Norma Editorial sigue sorprendiéndonos con pequeñas y grandes joyas en su catálogo de cómic y manga, y una de esas que nos ha dejado sin palabras ha sido Somna, un cómic de Becky Cloonan y Tula Lotay que nos habla de la fina línea entre el terror y el placer.
Comenzando por la edición, este cómic se nos presenta como un tomo clásico en cartoné, con tapas duras y un interior de 200 páginas a todo color que alterna dos estilos de dibujo muy diferentes. El precio de esta joyita es de 35€ y está disponible en tiendas de cómic, tiendas especializadas y a través de la web de la editorial desde febrero.
Siglo XVII, caza de brujas, un pueblo rural alejado de todo y de todos, y una protagonista sencilla, Igrid, la esposa del alguacil que pese a ser dulce, cuidadosa y buena mujer, siente que hay algo que la acecha en las noches y la persigue dentro de sueños, algo que se arrastra en la oscuridad y la visita mientras duerme.
Sin embargo, lejos de dañarla, esta sombra oscura la lleva a recorrer el sendero de lo oculto, del placer y del pecado, algo a lo que ella se niega tajantemente en un principio, porque las enseñanzas de la iglesia la adoctrinaron así; pero la curiosidad y la falta de cariño por parte de su esposo le dan el empujón que necesitaba.
¿Pero es realmente malvado eso que la persigue en la vigilia? Ese deseo carnal que se ve incapaz de saciar con un marido ausente y puritano, recibe finalmente la atención necesaria, "eso" deja que Ingrid explore su cuerpo, sus deseos y todo lo que está severamente reprimido, pese a que en la plaza del pueblo no se duda en quemar a cualquier sospechosa de tener trato con las fuerzas diabólicas.
El placer y el terror que vive esta protagonista son dos caras de una misma moneda, aunque para el lector este terror no sea el clásico de las películas, sino algo más oscuro, con más subterfugios y recovecos que el clásico terror de sustos o monstruos. Aquí se vive el miedo por la vida, el miedo a descubrir el propio placer y el de morir en la hoguera ante las malas acciones.
Esto, enmarcado en la época que nos plasman sus autoras, consigue ofrecer una historia de liberación sexual y de doble sentido. ¿Es realmente Ingrid una bruja, es el demonio lo que la acecha o son sus propios miedos que toman forma y la lente que lo mira es la de la represión y la negación? Cualquiera de las dos es una buena respuesta, ya que no hay una forma incorrecta de entender esta obra.
En cuanto al arte, como habíamos comentado en párrafos anteriores, estamos ante un comic dual, sus dos autoras realizan cada una, una parte de la historia, siendo Becky quien se encarga de la realidad, más pragmática y lineal, mientras que Tula se hace cargo de los sueños, etéreos, desdibujados y sensuales. Un duplo precioso que nos ha enamorado y que ayuda muy bien a separar las dos versiones de la vida de su protagonista.
Con esto podemos decir que estamos ante la primera gran colaboración entre Norma Editorial y el sello norteamericano DSTLRY, y si todas las obras van a ser así de interesantes, bellas y llenas de sentimiento, ya tenemos ganas de seguir el avance de esta colaboración.