En el universo de Warhammer 40K, hay pocos personajes tan temidos y odiados como Typhus, el Heraldo de Nurgle. Este monstruo, responsable en gran medida de la caída de la Guardia de la Muerte, ha marcado el destino de toda una legión, convirtiéndose en uno de los más temibles agentes de la Plaga de Nurgle.
Los Primeros Años de Typhus: Calas Typhon
En su juventud, Typhus se alió con Mortarion, un líder rebelde que desertó de los Señores de Barbarus tras ser testigo de sus atrocidades. Typhus desempeñó un papel crucial en guiar a Mortarion hacia la seguridad, lo que selló su relación con el futuro Primarca de la Guardia de la Muerte. Cuando Mortarion fue rescatado por el Emperador y se unió a las huestes del Imperio, Typhus fue uno de los primeros en ser elegido para formar parte de la legión de la Guardia de la Muerte.
Durante la Gran Cruzada, Typhus se distinguió como un líder excepcional. Su capacidad para resistir heridas letales y continuar luchando lo convirtió en una leyenda entre sus compañeros. En una ocasión, resistió un golpe fatal en la cabeza y, en un ataque de furia, mató a todos los guerreros tribales cercanos con un simple trozo de metal. Typhus también demostró su resistencia al salvar a un grupo de Hermanas del Silencio lanzándose sobre una granada Krak defectuosa, curándose rápidamente tras menos de una semana en el apotecario.
Durante la Heresia de Horus, Typhus comenzó a mostrar su lealtad al Caos antes incluso que su propio Primarca, Mortarion. Fue durante la Campaña de Zaramund cuando Typhus experimentó su conversión al culto del Caos, recibiendo revelaciones directas de los dioses oscuros. A lo largo de la guerra, Typhus se alejó más de su primarca, comenzando a forjar su propio destino en nombre de las Fuerzas Ruinosas.
En la Batalla de Isstvan III, Typhus ayudó a orquestar la masacre de los Marines Espaciales leales cuando las tropas de Horus atacaron con bombas de virus, matando a todos los combatientes en la superficie del planeta. Sin embargo, su odio por los traidores aumentó al ser desobedecido por Nathaniel Garro, quien logró escapar de su persecución en la nave Eisenstein.
La Herida que Nunca Cierra: La Transformación en TyphusLa verdadera caída de Typhus ocurrió después de un enfrentamiento con Mortarion. En un intento por obligar a su Primarca a aceptar al Caos, Typhus traicionó a la Guardia de la Muerte y saboteó la nave Terminatus Est, bloqueando la flota en el vacío del Warp. Esto resultó en la Plaga Destructor, una enfermedad infernal que azotó a la legión, causando que sus miembros no pudieran morir. Este sufrimiento sin fin dejó a Typhus marcado por las fuerzas oscuras, y fue aquí cuando su transformación en Typhus, el Heraldo de Nurgle, comenzó.
Tras la intervención de Grulgor, Typhus fue finalmente estrangulado por su antiguo aliado, pero, como es común en los seguidores de Nurgle, la muerte no fue definitiva. Reapareció como una criatura aún más horrible, con su cuerpo infestada por insectos y su equipo convertido en un recipiente para la Plaga. Se convirtió en la figura que lideraría a la Guardia de la Muerte durante la Sitio de Terra, luchando en nombre de Horus para corromper el Imperio.
Tras la Heresia de Horus, Typhus continuó su misión de expansión de la gloria de Nurgle. Desde su nave insignia, Terminatus Est, Typhus condujo a la Flota Plaga por innumerables mundos, convirtiendo poblaciones enteras en Plaguebearers y causando pandemias devastadoras. Uno de sus mayores logros fue la erradicación de 23 mil millones de personas en el planeta Hydra Minoris usando la Plaga Zombie.
Durante la 13ª Cruzada Negra, Typhus fue el primer líder caótico en encontrarse con las fuerzas imperiales y participó en el saqueo del Sector Agripinaa. En sus posteriores campañas, Typhus luchó contra las fuerzas del Caos y la Muerte de la Luz, mientras continuaba expandiendo las influencias de Nurgle en el universo.
Typhus en la Guerra del Araña y la Invasión de UltramarEn eventos recientes, Typhus se enfrentó a Fabius Bile en la Guerra del Araña, en un intento de recuperar artefactos de Nurgle robados. En la invasión de Ultramar, Typhus se unió a la flota de Mortarion, pero mostró cada vez menos respeto por su antiguo líder. En lugar de luchar bajo las órdenes de Mortarion, Typhus prefirió actuar según los deseos de Nurgle y continuar con su propia misión.
Typhus no solo es un formidable psíquico, sino que también está armado con el Manreaper, una poderosa arma demoníaca. Su cuerpo, completamente corrompido por Nurgle, está infestada de plagas y criaturas diminutas que lo acompañan constantemente. Esta pestilencia lo convierte en un enemigo terrorífico y casi inmortal, capaz de destruir ejércitos enteros en nombre de la Plaga de Nurgle.
Typhus es un símbolo de la corrupción del Caos, un ser que ha sido transformado más allá de la muerte para cumplir su misión eterna: expandir la pestilencia y el sufrimiento de Nurgle a través del universo.
Typhus se ha convertido en un ícono del universo de Warhammer 40K, y su historia sigue siendo una de las más complejas y fascinantes dentro de la mitología de los Marines Espaciales del Caos. Su legado de sufrimiento y corrupción perdura mientras continúa siendo un líder de la Guardia de la Muerte, llevando la voluntad de Nurgle a cada rincón del universo.