En Alice on Border Road Vol. 1, el guionista Haro Asou, creador de Alice in Borderland, y el dibujante Takayoshi Kuroda nos invitan a regresar a un Japón distorsionado y vacío, donde la supervivencia se convierte en un juego sin reglas. Publicado recientemente por Editorial Ivrea en una cuidada edición B6 de 400 páginas, este primer tomo marca el inicio de una historia intensa y perturbadora que combina drama psicológico, tensión social y misterio existencial.
Ivrea presenta una edición impecable, de gran formato y buena reproducción de grises, que realza la atmósfera sombría del relato. Si bien algunos personajes aún se sienten esquivos y el desarrollo inicial puede parecer algo confuso, el potencial narrativo y visual de esta obra es innegable.
Esta premisa, tan sencilla como intrigante, establece desde el principio un tono inquietante. El relato avanza entre la desorientación y la sospecha, con un ritmo pausado pero cargado de tensión. Los personajes no solo deben sobrevivir en un entorno hostil, sino también descifrar quiénes eran y por qué fueron elegidos.
Cuando el grupo se divide entre quienes desean regresar a Tokio y quienes prefieren permanecer en el Kyoto vacío, la desconfianza alcanza su punto máximo. La violencia estalla, y el hallazgo del cadáver de uno de los miembros —asesinado a tiros— marca el punto de no retorno. A partir de ahí, Alice on Border Road se convierte en un retrato oscuro de la naturaleza humana, en el que la línea entre víctima y verdugo se desdibuja con cada página.
El manga se sumerge en las motivaciones internas de los personajes, mostrando su degradación progresiva a medida que la esperanza se desvanece. Alice Kojima brilla como figura moral y emocional del grupo, una joven que intenta mantener la cordura y la empatía frente al caos. Su contraparte, Kina, se erige como un reflejo del desencanto moderno: una adolescente que percibe la vida como un juego cruel y absurdo.
El tono es más sobrio que en la serie original, pero igual de desesperanzado. Alice on Border Road no busca impactar con escenas grotescas o retos sangrientos, sino con el horror psicológico de lo cotidiano llevado al extremo. El resultado es un relato donde el suspense y la introspección conviven en equilibrio, recordando por momentos al cine de supervivencia japonesa o al realismo brutal de Battle Royale.
El uso del blanco y negro con toques ocasionales de gris denso refuerza la sensación de aislamiento. Cada viñeta transmite una calma tensa, como si algo terrible estuviera a punto de ocurrir. Los rostros, aunque menos expresivos que los del manga original, mantienen una fuerza emocional contenida, adecuada para el tono más introspectivo de esta historia.
Este primer volumen de Alice on Border Road establece un punto de partida prometedor para una serie que busca más analizar el alma humana que deslumbrar con acción. Es una lectura ideal para quienes disfrutan del suspense psicológico, los misterios posapocalípticos y los relatos de supervivencia con trasfondo moral. Alice on Border Road Vol. 1 es, en definitiva, una reflexión amarga sobre lo que nos convierte en humanos cuando el mundo deja de tener sentido. Un comienzo inquietante y sólido que invita a seguir el camino de estas dos “reinas” en busca de respuestas —o, quizás, de sí mismas.






