Gokushufudo vol. 15: Mascotas, encurtidos y almejas en la comedia yakuza más adorable del manga
El volumen 15 de Gokushufudo: Yakuza Amo de Casa, de Kousuke Oono, publicado por Ivrea, mantiene intacta la receta que ha hecho de esta comedia una de las más queridas por el público: humor absurdo, situaciones cotidianas desbordadas de exageración y personajes que, aunque hayan dejado atrás el crimen organizado, siguen viviendo como si estuvieran en pleno ajuste de cuentas. Esta nueva entrega está cargada de episodios memorables que, sin alterar el formato habitual de historias autoconclusivas, aportan novedades, continuidad y hasta nuevos lazos entre personajes.
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Tatsu y el rescate del crepério: el poder de las mascotas
El tomo arranca con una de las historias más delirantes: Tatsu ayuda a su viejo conocido, el exyakuza que regenta una crepería, a salvar su negocio disfrazándose de mascota. La situación escala de lo ridículo a lo apoteósico cuando ambos acaban participando en una especie de "duelo de botargas" en plena calle, atrayendo a multitudes con sus coreografías imposibles y gestos tan dramáticos como tiernos. Oono demuestra una vez más su dominio del humor físico, utilizando el lenguaje corporal de los personajes y las reacciones exageradas para provocar carcajadas página tras página.
Picnic bajo los cerezos: yakuza, familia y fantasmas
Otro de los puntos fuertes del volumen es el picnic que reúre al disuelto Grupo Shinzaki, quienes terminan compartiendo mantel sin saberlo con varios fantasmas, incluido el del fallecido Takeyama, hermano de Tatsu. La escena, que mezcla lo sobrenatural con la más pura cotidianeidad, es un ejemplo perfecto del equilibrio que la serie mantiene entre el absurdo y lo entrañable. A través de esta reunión entre vivos y muertos, Oono refuerza los lazos entre sus personajes sin caer en sentimentalismos, mientras deja espacio para momentos surrealistas y bromas visuales que enriquecen la lectura.
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Del mercado negro de verduras al mundo gourmet encurtido
La comedia también estalla cuando Tatsu acompaña a su vecina Yurika a un "traficante" de verduras de bajo coste. La escena está construida como si se tratara de una entrega de droga clandestina, con todo el lenguaje y la tensión de una operación mafiosa... pero aplicada a productos frescos. Es una parodia que desarma al lector, jugando con las expectativas de lo que es un "mercado negro" y llevando al extremo la visión que Tatsu tiene del mundo.
Unos capítulos más adelante, esta búsqueda culinaria se traslada al submundo de los encurtidos gourmet. Tatsu y su mujer se ven envueltos en una especie de circuito clandestino para conseguir los mejores encurtidos, como si se tratara de armas o antigüedades valiosas. La idea de que hasta el más sencillo de los alimentos puede formar parte del inframundo criminal refuerza el tono paródico que define a Gokushufudo.
An y Toma: los herederos del legado yakuza van a la playa
El punto más dulce y divertido del volumen llega con la historia protagonizada por An, la nieta del antiguo jefe del Grupo Shinzaki. En esta ocasión, el grupo entero la acompaña a una excursión para buscar almejas en la playa, donde se encontrará con Toma, nieto de otro grupo yakuza que realiza la misma actividad con su propia escolta. Lo que podría haber sido una simple actividad veraniega se convierte en una competición infantil cargada de tensión, orgullo y estrategia, reflejando en pequeña escala el mundo de los adultos.
Este inesperado vínculo entre An y Toma se continuará en otro capítulo, donde ambos visitan un café colaborativo de Policure con sus escoltas. Oono convierte lo que podría haber sido una escena trivial en una nueva ocasión para reír y encariñarse con la próxima generación de personajes, dejando abierta la posibilidad de que estos niños se conviertan en nuevos protagonistas en el futuro.
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Miku y la pareja perfecta: humor conyugal y cotidianeidad exagerada
El volumen también dedica espacio a Miku, la esposa de Tatsu, quien sigue siendo una de las mayores fuentes de normalidad en la vida del protagonista. A través de escenas sencillas pero efectivas, vemos cómo la relación entre ambos mantiene su fuerza gracias a la complicidad, el respeto mutuo y, por supuesto, las situaciones absurdas que Tatsu provoca constantemente. Ya sea buscando encurtidos imposibles o ayudándola en tareas domésticas, cada momento juntos reafirma la ternura que sostiene esta serie bajo su fachada de comedia yakuza.
Arte y ritmo narrativo: la fórmula sigue funcionando
Gráficamente, Kousuke Oono mantiene un estilo limpio, contundente y altamente expresivo. Las composiciones visuales favorecen el ritmo rápido de lectura y potencian los remates de los chistes, especialmente en los cambios abruptos de expresión facial que definen a Tatsu. A pesar de su estructura fragmentada, el tomo fluye con agilidad y ofrece una gran variedad de escenarios y personajes que enriquecen el universo de la serie.
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Conclusión: un volumen rebosante de carisma, carcajadas y corazón
Gokushufudo vol. 15 demuestra que la serie de Kousuke Oono sigue en plena forma. Con historias originales, personajes entrañables y situaciones que parodian con maestría los códigos del manga criminal y de la vida diaria, este tomo ofrece risas garantizadas y momentos que permanecen en la memoria del lector. Lejos de agotarse, la serie sigue expandiendo su mundo con coherencia y chispa, y este volumen es prueba de ello.