios cambios internos.

RuriDragon vol. 2 manga de Masaoki Shindo publicado por Norma Editorial

Nuevos poderes, mismos problemas
Si en el primer volumen descubríamos sus cuernos y su capacidad para escupir fuego, este tomo nos introduce en otra de sus facetas dracónicas: la electricidad. En un arranque tan cómico como inquietante, Ruri comienza a descargar energía de manera involuntaria, lo que provoca desconcierto en clase y en casa. Su madre, siempre con esa calma pragmática que la caracteriza, explica que algunos dragones pueden almacenar electricidad y liberarla en momentos de tensión. La anécdota sobre el padre de Ruri invocando un rayo durante una discusión añade un matiz surrealista, pero también deja claro que aún quedan muchos secretos por descubrir sobre la herencia dracónica de la protagonista.

Más allá de lo sobrenatural, lo interesante es cómo Shindo sitúa estos poderes en un contexto mundano. En lugar de entrenamientos épicos, tenemos a una Ruri que, tras un día agotador en un centro deportivo junto a su madre, termina invitada a una partida de bolos con sus compañeros… donde su torpeza brilla más que cualquier descarga eléctrica. La autora retrata con ternura y humor las inseguridades típicas de una adolescente que, a pesar de ser medio dragón, se siente incapaz de destacar en algo tan simple como los deportes escolares.

RuriDragon vol. 2 manga de Masaoki Shindo publicado por Norma EditorialRuriDragon vol. 2 manga de Masaoki Shindo publicado por Norma Editorial

El festival deportivo y la llegada de Maeda
El gran eje narrativo de este tomo es el festival deportivo del instituto, un clásico dentro del manga escolar que aquí funciona como catalizador de nuevos conflictos. Ruri, poco entusiasmada con la idea de participar en pruebas atléticas, intenta escapar de la obligación, pero su profesor la arrastra al comité organizador con un sutil chantaje. Y es allí donde conoce a Maeda, una compañera directa y algo hostil que desde el primer momento deja claro que no simpatiza con ella.

El choque entre ambas se convierte en el núcleo emocional del tomo. A través de tareas compartidas, discusiones y silencios incómodos, la relación de Ruri y Maeda evoluciona lentamente. Shindo maneja con naturalidad este vínculo, evitando clichés fáciles: Maeda no es una villana, sino una chica que juzga demasiado rápido y que, poco a poco, comienza a descubrir que Ruri no es como imaginaba. La tensión entre ambas sirve, además, para mostrar a Ruri en un nuevo registro: más insegura, pero también más dispuesta a tender puentes.

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Amistad, aceptación y la rutina fantástica
Mientras Maeda ocupa gran parte del protagonismo, otros personajes también tienen su espacio. Yuka, siempre protectora, defiende a Ruri cuando escucha comentarios negativos, mostrando que la amistad genuina es un motor clave de esta historia. Al mismo tiempo, la madre de Ruri sigue siendo una presencia deliciosa: con comentarios despreocupados y un pragmatismo casi cómico, recuerda constantemente que, aunque su hija sea mitad dragón, sigue siendo ante todo una adolescente que debe lidiar con deberes, festivales y problemas de integración.

Un detalle que amplía el trasfondo de la serie es la mención a los nueve rasgos dracónicos. Hasta ahora, Ruri ha mostrado solo tres: fuego, curación y electricidad. Saber que aún quedan seis por revelarse añade expectativa a una serie que, a pesar de su tono ligero, se reserva un potencial enorme para explorar en futuros volúmenes.

El estilo narrativo de Masaoki Shindo
Gráficamente, Shindo mantiene la línea fresca y expresiva del primer tomo. Su trazo limpio, sus personajes de gestualidad marcada y el equilibrio entre lo sobrenatural y lo cotidiano siguen siendo sus grandes virtudes. El humor visual, sustentado en expresiones faciales y silencios cómicos, funciona a la perfección en escenas como la del boliche o las interacciones torpes con Maeda.

Narrativamente, el tomo dos se toma más tiempo que el primero, apostando por un ritmo más pausado. Algunos lectores pueden sentir que la trama con Maeda se prolonga demasiado, pero ese detenimiento refleja bien la naturaleza de la obra: no busca giros explosivos, sino mostrar cómo las relaciones adolescentes se construyen —o se deshacen— a base de pequeños momentos.

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Conclusión: una comedia fantástica con corazón
RuriDragon vol. 2 confirma que la serie no pretende convertirse en un shônen de batallas ni en una epopeya fantástica. Su objetivo es mucho más íntimo: retratar el día a día de una chica que, entre descargas eléctricas y cuernos en la cabeza, sigue preguntándose lo mismo que cualquier adolescente: cómo encajar, cómo hacer amigos, cómo lidiar con su torpeza y cómo convivir con aquello que la hace distinta.

Este segundo tomo quizá no tenga el mismo impacto fresco del primero, pero mantiene intacta la calidez, el humor y el encanto de Ruri. Con la promesa de nuevos poderes por descubrir y con relaciones que siguen evolucionando, la serie conserva todo su potencial para crecer en próximas entregas.