Aquí estamos nuevamente con dos tomos de la serie manga Rent-A-Girlfriend (Kanojo, Okarishimasu), una obra de Reiji Miyajima que actualmente se está publicando en nuestro país gracias a la editorial Ivrea, mientras que en Japón, donde ya cuenta con 38 tomos a la venta, se publica gracias a la editorial Kodansha.
En esta ocasión, y como sucedió en tomos anteriores, nos encontramos ante dos ejemplares en un formato rústica con sobrecubiertas extraíbles y tamaño tankoubon de 12 x 17 cm que recopilan en su interior 200 páginas en blanco y negro divididas en 5 capítulos. Para quienes quieran hacerse con la continuación de esta historia romántica los tienen a la venta por 8€ cada uno, disponibles en librerías, tiendas de cómics y a través de la web de la editorial.
Por fin ha llegado el tan ansiado momento de vivir juntos. El baño, cepillarse los dientes, una copia de la llave... una vida cotidiana de ensueño que todavía está por ver si el propio Kazuya podrá soportar con éxito y no morir de la mera emoción.
Yaemori, además, le ofrece el total apoyo a Kazuya con la investigación amorosa y encima falta poco para el cumpleaños de Mizuhara, así que será la ocasión perfecta para demostrarle a la chica lo buena persona que es Kazuya, o al menos intentarlo con todas las ganas.
Lamentablemente, por mucho que Kazuya y Yaemori tengan ganas, la homenajeada se niega a celebrar su cumpleaños y será la visita de la dulce Sumi la que logre sortear ese bache de negación y vivir juntos una sencilla experiencia cumpleañera, aunque sea con refrescos del súper y un vale por descambiar cuando quiera.
Ahora bien, parece que no solamente Mizuhara está teniendo que lidiar con sus sentimientos, incluso Mami no para de darle a la cabeza sobre lo que espera de este chico, y miedo nos da cuál será el resultado.
Claramente, esta era la oportunidad perfecta para darle un buen salto a la trama y avanzar aunque sea un poco. Lamentablemente, no es algo que haya sucedido y todo va tan lento como se podría esperar. Si bien los personajes viven juntos, apenas se dirigen la palabra más que cuando estaban en el mismo bloque, por lo que este giro de la trama nos sabe un poco a mentira.
Lo único bueno de esto es que Kazuya parece estar poniéndose las pilas, se prepara para la batalla, se asea mejor e incluso recoge la habitación. Todo para ganar puntos de cara a su querida Mizuhara. Esperamos que sirva de algo, y si no, al menos, que sirva para poner celosa a alguien más.
En el apartado artístico encontramos muchas escenas de convivencia, lo que nos permite ver a Mizuhara con más ropa de andar por casa, podemos apreciar la disposición de ese nuevo hogar y disfrutar con un dibujo bonito y bien hecho. Nada fuera de lo normal, pero con el detallismo que caracteriza esta serie.
Tras ver como aunque se haya intentado, el avance de este manga es más lento imposible, solo podemos quedarnos sentados y esperar a que la cosa mejore. Pero teniendo en cuenta que en Japón va con varios tomos por delante y sigue igual, poco se puede hacer.