Hoy os traemos un buen clásico debajo del brazo de esos que tanto nos gustan por lo cuidados que están. En esta ocasión se trata del tomo 6 de la edición kanzenban de DN Angel, obra creada por Yukiru Sugisaki que ya editó Ivrea en 2003 y que ahora se lanza en este bonito formato compuesto por 10 tomos de los que por ahora hay 6 en el mercado.
En cuanto a la edición que nos presenta Ivrea en este Kanzenban, nos encontramos ante un tomo en rústica con sobrecubiertas extraíbles y tamaño A5 que cuentan con un patrón en tinta UVI en su portada, en la que destaca una de las gemelas de la serie. Su interior está compuesto por aproximadamente 400 páginas entre las que hay un desplegable en el inicio, varias a color correspondiendo al índice y las primeras páginas del manga, así como a algunas de su centro. El precio del tomo es de 18€ y está disponible en tiendas especializadas, librerías y a través de la web de la editorial.
DN Angel -Kanzenban- Vol.6 
El despertar de la obra Argentine ha sido convulso, creando caos en el parque de atracciones y secuestrando a Risa para su propio interés; que es algo tan sencillo como que ella le ayude a convertirse en Alas Negras, un símil de Dark y Krad con conciencia propia y poder desmesurado. Obviamente, ni Daisuke ni Hiwatari se van a quedar de brazos cruzados, así que pronto acudirán a salvar a la chica por sus propios medios, como simples adolescentes, no como guerreros alados.
La sorpresa llegará cuando Hiwatari le explique al joven Niwa la razón de porque ellos dos son los portadores de esas curiosas particularidades, llamadas Alas Negras. Y es que tanto Dark como Krad eran en origen una obra de arte, igual que Argentine, cuyo pintor loco intentó dar vida, así como había hecho anteriormente con tantas obras. Sin embargo, en ese delicado proceso algo salió mal; la pintura se fragmentó y los dos trozos de los que se componía acabaron dentro de los que estaban presentes en dicho momento, el pintor y del ladrón.
Desde entonces, los Niwa viven con la maldición de Dark, la de dudar sobre el amor y el miedo de que este pueda ser arrebatado; y los Hiwatari con la maldición de Krad, la de una vida corta y llena de rencores. ¿Serán capaces estos dos adolescentes de acabar con ese bucle infinito? Por ahora no lo saben, pero si son conscientes de una cosa, no pueden dejar que Argentine hago daño a Risa y se convierta en otra como ellos.
Por fin se ha revelado la verdad detrás de Dark y Krad, o al menos su origen contado por uno de los Hiwatari, una historia triste, llena de magia y misterio que nos ha parecido tan interesante como hermosa. Resulta un buen trasfondo para unos personajes duales, que ya sea en su versión alter ego, como en la de adolescentes, son muy diferentes entre sí.
Por otro lado, es muy gratificante ver como Dark y Niwa van estableciendo puentes de amistad, no solamente de ladrones al cargo. Su amistad crece y sus personalidades se combinan, y eso permite ver nuevas facetas de este héroe tan descarado y divertido.
Finalmente, en el apartado artístico podemos indicar que nunca habíamos visto a Niwa tanto tiempo seguido. Su álterego suele ser quien aparece en las escenas de batalla y en esta ocasión el objetivo es el niño y no tanto el adulto, así que sus momentos con Hiwatari los valoramos muchísimo, ya que la dinámica de estos dos personajes es muy diferente de lo que encontramos en este tipo de obras.
Con este tomo superamos el epicentro de la serie y nos encaminamos hacia su final, uno que esperamos sea tan emocionante como estos últimos tomos, en los que no solamente la acción está siempre presente, sino que también el romance, la amistad y lo más interesante de todo, el robo de arte.