Reseña de As the Gods will: La Secuela, vol. 7, de Muneyuki Kaneshiro y Akeji Fujimura.

   Reseña de As the Gods will: La Secuela, de Muneyuki Kaneshiro y Akeji Fujimura.

Tras pelearse con el mejor amigo de su infancia, Yasuto Akashi decide saltarse las clases. Sin embargo, lo que no se imagina es que, justo ese día, en el instituto, comienzan lo que a primera vista parecen unos juegos la mar de inocentes. No obstante, aquellos que no sigan las reglas del juego o que pierdan la partida morirán en el acto de una forma atroz. Por otra parte, han reunido a todos aquellos que han faltado a clase para concederles una segunda oportunidad y que completen una serie de juegos mientras, simultáneamente, sus compañeros intentan salir con vida de la siguiente ronda. Desconcertados por la situación, los estudiantes arriesgarán sus vidas para sobrevivir, aunque eso implique dejar de lado su humanidad.

Akashi enfrentando el Laberinto de Amano Yaku mientras persigue a Aoyama – As the Gods Will: La secuela vol. 7

Recientemente Distrito Manga lanzaba el tomo 7 de la secuela del manga As the Gods will (Kami-sama no Iu toori 神さまの言うとおり), obra ilustrada por Akeji Fujimura y escrita por Muneyuki Kaneshiro, autor a quién ya conocemos de sobras gracias al exitoso manga Blue Lock.

La historia original se publicó entre febrero de 2011 y octubre de 2012 en la Weekly Shōnen Magazine de Kodansha desde el 3 de febrero de 2021 y cuenta con cinco tomos recopilatorios que distrito ya ha publicado en España. 

Ahora llega el turno de la segunda parte de 21 tomos, que se serializó de enero de 2013 a enero de 2017 y que Distrito Manga nos ofrece con una publicación de calidad en un formato de tomos dobles, un tankoubon (rústica con sobrecubierta) de 132mm x 179mm, en cuyo interior encontramos 376 páginas en blanco y negro traducidas por Daruma.

As the Gods Will: La secuela vol. 7 – Mentiras, laberintos y un descenso a la locura

La historia de As the Gods Will: La secuela alcanza un nuevo nivel de perversidad y desesperación con el volumen 7 publicado por Distrito Manga, en el que la mecánica de los juegos mortales da un giro inesperado y sumerge a los protagonistas en un escenario marcado por la confusión, el engaño y la angustia emocional. Bajo el control de Mana y tras la desaparición de Kami, los juegos se transforman en un infierno aún más imprevisible, donde las reglas mienten y la cordura pende de un hilo.





Akashi enfrentando el Laberinto de Amano Yaku mientras persigue a Aoyama – As the Gods Will: La secuela vol. 7Akashi enfrentando el Laberinto de Amano Yaku mientras persigue a Aoyama – As the Gods Will: La secuela vol. 7

El Laberinto de Amano Yaku: el engaño como única verdad

Con el Kami’s Phone en sus manos, Mana impone su sadismo con un nuevo juego: el Laberinto de Amano Yaku. Inspirado en un demonio celestial que solo dice mentiras, esta nueva fase no solo pone a prueba la fuerza física y mental de los participantes, sino que subvierte por completo las dinámicas anteriores. En este nuevo infierno, las instrucciones están al revés, y todo lo que parece seguro conduce a la muerte.

Desde el primer instante, el lector queda atrapado en un juego donde la lógica es traicionera y la supervivencia depende de cuestionarlo todo. El propio Akashi se convierte en la voz de la razón, comprendiendo a tiempo que las reglas son una trampa. Sin embargo, este descubrimiento no basta para detener la tragedia: varias vidas se pierden de forma brutal y repentina, reforzando la atmósfera de pánico e incertidumbre que domina el tomo.

