Reseña de Lo que más me gusta son los monstruos #2 de Emil Ferris de Reservoir Books

Lo que más me gusta son los monstruos #2 (Emil Ferris, Reservoir Books, Barcelona, 2024) retoma la trama de la anterior entrega. Karen Reyes, que se identifica a sí misma como una mujer loba con gabardina, continúa investigando el asesinato de su querida vecina Anka Silverberg y la escucha de sus cintas. Tras la muerte de la madre de Karen, ella vive ahora solo con su hermano Diego “Deeze” Reyes. La relación entre ellos es uno de los ejes narrativos de este segundo volumen de la novela gráfica de Ferris. Además, conocemos a nuevos personajes que ayudan a ahondar en las luchas sociales de finales de los años setenta en los EE.UU. como la del colectivo LGTBIQ+ o el rol de la comunidad afroamericana. La autora vuelve a presentar esta obra usando la técnica del arte con bolígrafo en una suerte de libreta con hojas a rayas horizontales. El poder visual de este recurso sigue mostrando fuerza.

Lo que más me gusta son los monstruos

Cada capítulo va precedido por homenajes a portadas de revistas de ciencia-ficción que dan como resultado Ghastly, Ghoulish o Tales of the Eldritch and the arcane. Así mismo, estas referencias inciden en la fascinación de la protagonista por los monstruos. El juego entre qué es un monstruo se explora con más detalle en este volumen. Partiendo de la base de los seres sobrenaturales, se le da la vuelta a este concepto para presentar seres monstruosos. Dichos personajes son personas de los bajos fondos y de dudosa moralidad. A su vez, ahora que la figura materna no está se ahonda más en la condición de lesbiana de la protagonista. Ella está en proceso de entenderse a sí misma, como muchos adolescentes, y empieza a sacar sus propias conclusiones sobre lo que siente hacia las mujeres y cómo este sentimiento es visto como algo monstruoso por gran parte de la sociedad.

El cerebro

En el ámbito cromático, llama poderosamente la atención la portada de esta segunda entrega. En ella vemos el rostro de Karen, ataviada como mujer loba, y a su alrededor se representan líneas de distintos colores que transmiten calidez y luz. Este efecto, así mismo, deja claro que la búsqueda de la identidad por parte de la protagonista es el corazón de la obra. En ese viaje ella gana confianza en sí misma y emprende su propio camino en solitario por las calles de Chicago con y sin la supervisión de su hermano mayor. Al ser huérfana, ya no está ligada a las normas estrictas de su progenitora. Esta nueva realidad también queda reflejada en Deeze. Al pasar más tiempo con su hermana, nos adentramos en su mundo al margen de la ley, la sociedad y las enseñanzas maternas a excepción de cuidar de su hermana. El vínculo fraternal entre los dos se refuerza ya que ahora son la única familia que les queda al otro. La existencia del padre es anecdótica y es como si estuviera muerto.

Karen Reyes

Entre los nuevos personajes, hay uno que llama especialmente la atención. Se trata de Jeffrey Álvarez “El cerebro”. Suele ir vestido con ropa colorida, lleva gafas de pasta y el pelo al estilo afro. Es la voz de la denuncia social y espejo de la lucha antisistema. Las reflexiones que Karen, como narradora, comparte con nosotros nos invitan a reflexionar. Él acepta la orientación sexual de Karen. En comparación con la anterior entrega, este personaje sería la antítesis de la madre de los hermanos Reyes, ya que ella rechazaba todo lo que estuviera conectado con la contracultura desde las revistas sobre monstruos que se presentan en esta novela gráfica así como las opciones sexuales alejadas de la heterosexualidad dirigida a un matrimonio con hijos bajo el paraguas del cristianismo. “El Cerebro”, en cambio, se perfila como todo lo contrario.

Sueño de Karen

Igual que en el primer volumen, los hermanos Reyes visitan el museo para contemplar cuadros. Deeze, en ocasiones, le comenta a su hermana la historia que hay detrás de cada pintura, los trazados, la técnica del autor y el mensaje que puede transmitir. De todos ellos, hay uno que resume la lucha silenciosa de Karen. Ella padece pérdidas de la noción del tiempo en las que sucede algo violento que parece ser un tipo de amnesia disociativa. El lienzo en cuestión es El sueño de la razón produce monstruos de Francisco de Goya. Se da una profunda conexión entre esa obra pictórica y el conjunto de los dos tomos de la obra de Ferris.

Visita al museo

La segunda entrega de Lo que más me gustan son los monstruos sigue la estela del primer volumen. Representa la rutina diaria de los hermanos Reyes, el viaje introspectivo de Karen para conocerse a sí misma y continúa su investigación sobre el asesinato de su vecina Anka Silverberg.