Un amor de tinta y espuma (Kimi to Tsuzuru Utakata) es una de esas historias que llegan con apariencia de comedia romántica veraniega, pero que esconden una carga emocional que desarma. Publicado por Editorial Planeta dentro de su línea de Manga Yuri, este primer volumen obra de Yuama nos ofrece un relato delicado, melancólico y profundamente humano sobre el peso del pasado, la necesidad de redención y el inesperado poder transformador del amor adolescente.
Este primer volumen sienta las bases para una historia que promete emociones fuertes y desarrollo sincero. Si buscas un yuri emocional, maduro y centrado en los vínculos humanos más que en el romance superficial, este manga debería estar en tu estantería.
La protagonista, Shizuku Hoshikawa, es una chica de instituto que prefiere pasar desapercibida. Su mundo está hecho de silencios y palabras que solo se atreve a poner por escrito. Su única válvula de escape es una novela que escribe en secreto, una obra íntima y cargada de culpa.
Cuando su compañera Kaori Asaka, popular y radiante, encuentra ese manuscrito y lo lleva consigo para leerlo, Shizuku entra en pánico. Lo que teme no es la burla, sino que alguien vea su verdadero yo, ese que esconde tras su timidez.
Y es que Shizuku no es solo una chica tímida: arrastra un trauma que la corroe desde hace años, un incidente que nunca ha perdonado ni ha logrado olvidar. Su novela es un intento desesperado por expiar su culpa, y la relación con Kaori se convierte en un espejo donde empieza a ver posibilidades de redención.
Kaori, por su parte, es una figura luminosa, pero también misteriosa. Aunque en apariencia representa el arquetipo de la “chica popular”, Yuama le confiere una profundidad que va más allá de lo esperado: hay en ella una fragilidad oculta, una necesidad de conectar que parece responder a heridas propias.
Por eso, Kaori, lejos de juzgarla, queda fascinada con lo que ha leído y propone algo insólito: fingir que son pareja durante el verano para que Shizuku escriba una novela romántica basada en la experiencia. Así arranca una relación que, aunque empieza como un juego, se convierte en un viaje emocional que marcará a ambas de forma irreversible.
Desde sus primeras páginas, Un amor de tinta y espuma se desmarca del yuri escolar ligero para adentrarse en terrenos más íntimos.
La relación entre ambas no avanza por caminos convencionales. Sí, hay momentos dulces y escenas de “cita” en acuarios, pero todo está teñido de una extraña sinceridad, de esa mezcla agridulce que tienen los amores destinados a dejarnos una marca. Yuama no fuerza el dramatismo, pero tampoco esquiva los rincones oscuros del alma de sus protagonistas.
Una de las mayores virtudes del manga es que no busca complacer clichés ni ofrecer fanservice. Aquí no hay fetichismo ni sexualización innecesaria. Un amor de tinta y espuma es una obra que trata las relaciones entre chicas con respeto, ternura y una notable carga emocional, es un manga lento, introspectivo y centrado en el desarrollo emocional.
El dibujo de Yuama es delicado, limpio y muy expresivo. Las emociones de las protagonistas se reflejan con sutiles cambios de mirada, gestos contenidos y silencios bien medidos. La narrativa visual es especialmente efectiva en los momentos introspectivos, donde el uso del espacio en blanco y las composiciones diagonales refuerzan la atmósfera de aislamiento y deseo de conexión. Los fondos son sobrios, con un enfoque claro en lo emocional más que en lo ambiental, y cuando aparece el color (en las primeras páginas), lo hace con una calidez envolvente.
Un amor de tinta y espuma no es solo una historia sobre dos chicas que se enamoran: es un manga sobre el perdón, la identidad, la creación artística y las segundas oportunidades. Es una obra que habla al lector desde la intimidad, que conmueve sin necesidad de grandes gestos y que deja, como su título, una impresión efímera, pero profunda, como tinta en el agua.