Cada 1000 años, los dioses de todas las mitologías se reúnen en un congreso del Valhalla dónde deciden si la humanidad merece seguir existiendo o no. De manera condescendiente, valoran las acciones realizadas por la civilización y realizan una votación, y esta vez la cosa está bastante clara: guerras, contaminación, destrucción de la naturaleza…
La decisión de los dioses está tomada, pero cuando parece no haber esperanza, la valquiria Brünhilde da un paso al frente y se acoge a una enmienda que puede salvarles: El Ragnarök, un torneo en el que 13 dioses se enfrentan a 13 humanos para que estos puedan alargar esta condena 1000 años más.
Sintiéndose desafiados los dioses aceptan, dando paso al plan de Brünhilde, que convocará a los 13 humanos más fuertes de la historia para que regresen y luchen en favor de la existencia de su raza.
El tomo 22 de Shuumatsu no Valkyrie mantiene el ritmo vertiginoso y la emoción de la serie con su característica mezcla de batallas épicas, personajes fascinantes y una narrativa que sigue explorando el choque entre humanos y dioses en el colosal torneo del Ragnarok. En este volumen, el enfrentamiento entre Soji Okita y Susano'o no Mikoto, dos gigantes en el arte de la espada, ocupa el centro de la escena, llevando la serie a nuevos niveles de tensión y emoción.
Soji Okita, el temido capitán de la primera división del Shinsengumi y uno de los espadachines más mortales del Bakumatsu, se enfrenta a Susano'o, el dios japonés de la espada. Desde el principio, la batalla se perfila como un choque de titanes, pero con un toque único: mientras Susano'o es un dios venerado por su habilidad legendaria con la espada, Soji es un hombre mortal que ha perfeccionado su arte en las calles y campos de batalla de la historia japonesa. La complejidad de su enfrentamiento va más allá de una mera pelea física, convirtiéndose en una lucha de estilos y filosofías.
El combate comienza con Soji mostrando su impresionante velocidad y agilidad, utilizando el Ten'nen Rishin Style, una técnica de espada que ha sido desarrollada y perfeccionada durante años. Soji, quien se ha ganado la reputación de ser el "asesino de hombres" debido a su destreza, parece estar a la altura del desafío que representa Susano'o. La escena inicial nos presenta a Soji desplazándose con tal velocidad que incluso los dioses se asombran. La agilidad de Soji, sumada a su técnica de "Demon Child" que le permite aumentar su velocidad y poder, hace que Susano'o, por un momento, se vea incapaz de reaccionar con la rapidez suficiente.
Sin embargo, Susano'o no es un dios fácil de derrotar. A lo largo del tomo, se muestra como un maestro de la espada con un estilo que combina fuerza bruta y astucia. A pesar de la velocidad de Soji, Susano'o utiliza su increíble técnica, Shinra Yaoyorozu, para contrarrestar cada uno de los ataques de su oponente. Sin embargo, Soji, con su determinación inquebrantable, responde con su ataque más poderoso, el "Three Stage Thrust", una técnica que pone a prueba la resistencia de Susano'o hasta el límite. La batalla es una mezcla de momentos de pura acción con secuencias de intensa estrategia y una constante evolución de ambos combatientes, lo que eleva la lucha a una especie de danza mortal.
Una de las características más destacadas de este volumen es la forma en que el autor, Shinya Umemura, ha logrado profundizar en los personajes y sus motivaciones. Mientras que Susano'o está impulsado por el deseo de demostrar que es el mejor en su campo, Soji tiene una motivación mucho más humana: la superación personal y la demostración de su habilidad, no solo ante los dioses, sino ante su propia historia. A lo largo de la lucha, se vislumbran los recuerdos y las experiencias de Soji, quien ha enfrentado numerosas batallas a lo largo de su vida. Esto no solo añade complejidad al personaje, sino que también hace que la batalla tenga una carga emocional profunda. La intensidad de la lucha, acompañada por los gritos y la frustración de Soji, nos permite ver que, aunque parece ser una máquina de matar, hay una humanidad en su interior que lo impulsa a seguir adelante.
El arte de Azychika, como siempre, es una de las mayores fortalezas de Shuumatsu no Valkyrie. Cada panel está meticulosamente detallado, con una energía palpable en cada movimiento de los personajes. Las escenas de acción son impresionantes, con los movimientos de espada capturados de manera dinámica y fluida, lo que aumenta la emoción de los combates. La representación de los dioses, con sus trajes y armas divinas, tiene una majestuosidad que contrasta con la mortalidad de Soji, lo que refleja las diferencias fundamentales entre ambos.
Por otro lado, las interacciones entre los dioses y los humanos, especialmente los momentos en los que los dioses reflexionan sobre el sacrificio y la lucha de los mortales, aportan una capa de profundidad filosófica que ha sido una constante en la serie. Estos diálogos dan contexto a la lucha que se está librando, no solo a nivel físico, sino también a nivel de creencias y motivaciones, lo que hace que cada batalla sea más que solo una pelea.
En conclusión, el tomo 22 de Shuumatsu no Valkyrie mantiene la esencia de la serie: batallas épicas y personajes complejos que desafían los límites de la resistencia humana y divina. La lucha entre Soji Okita y Susano'o es un espectáculo impresionante, no solo por su acción, sino también por la profundidad emocional que aporta cada uno de los combatientes. Este volumen, al igual que sus predecesores, combina perfectamente la acción con la filosofía y la emoción, y muestra por qué Shuumatsu no Valkyrie sigue siendo una de las series más emocionantes y complejas del manga moderno.