Tras el éxito que fue, al menos para nosotros, el primer número, hoy llegamos con el segundo tomo de El chico que me gusta no es un chico, un manga de Sumiko Arai de corte romántico, divertido y lleno de momentos inolvidables, que está editando Panini Manga en nuestro país.
El segundo tomo se mantiene en el mismo formato que el primero, es decir, un tomo en cartoné con tapas blandas y sobrecubiertas que miden 14.8X21cm, un formato tankoubon, que recopila en su interior 160 páginas realizadas en blanco, negro y verde fluorescente. Con este tomo encontramos los capitulo 4, 5 y 6 así como un pequeño Booklet con 6 páginas a todo color, que ilustran a los personajes, algunos momentos cómicos y pequeños detalles de la serie. El precio de este nuevo número es de 12.95€ y está disponible en tiendas de cómics, librerías y a través de la web de la editorial.
Ahora que tiene claro que el chico que le gusta no es un chico, Aya sopesa si a partir de ahora serán simples amigas o surgirá “algo más”. Y es que aquí ella ha sido la tonta por decir en voz alta que el que le gusta es el chico de la tienda de discos, que casualmente es su compañera de al lado de clase. Pero la propia Mitsuki jamás ha dicho nada para arreglar el malentendido, si no que más bien todo lo contrario, ha seguido con el tira y afloja, por lo que la situación es confusa a todos los niveles.
Por su parte, Mitsuki se reconcome tratando de dar con la distancia adecuada entre las dos. Son amigas, se llevan bien, comparten gustos musicales y siempre se buscan a todas horas para compartir esa afición. ¿pero es esa distancia cómoda o no?
Pese a todo, unidas por el poder de la música, no pueden resistirse al creciente magnetismo que las arrastra la una hacia la otra, girando en una espiral que por ahora las deja confundidas, pero felices de estar juntas, sea como sea. Y tal será esa dicha que incluso Mitsuki podrá empezar a hacer amigas nuevas, compañeras de clase que la apoyarán como una más.
Aun así, ambas son conscientes de que estando las dos juntas, cuando se miran a los ojos, cuando están solas, la electricidad salta, el rock suena y una sonrisa se les escapa siempre, buscando algo más que por ahora, no se atreven a decir en voz alta.
Seguimos con el rock en vena y con la relación de amistad y noviazgo de esta pareja de chicas. Una que parece que va avanzando poco a poco, pero que para nuestra alegría no cambia a peor, sino que parece que se va haciendo más sincera. Ahora bien, ¿cuánto tiempo tendremos este tira y afloja entre las dos? Porque la gracia son los momentos de timidez que viven juntas, pero cuando se acostumbren a esta nueva dinámica, eso puede cambiar.
Además, un punto muy interesante de este nuevo volumen es la incorporación de un nuevo grupo social para la pobre Mitsuki, quien hasta la fecha no había tenido amigas como tal, y ahora le han salido unas cuentas de debajo de las piedras. Aunque claro, ¿cómo no iba a pasarle si tiene como Crush a la chica más popular de la clase?
Ahora bien, si saltamos al apartado artístico, nos entristece darnos cuenta de que la versión masculina de Mitsuki poco a poco está menos en escena. Si bien su parte femenina va actualizándose a sus gustos reales, con el cabello recogido o los piercings a la vista, pero ese "chico" va empezando a desaparecer, una lástima porque nos encantaba ese aspecto de adolescente de banda de rock japonesa.
Con esto solo podemos decir que si antes nos gustaba este manga, ahora nos está encantando. Ver como avanza esta relación clandestina que ni ellas mismas pueden asimilar todavía; darnos cuenta de hacia adonde parece ir, y verlas crecer como personas, es tan gratificante como leer este nuevo tomo.