Review del manga Rai Rai Rai vol. 1 – Ciencia ficción absurda, deudas eternas y un brazo que no se calla - Ivrea

El manga Rai Rai Rai, obra del irreverente Yoshiaki y publicado recientemente por Editorial Ivrea, llega a nuestras estanterías como un rayo caído del espacio: inesperado, ruidoso, grotesco y brillante.

El formato que nos presenta la editorial con este primer tomo es un clásico rústico, con sobrecubiertas extraíbles y tamaño B6. En su portada amarilla podemos ver a la protagonista bañada en los fluidos de la simpática y monstruosa criatura, los cuales han sido realizados en barniz UVI para darle más brillo. Con un interior formado por unas 200 páginas en blanco y negro, esta serie de por ahora 4 tomos en japón entra pisando fuerte.

Rai Rai Rai vol. 1 

Conocido por su anterior obra Una abuela dura de matar, el autor retoma su gusto por lo absurdo y lo marginal, esta vez situando su historia en un mundo futurista donde los humanos no solo han hecho contacto con civilizaciones extraterrestres, sino que se han acostumbrado a vivir en la sombra de conflictos interplanetarios. Un futuro sucio, desgastado y, a pesar de todo, familiar. Un escenario perfecto para una protagonista tan carismática como desastrosa.

Sumire Ichigaya, una exterminadora de plagas alienígenas, vive literalmente al día. Hundida en deudas, obligada a aceptar trabajos arriesgados para pagar facturas imposibles, su rutina se quiebra por completo cuando es abducida por un OVNI. Al despertar, descubre que ha sido alterada… físicamente. Su brazo derecho ha sido sustituido por un enorme miembro alienígena con conciencia propia, voz y cero filtros.

Desde ese momento, Sumire ya no solo tiene que lidiar con peligrosas criaturas espaciales, sino con un parásito metomentodo que le habla constantemente, le impide mantener un perfil bajo y la arrastra hacia un caos que desafía toda lógica.

Rai Rai Rai se presenta como un shōnen fuera de norma, más cercano al humor negro que a cualquier historia de aventuras convencional. Yoshiaki construye un universo en ruinas, donde la precariedad laboral, la explotación y el abandono institucional son el día a día. A través del surrealismo, el manga nos habla de realidades muy humanas: la lucha por sobrevivir, el peso del fracaso, la alienación y el deseo de encontrar algo de estabilidad, aunque sea con un brazo alienígena gritón que quiere comerse a tus compañeros de trabajo.

Y es que estas es una de las dinámicas más hilarantes del primer tomo: el alienígena no solo opina de todo, sino que representa una especie de subconsciente desatado, una voz interna que no entiende de normas sociales ni límites morales. La interacción entre ambos da lugar a diálogos cargados de sarcasmo, dobles sentidos y situaciones delirantes, pero también a momentos en los que el manga lanza dardos muy certeros sobre la soledad, la identidad y la necesidad de tener el control sobre el propio cuerpo.

Narrativamente, el tomo juega bien con el ritmo. Alterna momentos de exposición con gags visuales, combates caóticos y escenas cotidianas que rozan lo deprimente. Es una montaña rusa que avanza entre lo tragicómico y lo grotesco sin perder cohesión. Además, deja caer semillas de una trama más grande: una red de exterminadores con agendas ocultas, una conspiración alrededor del brazo alienígena y una protagonista que apenas empieza a descubrir de qué es capaz.

Visualmente, el estilo de Yoshiaki es tosco, exagerado y absolutamente perfecto para lo que quiere contar. Sus personajes tienen rostros desencajados, ojos inyectados y muecas extrañas, pero transmiten una humanidad brutal, además las escenas de acción están impregnadas de energía cinética, salpicadas de viscosidad alienígena y explosiones tan desproporcionadas como efectivas. Y, pese a todo, el diseño de viñetas es limpio, claro y fácil de seguir.

Rai Rai Rai es, por tanto, mucho más que una comedia absurda: es una crítica disfrazada de manga palomitero, una sátira social embutida en envoltorio sci-fi, y una carta de amor a esos antihéroes que, aun cubiertos de deudas, babas alienígenas y sarcasmo, se levantan cada mañana a seguir luchando.