Reseña de Rai Rai Rai Vol. 2 ciencia ficción y acción sin control en este nuevo número - Ivrea

Reseña de Rai Rai Rai Vol. 2 ciencia ficción y acción sin control en este nuevo número - Ivrea

El segundo tomo de Rai Rai Rai, obra de Yoshiaki publicada en España por Editorial Ivrea, consolida a esta serie como una de las propuestas más interesantes dentro del shōnen contemporáneo con tintes de ciencia ficción.

Portada del manga Rai Rai Rai Vol. 2 de Yoshiaki publicado por Editorial Ivrea

La edición española de Editorial Ivrea nos presenta el tomo en formato B6 (128x180 mm), rústica con sobrecubierta y sentido de lectura oriental. El hecho de que la serie esté abierta en Japón con 5 volúmenes publicados hasta la fecha añade un incentivo: la trama promete desarrollarse todavía mucho más, lo que aumenta la curiosidad por su evolución.

Rai Rai Rai Vol. 2 
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La protagonista, Ichigaya Sumire, sigue siendo el eje emocional de la historia. Tras descubrir en el primer tomo que posee una fuerza inmensa otorgada por un extraterrestre llamado Duskin, Sumire entra a formar parte de la Unidad Especial Raiden 5, encargada de exterminar a las bestias cósmicas que amenazan la supervivencia humana.

Sin embargo, el dilema central de este volumen es que la joven no logra controlar su poder, lo que la convierte en un arma de doble filo tanto para sus aliados como para sus enemigos. Este conflicto de control no es solo físico, sino también psicológico: Sumire se enfrenta al miedo constante de perderse a sí misma en el proceso de volverse una fuerza destructiva.

Uno de los aspectos más interesantes del tomo es cómo se abordan los entrenamientos extremos a los que Sumire es sometida. La corporación Raiden, en un intento desesperado por canalizar sus poderes, la envía a una zona prohibida donde la protagonista deberá enfrentarse a pruebas mucho más duras que los combates contra simples alimañas.

Este escenario funciona no solo como campo de batalla, sino como metáfora del aislamiento: Sumire, pese a estar rodeada de gente, nunca había estado tan sola ni tan expuesta. La tensión narrativa en estas secuencias recuerda al mejor shōnen de supervivencia, con un pulso constante entre acción trepidante y drama interior.

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Pero si algo eleva el nivel de esta segunda entrega es el desarrollo de los personajes secundarios. Hazuki, que ya había despertado simpatías en el tomo anterior, cobra aquí un protagonismo especial. Más allá de su habilidad como luchadora, descubrimos aspectos íntimos de su personalidad: sus motivaciones, pasatiempos y la manera en que observa a Sumire con una mezcla de preocupación, cariño y frustración. La relación entre ambas se convierte en el verdadero corazón de este volumen, un vínculo cargado de matices que aporta humanidad al relato. El contraste entre la fortaleza exterior de Hazuki y sus inseguridades internas enriquece enormemente la obra.

Otro personaje que gana peso es Kiyoharu Utagawa, figura intimidante cuyo papel inicial parece ser el del antagonista interno que empuja a Sumire hasta el límite. Sin embargo, el guion de Yoshiaki se cuida de no presentarlo como un villano plano: lo que parece crueldad es en realidad cumplimiento de un deber, una necesidad de seguir órdenes en un sistema que ve en Sumire una bomba nuclear con patas. La ambigüedad moral que rodea a Kiyoharu genera una tensión fascinante, porque obliga al lector a cuestionarse quién es realmente el monstruo: la chica incapaz de controlar su poder o los adultos que deciden manipularla sin remordimientos.

Y, por supuesto, está Duskin, la entidad alienígena que le otorgó sus habilidades. En este volumen, Duskin regresa con un aire más cercano y hasta adorable en su rediseño, aunque sin perder el aura de misterio ysSu relación con Sumire se intensifica

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Lo que en el primer volumen aparecía como un planteamiento llamativo —una chica común que se ve arrastrada a una lucha imposible contra amenazas alienígenas— aquí se convierte en una narración más oscura, madura y emocionalmente compleja. Rai Rai Rai Vol. 2 explora los límites del poder, la fragilidad de la condición humana y el precio de ser diferente en un mundo que busca controlar y explotar lo que no entiende.

En lo narrativo, Rai Rai Rai Vol. 2 encuentra un ritmo más equilibrado que el primer tomo. Si bien algunos lectores podrían sentir que la historia avanza lentamente, lo cierto es que esta pausa calculada permite explorar a los personajes y las intrigas sin caer en un despliegue de acción vacío. La estructura es clara: entrenamiento, confrontación, revelación y giro final. Sin embargo, Yoshiaki se las ingenia para mantenernos en vilo, dejando sembradas múltiples pistas que apuntan a misterios mayores. La tensión entre la comedia ligera de ciertas interacciones y la crudeza de los experimentos y combates aporta variedad tonal y mantiene el interés vivo.

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En cuanto al apartado artístico, Yoshiaki ofrece un dibujo potente y versátil. Las secuencias de acción transmiten dinamismo gracias a un trazo firme y a composiciones de página que juegan con el caos y la energía de los combates. Las bestias cósmicas resultan inquietantes, con diseños grotescos y orgánicos que contrastan con la humanidad expresiva de los personajes. Los rostros, especialmente los de Sumire y Hazuki, transmiten un rango emocional muy amplio, lo que potencia la empatía del lector con su sufrimiento, ira o determinación. Además, se agradecen los momentos más ligeros, en los que el humor gráfico aporta un respiro entre tanta tensión.

En definitiva, Rai Rai Rai Vol. 2 no es solo una continuación, sino una expansión en todos los sentidos. Más personajes, más profundidad, más dilemas y más emoción. Sumire se consolida como una heroína trágica atrapada en un destino del que no puede escapar, mientras que figuras como Hazuki, Kiyoharu y Duskin enriquecen la narrativa con sus propias capas de conflicto. Yoshiaki construye un mundo donde la acción trepidante convive con la crítica social y moral sobre el uso de la fuerza, el control de lo desconocido y el coste humano de la guerra contra lo ajeno.