Recientemente, la editorial Ivrea ha lanzado al mercado el tomo 23 del manga Hanako-kun, el fantasma del lavabo, obra de AidaIro que alcanza el ritmo de publicación japonés, recopilando los capítulos 113 a 117 de su versión japonesa, publicada en diciembre de 2024 en el país nipón.
Nuevamente, tenemos en nuestras manos un tomo en rústica con sobrecubiertas extraíbles que mide 13 x 18 cm, manteniendo el formato del manga original japonés. En su interior encontraremos 200 páginas en blanco y negro, más las 2 primeras a color, que corresponden a su vez a una ilustración de la autora y al índice del tomo. Para aquellos que se quieran hacer con este tomo, lo tienen a la venta en librerías, tiendas de cómics y a través de la web de la editorial por 9€.
Por decreto de los Guardianes del Reloj, el pasado ha sido reescrito, creando un nuevo futuro... y, de repente, Nene se encuentra en un mundo muy diferente al que conoce. Las relaciones entre sus amigos están confusas: El chico que le gustaba antes, Teru, ahora está prometido con su mejor amiga Akane; Mitsuba está vivito y coleando; su vida amorosa es un desastre, y Hanako-kun no aparece por ningún lado, ¿o sí?
¡Porque mientras lo buscaba ha descubierto algo que no creía que pudiera pasar: los siete misterios de la academia han desaparecido! Y no solamente su personificación, sino que además sus fronteras e historias no tienen cabida en este nuevo mundo. Y, por lo tanto, no hay nadie a quien acudir.
Por otro lado, Yuugi Amane o Hanako, nunca murió y llego a ser profesor, o eso es lo que logra entrever al atravesar un velo de inconsciencia y encontrar una foto, con su rostro en el cuerpo de un profesor adulto.
Mientras tanto, un extraño rumor se extiende por la Academia Kamome, hablando de un ritual para invocar a un ser sobrenatural que concede deseos. Pero ¿es este pequeño solo un niño solitario que quiere jugar, o alberga algo más siniestro en su interior y porque se parece al hermano pequeño de Hanako...?
Como le gusta a esta autora meter a los personajes principales en mundos idílicos. En esta ocasión y gracias a una triquiñuela espacio-temporal, Nene se encuentra en un mundo en el que no se encuentran los siete misterios. No hay espíritus ni criaturas monstruosas, los alumnos están a salvo y ella se siente sola sin Hanako.
Pero no es la única que lo sufre, su compañero Minamoto puede ver como Mitsuba está alegre y vivo, pero no es su verdadero Mitsuba. ¿Aunque es verdad que es igual de alocado, que le trata igual que su versión fantasma y que está igual de mal de la cabeza... así que quizás sí que es él? Este tomo se centra más en la realización de que las fantasías que les hacen felices los pueden engañar, pero que siguen siendo eso, fantasías y no la realidad.
En cuanto al arte, este sigue siendo hermoso, detallado y aunque en esta ocasión hay menos acción, seguimos encontrando escenas de persecuciones y un niño pequeño que da muy mal rollo. Eso sí, echamos de menos a nuestro protagonista y nos quedamos con las ganas de verlo más en su versión adulta.
El problema está en que ahora entre tomo y tomo tendremos que esperar bastante, ya que el ritmo de publicación japonesa no es de lo más ligero y nos tocará releer los tomos una y otra vez hasta esperar el siguiente, en el que suponemos cerrarán este arco del mundo alternativo.