She is Beautiful vol. 3: el viaje de Kurumi entre la amnesia, la persecución y la búsqueda de su identidad
Reseña de She is Beautiful vol. 3 – La deshumanización del futuro y el viaje de Kurumi hacia su identidad
El tercer volumen de She is Beautiful, publicado recientemente por Panini Comics en formato tankōbon de 216 páginas, 13x18 cm y en blanco y negro, nos adentra aún más en el thriller distópico creado por Jun Esaka y Takahide Totsuno. Esta historia, serializada originalmente en la revista Tonari no Young Jump de Shueisha y cerrada en Japón con cinco tomos, avanza con fuerza hacia sus temas más incómodos y profundos, dejando atrás cualquier atisbo de esperanza fácil.
Kurumi y la soledad del viaje
En esta nueva entrega, Kurumi ha cruzado medio mundo para llegar al ballet de Moscú, con la ilusión de reencontrarse con Hikari, su amiga de la infancia y el único punto de referencia emocional que mantiene encendida su voluntad. Sin embargo, la decepción es devastadora cuando descubre que la persona que creía su amiga ni siquiera la recuerda. La desesperanza se acentúa cuando Sayaka le revela que la verdadera Hikari sigue en Japón. Este giro desencadena el núcleo narrativo del volumen: el viaje de regreso a su país de origen en tren, perseguida por el sistema Regis, y con cada noche que pasa borrando de nuevo su memoria.
Kurumi es un “nuevo primate”, un ser humano de origen artificial concebido para la experimentación, carente de derechos. Este hecho no solo convierte su vida en una lucha por la supervivencia, sino que pone sobre la mesa preguntas tan incómodas como necesarias: ¿quién decide qué vidas merecen protección? ¿Qué define la humanidad: el nacimiento biológico o la conciencia?
El cuerpo como frontera y el olvido como condena
La historia desarrolla de forma más explícita el impacto que los reinicios de memoria tienen sobre Kurumi. Ahora que es plenamente consciente de su condición, cada día representa un nuevo combate contra la desaparición de sí misma. Armada con una libreta llena de apuntes, se aferra a lo poco que le queda: sus notas, su voluntad y la necesidad de no olvidarse por completo. Este recurso narrativo sigue siendo uno de los grandes aciertos del manga, permitiendo que el lector experimente junto a la protagonista una angustia constante y profundamente humana.
El viaje en tren se convierte en una odisea simbólica donde Kurumi experimenta tanto la maldad como la bondad de las personas. Algunos la ven como una niña indefensa; otros como un blanco fácil para el abuso. Esta dualidad retrata con crudeza un mundo que, aunque devastado por el control de Regis, sigue siendo reflejo de nuestra propia sociedad: empática a ratos, pero mayoritariamente hostil ante la vulnerabilidad ajena.
Sayaka, Misaki y Aoi: las sombras que la siguen
En paralelo, el volumen sigue desarrollando a los personajes que orbitan en torno a Kurumi. Sayaka, cuya motivación para mantener a Kurumi atrapada en su ciclo de reinicios de memoria se vuelve cada vez más turbia, comienza a generar sospechas incluso entre quienes antes la consideraban una figura aliada. Su comportamiento paternalista y su aparente obsesión con preservar a Kurumi tal como está plantea otra inquietante reflexión: ¿se puede llamar protección a lo que niega el derecho a decidir?
Por otro lado, la dupla formada por Misaki y Aoi añade una nueva capa de tensión. Ambas también han escapado de Familie, y si bien todavía no se revela con claridad su rol en la historia, su persecución constante subraya que lo que está en juego va más allá de la vida de Kurumi. Hay secretos enterrados en el pasado de todas ellas que, lentamente, comienzan a emerger.
Una obra con peso emocional y visual
El arte de Takahide Totsuno sigue siendo uno de los mayores puntos fuertes de She is Beautiful. Con trazos limpios y una narrativa visual clara pero expresiva, consigue plasmar el peso emocional de cada escena. Las ilustraciones del viaje en tren, de los rostros anónimos que rodean a Kurumi, y de las pequeñas miradas que intercambia con desconocidos, aportan una sensación constante de vulnerabilidad. Hay una tristeza latente en cada viñeta, un vacío que refuerza el mensaje central de la historia: Kurumi está sola, incluso cuando no lo parece.
Conclusión: el rostro desolador del futuro
El tercer volumen de She is Beautiful consolida a la serie como una de las propuestas más inquietantes y emocionalmente poderosas del catálogo actual de Panini Comics. Es una obra que incomoda, que cuestiona, que se atreve a señalar las líneas borrosas entre humanidad y utilidad, entre identidad y programación.
Kurumi, más que una heroína, es una víctima con fuerza de voluntad. Su viaje por recuperar algo tan esencial como su memoria y su libertad personal se convierte en una metáfora potente sobre los derechos fundamentales y la dignidad negada. Con cada paso que da, la historia se vuelve más oscura, más compleja, más real.
En una era donde la inteligencia artificial, la clonación y la automatización están cada vez más presentes, She is Beautiful ofrece una reflexión dura pero necesaria sobre los límites éticos del progreso. Este volumen en particular marca un punto de inflexión, preparando el terreno para un desenlace que promete ser tan devastador como revelador.