El Culto Mechanicum se arma contra la herejía tecnológica con la llegada del Arcuitor Magisterium. Un agente de juicio implacable, sin ataduras oficiales, pero con la autoridad para erradicar cualquier desviación del dogma del Omnissiah.
Estos individuos no son simples servidores del Adeptus Mechanicus; son antiguos, con siglos de mejoras cibernéticas que los han llevado más allá de la humanidad. Su búsqueda de la perfección mecánica les ha dotado de una inquebrantable devoción, convirtiéndolos en jueces y verdugos de aquellos que desafían el dogma sagrado.
Dada su función, no viaja solo. Siempre va acompañado de un escriba encargado de documentar sus acciones y crímenes juzgados, asegurando que sus hazañas queden registradas en los archivos del Mechanicum. Además, puede desplegar una Manípula de Arlatax Battle-automata o Vorax Battle-automata sin ocupar un espacio en la organización de su ejército, lo que lo convierte en un comandante letal en el campo de batalla.