Tras varios meses de espera, finalmente la editorial Panini ha publicado el tomo número 14 de la serie de detectives El Misterio Prohibido de Ron Kamonohashi, una obra de Akira Amano que llevábamos esperando con muchas ganas gracias a su trama adictiva a todos esos misterios pendientes de resolver.
El formato con el que se nos presenta este nuevo número es el de un tomo editado en rústica con sobrecubiertas extraíbles y tamaño Tankobon de 13x18cm. El interior está compuesto por aproximadamente 200 páginas en blanco y negro y recopila los casos del 116 al 125. Para aquellos que se quieran hacer con este nuevo tomo de esta serie, se encuentra a la venta por 9,45 € en librerías especializadas, tiendas de cómics y a través de la web de la editorial.
Tras encontrar al verdadero culpable en el caso del asesinato en el instituto Blue de detectives, Ron tiene que volver a Japón muy a su pesar, porque sabe que él es el único que podrá atrapar al culpable de las desapariciones de detectives a través del globo.
Y es que nuevamente la persona implicada forma parte de la familia Moriarty, o más bien formaba, ya que Alice realmente llevaba fingiendo su muerte desde hace muchos años, siendo una paria dentro de la familia pero demostrando que aunque sus hermanos no la tengan en consideración ella realmente es una amenaza para todos los frentes.
Pero la vuelta a Japón de Ron y Toto resulta un poco accidentada, ya que nada más llegar ya se encuentran con un fenómeno extraño que está ocurriendo en su edificio. Los residentes dan testimonio de experiencias aterradoras, incluido un cadáver ahorcado que desaparece por una escalera de caracol, un espíritu ensangrentado en el ascensor y una monstruosa serpiente gigante en el basurero.
Y no mucho después se encontrarán con un asesinato en una tienda de dulces tradicionales cuando deciden irse de vacaciones a Kamakura. Desde luego los problemas parecen perseguirles.
Dejamos de lado los problemas que trae la familia Moriarty al pobre de Ron y nos centramos en un tomo que intenta ser más ligero, sirviendo de separación entre tramas o de intento de descanso, de tanta adrenalina junta. Y es que aunque la realidad sea que los Moriarty nunca se marchan del tablero, sí que por ahora dejan de perseguir a nuestros protagonistas.
Por otro lado, nos resulta muy llamativo que el caso intermedio entre arcos sea tan poco realista. Hablan de espíritus, fantasmas e incluso de criaturas gigantes, algo que le da un punto cómico al tomo, pero que se nos hace extraño, entre tanto, asesinato premeditado. No es malo, es extraño encontrarlo aquí en mitad de la nada.
Como siempre, Kira Amano mantiene su clásico dibujo con personajes bien realizados, escenas muy detalladas y muchas expresiones faciales. Además, en esta ocasión podemos ver como al tener más momentos de comedia, estos aligeran mucho el dibujo y nos dan grandes gags para acompañar la serie.
Con esto, podríamos decir que este manga es un claro salto entre tomos y casos, pero el principal nunca termina de marcharse y el caso de relleno se nota torpe y poco integrado en la trama, por lo que muy a nuestro pesar admitimos que no es de los mejores números de esta serie.