"Mr. Mallow Blue", obra de Akaza Samamiya, es un shôjo que aborda temas profundos y emocionalmente complejos, ofreciendo una historia intensa y reflexiva sobre el acoso escolar, la depresión y la búsqueda de identidad en un mundo que a menudo parece implacable.
Distrito Manga lanzaba recientemente el quinto volumen, en un impecable formato tomo B6 (130x180) rústica (tapa blanda) con sobrecubierta idéntico al original japonés, con traducción de Eduardo Ozores Díez de DARUMA y maquetación de Yellowkidworks.
En Japón, la serie ya cuenta con cuatro tomos (y abierta) y se publica en la revista Asuka de Kadokawa Shoten desde 2019.
Mr. Mallow Blue vol. 5 – Secretos, heridas y un amor en transformación
El quinto volumen de Mr. Mallow Blue, obra de Akaza Samamiya publicada por Distrito Manga, se adentra con más fuerza que nunca en el corazón emocional de sus personajes, acercando esta melancólica historia hacia su resolución. La compleja red tejida entre Aoi, Sakura, Minazuki y Yume empieza a tensarse hasta un punto casi insoportable, donde los límites entre el amor, la dependencia y el pasado se difuminan con una sutileza tan delicada como desgarradora.
A lo largo de sus 244 páginas, este volumen amplifica el tono introspectivo que ya venía marcando la serie, pero ahora lo hace con una narrativa que se siente más decidida, más cruda, incluso más dolorosa. Ya no basta con sobrevivir emocionalmente; ahora los personajes están obligados a enfrentarse a la verdad de sus sentimientos.
Yume y Sakura: amar un reflejo roto
Uno de los ejes más potentes del tomo gira en torno a la figura de Yume, quien, creyendo estar con Aoi, en realidad está reviviendo —casi sin saberlo— su amor adolescente por Sakura. Esta confusión emocional alcanza nuevas cotas cuando el lector descubre, a través de flashbacks de secundaria, cómo Yume intentó monopolizar a Sakura en el pasado, alimentando una relación obsesiva y tóxica que terminó por romperlas a ambas.
Ahora, en el cuerpo de Aoi, Sakura se convierte en una proyección reconfortante de ese amor perdido. Yume, cegada por el deseo de aferrarse a lo que cree que está recuperando, empieza a repetir sus mismos errores. Esta espiral emocional de dependencia, culpa y negación se convierte en uno de los puntos más intensos del tomo, reflejando cómo el trauma emocional mal cicatrizado siempre tiende a repetirse.
Samamiya demuestra aquí una enorme habilidad para representar la toxicidad emocional sin juicios morales, dejando que las acciones de Yume y Sakura hablen por sí solas. Las escenas compartidas entre ellas —tensas, íntimas, a veces incómodas— están llenas de ambigüedad emocional y marcan un paso adelante en la madurez temática de la obra.
Minazuki y Aoi: el amor que brota con paciencia
Mientras tanto, la relación entre Aoi y Minazuki sigue creciendo desde la ternura, pero no sin obstáculos. Minazuki ha aceptado sus sentimientos: ama a Aoi, incluso dentro del cuerpo de Sakura. Pero Aoi aún no ha terminado de reconocerse como alguien digno de ser amado. Esta falta de autocomprensión se manifiesta en su necesidad de compensar constantemente a Minazuki, como si su sola presencia no bastara.
Es precisamente esta dinámica de cuidados cruzados —la necesidad de dar para sentirse merecedor del afecto— lo que estructura las escenas más hermosas del tomo. La celebración del festival de las hortensias, por ejemplo, es un pasaje luminoso y lleno de simbolismo, donde los sentimientos reprimidos empiezan a brotar con la delicadeza y el caos que solo el amor puede contener.
Minazuki, con su constante paciencia y ternura, se convierte en el faro emocional de Aoi, aunque también empieza a mostrar pequeños destellos de vulnerabilidad. La historia ya no trata solo de rescatar a Aoi de su dolor, sino de construir algo juntos, paso a paso, sin que ninguno de los dos pierda su identidad en el proceso.
El cuadrado amoroso al borde del colapso
A estas alturas, la tensión entre los cuatro protagonistas se vuelve casi insoportable. La estructura romántica que Akaza Samamiya plantea se acerca más a un estudio de las heridas emocionales que a un romance al uso. Todos están enamorados, todos están heridos, y todos, de una forma u otra, buscan una redención imposible en el cuerpo o el alma del otro.
Pero el tomo 5 ya no es solo un juego de equívocos y proyecciones. Empieza a emerger una necesidad urgente de confrontación. Yume debe decidir si puede dejar atrás a Sakura. Aoi debe entender qué significa ser amado. Minazuki debe asumir que no puede proteger a Aoi de todo. Y Sakura, en el cuerpo de Aoi, debe plantearse si seguir huyendo o volver a ser ella misma.
Arte que respira con el alma
Una vez más, el dibujo de Samamiya brilla por su expresividad sutil y sus silencios cargados de emoción. No hacen falta grandes despliegues visuales: una mirada, un gesto o una flor de hortensia cayendo al suelo bastan para llenar una página de significado. La composición visual de las viñetas prioriza la atmósfera y las emociones internas, y eso convierte a Mr. Mallow Blue en una lectura profundamente sensorial.
Conclusión: el inicio del final emocional
Este quinto volumen no solo acelera el desenlace del cuadrado amoroso que comenzó “bajo la lluvia”, sino que empuja a sus personajes a un momento decisivo: ¿seguir arrastrando las heridas o aprender a sanar? La historia no ofrece respuestas fáciles, pero sí plantea preguntas profundamente humanas. ¿Podemos amar sin perdernos a nosotros mismos? ¿Podemos dejar atrás un pasado que todavía arde? ¿Quiénes somos cuando dejamos de escondernos?
Con una narrativa pausada, diálogos cargados de significado y un arte que nunca deja de conmover, Mr. Mallow Blue vol. 5 es una obra profundamente emocional que se dirige con paso firme hacia su desenlace. Si has seguido esta historia hasta ahora, este tomo es una parada imprescindible en el viaje hacia la catarsis final.