¡VUELVE LA OBRA SUPERVENTAS DE TATSUKI FUJIMOTO!
Ya está aquí un nuevo volumen de la aclamada obra superventas de Tatsuki Fujimoto que arrasa en todo el mundo. ¡Con más de 30 millones de copias vendidas y un famoso anime disponible en Crunchyroll!
Una muchedumbre enajenada, alentada por Varm, acorrala a Denji y a Nayuta. ¿Qué hará la pequeña para salvar a Denji de las garras de la muerte? En consecuencia, Asa y Kiga planean un asalto al Centro de Contención Demoniaca de Tokio para rescatar a Chainsaw Man del cruento plan de Seguridad Pública.
Norma Editorial nos lo trae a España en un formato tankoubon de 11,5 x 17,5 centímetros en cuyo interior encontramos las clásicas 184 páginas en blanco y negro.
Después del intenso volumen anterior, Chainsaw Man vol. 18, publicado por Norma Editorial, no ofrece un respiro, sino que se sumerge aún más en el caos, la violencia emocional y la desesperanza que Tatsuki Fujimoto lleva cultivando desde los primeros compases de esta segunda parte. Este nuevo tomo arranca en plena crisis, con Nayuta desplegando sus poderes en un intento desesperado por salvar a Denji, en medio de una revuelta civil que evidencia el colapso social que el culto de Chainsaw Man ha desencadenado.
Fujimoto lleva su narrativa a un terreno cada vez más oscuro, donde la moralidad, la identidad y el concepto de “familia” son triturados bajo la presión de un mundo que ha perdido todo sentido. Nayuta, reencarnación de Makima y figura clave en el equilibrio emocional de Denji, se convierte en protagonista inesperada de este volumen. Su intento de proteger a su hermano adoptivo es tan trágico como significativo: la vemos confrontar a la multitud, manipularla mentalmente, e incluso entrar en conflicto interno cuando redescubre su identidad pasada y la compara con la vida sencilla que ha compartido con Denji.
El tratamiento de Nayuta en este tomo es uno de los momentos más brillantes del arco. Lejos de retratarla como una simple heredera del poder de Makima, Fujimoto le otorga profundidad, mostrando su duda ante la violencia, su intento por aferrarse a la humanidad adquirida, y finalmente, su desaparición —que abre la puerta a una de las escenas más brutales y desesperanzadas de toda la serie: Denji capturado, drogado, amputado y retenido en una instalación de Seguridad Pública de la que nadie ha escapado jamás.
A nivel narrativo, el volumen 18 actúa como una sinfonía disonante. Cambia de ritmo constantemente, pasando de la introspección más amarga a la acción frenética sin previo aviso. La incursión de Asa y Fami en la prisión donde retienen a Denji ofrece una secuencia de infiltración delirante, con enfrentamientos que oscilan entre lo grotesco y lo cómico, siempre bajo la firma de Fujimoto. La aparición del Guillotine Devil y el regreso de Quanxi aportan momentos memorables que combinan el humor absurdo con la ultraviolencia desatada.
El dibujo de Fujimoto mantiene su intensidad: rostros desgarrados, composiciones caóticas, trazos sucios que reflejan un mundo en ruinas. Su estilo sigue siendo perfecto para representar la locura inherente a Chainsaw Man, donde la línea entre humanidad y monstruosidad es cada vez más difusa. Cada plano transmite tensión, y cada secuencia de acción es salvaje, clara y cargada de dramatismo visual. La puesta en escena de Quanxi es especialmente notable, reafirmando su presencia icónica en la serie.
La verdadera sorpresa llega en el tramo final, donde la reconstrucción física de Denji —literalmente pieza a pieza— se convierte en una escena cargada de simbolismo. Denji, reducido a partes, es reconstruido no solo como persona, sino como símbolo: idolatrado, mutilado, necesitado, y finalmente, víctima. Fujimoto no se limita a representar la violencia física; muestra el deterioro mental de un joven que ya no puede escapar del destino que le han impuesto. Y cuando Denji por fin despierta, lo hace para recibir una patada en los testículos. Doble. Por parte de Katana Man y de Yoru. Porque en el mundo de Chainsaw Man, la tragedia siempre viene acompañada de una broma cruel.
El tratamiento del concepto de “familia” es otro de los ejes centrales. Denji busca desesperadamente a Nayuta, no por heroísmo ni por sentido del deber, sino porque ella representa el único lazo afectivo real que ha tenido. Pero el mundo de Fujimoto no está hecho para la redención. El hogar de Denji es solo cenizas. La esperanza, una palabra vacía. Incluso cuando Asa intenta consolarlo, el tono es ambiguo, contradictorio, como todo en este universo roto. Y Denji lo sabe: ser Chainsaw Man solo le traerá más dolor.
Chainsaw Man vol. 18 es, sin duda, uno de los tomos más complejos, oscuros y emocionalmente devastadores de la serie. Fujimoto lanza al lector a un abismo narrativo sin certezas, sin promesas, y sin finales felices. Es un recordatorio de que Chainsaw Man no es solo una serie de acción: es una exploración retorcida del trauma, la pérdida y el absurdo de seguir adelante cuando ya no queda nada.