La autora Sachiko Takeuchi, conocida por su estilo sensible y personajes peculiares, ha estrenado un nuevo manga en la revista Morning two de Kodansha. Titulado Kabukicho Karaoke Tenin Toshikuni-san (Kabukicho Karaoke Clerk Toshikuni), la obra debutó el 22 de mayo con la publicación de sus dos primeros capítulos.
Un karaoke, un dependiente y muchas canciones para curar el alma
La historia se centra en Toshikuni, un dependiente tranquilo que trabaja en Karaoke Nyan, un establecimiento situado en pleno corazón de Kabukicho, el distrito más vibrante y caótico de Shinjuku. A primera vista, Toshikuni parece un trabajador más, discreto y sin pretensiones. Sin embargo, posee un talento muy especial: selecciona canciones que alivian las penas de sus clientes, ayudándoles a encontrar consuelo y recuperar la alegría en momentos difíciles.
Pero no todo es lo que parece. Tras su amable disposición y su impecable sentido musical, Toshikuni guarda motivos ocultos que lo atan a este particular trabajo nocturno. La obra promete explorar temas como la soledad urbana, la búsqueda de redención y las emociones compartidas a través de la música.
El regreso de una autora con voz propia
Sachiko Takeuchi no es ajena a las historias humanas cargadas de emoción. Su obra más conocida, General Manager of Baby (Aka-chan Honbuchō), consiguió una adaptación al anime en marzo de 2021 gracias a su particular mezcla de humor absurdo y ternura inesperada. Esta serie retrataba a un jefe de oficina con la apariencia de un bebé, y logró destacarse por su tono único y fresco.
Con Kabukicho Karaoke Clerk Toshikuni, Takeuchi cambia de registro para adentrarse en un entorno más realista, aunque no menos íntimo. El contraste entre la estética colorida de los karaokes y el drama personal de los clientes (y del propio Toshikuni) le permitirá explorar nuevos matices en su narrativa.
Una historia con ritmo emocional y escenarios cotidianos
Kodansha apuesta de nuevo por Takeuchi como una autora capaz de ofrecer relatos diferentes en el amplio panorama del manga seinen. El barrio de Kabukicho, con su mezcla de luces de neón, secretos y excesos, se convierte en el telón de fondo perfecto para una obra que, más allá de las canciones, habla de las pequeñas heridas que todos llevamos dentro.