Centuria vols. 1 y 2 – La nueva oscuridad de Jump+ que Ivrea trae a España

La llegada de Centuria, el manga debut de Tohru Kuramori, se ha convertido en uno de los estrenos más potentes del año en el catálogo de Ivrea. Publicado originalmente en Shonen Jump+ en 2024, este título causó un gran impacto en Japón por su crudeza, su dibujo espectacular y su capacidad para combinar acción sangrienta con un trasfondo profundamente humano. 

Julian y Mira en el manga Centuria vols. 1 y 2 de IvreaJulian y Mira en el manga Centuria vols. 1 y 2 de Ivrea

Julian y Mira en el manga Centuria vols. 1 y 2 de Ivrea Julian y Mira en el manga Centuria vol. 3 de Ivrea

Ahora, con un doble lanzamiento que pone en manos de los lectores españoles los dos primeros volúmenes, seguidos muy de cerca por el tercero lanzado este mismo mes de octubre, se confirma que estamos ante una de las nuevas apuestas más sólidas de la editorial.

Julian y Mira en el manga Centuria vols. 1 y 2 de Ivrea

Un inicio marcado por el dolor y la pérdida

La historia comienza con Julian, un niño que carga con la herida más cruel: ser vendido como esclavo por su propia madre a un herrero abusivo. Su huida, lejos de conducirlo a la libertad, lo lleva a un barco de piratas que trafican con vidas humanas. En este escenario brutal, Julian se encuentra con otros esclavos, entre ellos Mira, una mujer embarazada que, pese a su situación, le ofrece el afecto maternal que nunca conoció. Esa relación, frágil pero luminosa, es la chispa de esperanza que da sentido a su existencia.

Sin embargo, el horror no tarda en intensificarse. El capitán pirata, convencido de que fuerzas sobrenaturales bloquean su travesía, inicia una matanza indiscriminada. Entre la violencia surge la presencia de un monstruo marino tentacular, un ser de ecos lovecraftianos, que plantea un pacto macabro: conceder un deseo a cambio de sacrificios humanos y un amor puro. Este encuentro sobrenatural desencadena el destino de Julian y cimenta el tono de la obra: tragedia, sangre y sacrificio en un mundo sin redención fácil.

Julian y Mira en el manga Centuria vols. 1 y 2 de IvreaJulian y Mira en el manga Centuria vols. 1 y 2 de Ivrea

Oscuridad heredada, pero con identidad propia

Muchos críticos han señalado la evidente influencia de Berserk en Centuria. La comparación no es gratuita: el tono sombrío, los horrores tentaculares y el retrato de un protagonista marcado por la desgracia recuerdan a la obra de Kentaro Miura. Sin embargo, reducir Centuria a un mero sucesor sería injusto. Kuramori imprime a su manga una cadencia distinta, más cercana al shônen oscuro, donde la violencia convive con la búsqueda de vínculos humanos y un ritmo narrativo que avanza con dinamismo.

El trasfondo histórico-fantástico, inspirado en una Europa medieval estilizada, aporta una ambientación rica y convincente. La brutalidad de la esclavitud, la desesperanza de los desposeídos y la ambigüedad moral de las decisiones generan un relato que no solo impacta, sino que invita a reflexionar sobre la fragilidad de la compasión en entornos hostiles.

Personajes que respiran humanidad

Si Julian es el eje de la narración, Mira es el corazón. Su relación con el protagonista añade una dimensión emocional que evita que el manga sea solo una sucesión de desgracias y monstruosidades. Mira representa la dignidad en medio del horror, un recordatorio de que incluso en los escenarios más crueles la humanidad puede sobrevivir en pequeños gestos de ternura.

Julian, por su parte, encarna el arquetipo del antihéroe en construcción. Su niñez robada y su confrontación con fuerzas incomprensibles lo convierten en un personaje que oscila entre la inocencia y la rabia. La pregunta que late en estos dos primeros tomos es si podrá encontrar un propósito más allá de la venganza y el dolor, o si terminará cediendo a la oscuridad que lo rodea.

Julian y Mira en el manga Centuria vols. 1 y 2 de IvreaJulian y Mira en el manga Centuria vols. 1 y 2 de Ivrea

El arte de Kuramori: brutalidad y lirismo visual

El debut de Tohru Kuramori confirma lo aprendido durante sus años como asistente de Tatsuki Fujimoto (Chainsaw Man) y Yukinobu Tatsu (Dandadan). Sus páginas rebosan energía, con composiciones dinámicas, trazos cargados de tensión y un gran dominio del contraste entre luz y sombra. Los monstruos marinos y las escenas de matanza tienen un componente onírico y grotesco que impacta de inmediato.

Pero más allá de la violencia, hay un lirismo visual en cómo representa la calma previa a la tormenta: la fragilidad de Mira, las miradas perdidas de los esclavos, el mar como un escenario infinito y opresivo. Esta capacidad de alternar entre lo íntimo y lo colosal convierte a Centuria en una obra de enorme fuerza expresiva.

Temas: esclavitud, sacrificio y el poder de los vínculos

Los dos primeros volúmenes dejan claro que Centuria no busca ser un simple festival de acción sangrienta. Su verdadero interés está en explorar los límites de la dignidad humana. La esclavitud es mostrada con crudeza, no solo como un sistema de opresión física, sino como un mecanismo que intenta despojar a los personajes de identidad y esperanza. Frente a esto, los vínculos —la relación entre Julian y Mira, la solidaridad de los esclavos— se convierten en el único refugio.

El sacrificio, tanto literal como simbólico, es otro eje central. El trato con la criatura marina plantea la eterna tensión entre el deseo y el precio a pagar. Julian se enfrenta desde el inicio a una elección imposible: sobrevivir a costa de otros o preservar su humanidad en un mundo que parece no dejar espacio para ella.

Julian y Mira en el manga Centuria vols. 1 y 2 de IvreaJulian y Mira en el manga Centuria vols. 1 y 2 de Ivrea

Ivrea y una edición a la altura

La edición española de Ivrea respeta el formato B6 original, y su apuesta por un lanzamiento doble de los dos primeros tomos es una decisión acertada, y más habiendo lanzado su tercera entrega tan seguido: permite sumergirse de lleno en el universo de Centuria sin pausas. Además, la edición limitada del tomo 1, con portada alternativa y extras coleccionables, refuerza la dimensión de culto que ya está adquiriendo la obra.

Conclusión: un debut arrollador y prometedor

Centuria vols. 1, 2 y 3 son una carta de presentación contundente. Tohru Kuramori ha logrado, con apenas dos tomos, construir un relato de fantasía oscura que combina la brutalidad de sus escenas con un trasfondo humano y emotivo. Es un manga que atrapará tanto a los fans de Berserk y Vinland Saga como a quienes buscan un shônen diferente, con un pie en el horror y otro en la tragedia.

Con su mezcla de violencia gráfica, criaturas de pesadilla y personajes que respiran verdad, Centuria se perfila como una de las apuestas más importantes del catálogo de Ivrea para este año. Y si lo que hemos visto en estos primeros volúmenes es solo el inicio, el futuro de la serie promete ser tan devastador como fascinante.