El descenso de Aoyama: un corazón roto, una mente fragmentada

Si el Laberinto de Amano Yaku representa el infierno físico, la transformación de Aoyama lo es en lo emocional. El chico que una vez fue el mejor amigo de Akashi ahora se ha convertido en una sombra de sí mismo: una figura silenciosa, incapaz de reconocer el mundo que le rodea, desconectada de cualquier impulso que no sea el de sobrevivir. La tensión se incrementa con cada escena compartida entre ellos, porque lo que Akashi persigue no es solo escapar del juego, sino rescatar a quien fue su hermano del alma.

Este nuevo rostro de Aoyama —vacío, mecánico, devastado— representa uno de los momentos más crudos del manga hasta ahora. Ya no se trata únicamente de escapar de los dioses: ahora, el objetivo es rescatar la humanidad perdida, aunque ello suponga arriesgar la propia vida. Y Akashi, impulsado por la culpa de su última discusión con él, se niega a rendirse.

Akashi enfrentando el Laberinto de Amano Yaku mientras persigue a Aoyama – As the Gods Will: La secuela vol. 7Akashi enfrentando el Laberinto de Amano Yaku mientras persigue a Aoyama – As the Gods Will: La secuela vol. 7

Akashi, el corazón de la resistencia

Una vez más, Muneyuki Kaneshiro demuestra que Akashi no es el protagonista típico de una historia de supervivencia. Su fuerza no viene de la brutalidad ni de la astucia, sino de la empatía. A lo largo de este volumen, su determinación por alcanzar a Aoyama y hacerlo reaccionar sirve como hilo conductor de una narrativa que equilibra tensión, horror y emoción humana con una precisión escalofriante.

Akashi se convierte en el símbolo de lo que queda de humanidad en este mundo de muerte y mentiras, y su esfuerzo por comprender el nuevo juego, liderar a otros y no perder de vista sus emociones es lo que sostiene emocionalmente al lector en medio del caos.

Fujimura desatado: ilustrando el horror

Akeji Fujimura sigue superándose a nivel artístico. Las páginas del Laberinto están cargadas de detalle, con criaturas surrealistas, escenarios opresivos y una narración visual que juega con la perspectiva para transmitir confusión y miedo. Las muertes, como es costumbre en la serie, no se escatiman en crueldad visual, pero el verdadero impacto llega en los momentos de quietud: las miradas vacías de Aoyama, las lágrimas contenidas de Akashi, los silencios antes del caos.

El festival de emociones visuales que representa el festival de horrores de este tomo se mantiene fiel a la esencia estética de la serie: un equilibrio perfecto entre la brutalidad del survival horror y la sensibilidad emocional de sus personajes.

El nuevo orden de los dioses

La figura de Mana se consolida como un nuevo eje narrativo. Ahora que domina los juegos, su retorcido sentido del entretenimiento alcanza cotas que incluso Kami no había explorado. La manipulación emocional, la mentira como base de juego, el sadismo disfrazado de reglas… todo en Mana apunta a una evolución aún más oscura del rol de los "dioses".

En este contexto, queda claro que los juegos ya no son solo pruebas de ingenio o supervivencia: se han transformado en armas psicológicas diseñadas para romper a los jugadores desde dentro. La crueldad ya no está en los castigos, sino en las esperanzas falsas, en las reglas imposibles y en la deshumanización progresiva de los supervivientes.

Conclusión: más que un juego, una caída libre hacia el abismo

As the Gods Will: La secuela vol. 7 es una entrega intensa, inteligente y brutal que redefine las reglas de su propio universo. Con la introducción del Laberinto de Amano Yaku y la devastadora caída de Aoyama, este tomo se convierte en uno de los más oscuros de la serie hasta ahora. El horror ya no se limita a la violencia gráfica: ahora lo encontramos en la confusión, en la pérdida de identidad, en el amor que no puede rescatar lo que ya está roto.

Distrito Manga continúa ofreciendo una edición cuidada, ideal para una obra tan compleja emocionalmente. Con el final ya en el horizonte y las piezas sobre el tablero cada vez más desequilibradas, este volumen es un capítulo clave para cualquier lector que haya seguido de cerca esta saga de muerte, redención y traición.