Aquí llegamos un día más con otra review de nuestras series manga de cabecera y hoy le toca a un nuevo tomo editado por Babylon Ediciones, titulado Siempre habrá otra oportunidad. Este manga de Rika Enoki se planta ya en el tomo 10 y se encuentra cada vez más cerca de su final.
Como sucedía en los anteriores volúmenes, nos encontramos ante un tomo editado en rústica con sobrecubiertas extraíbles protagonizadas por los dos personajes principales en una ahora ya reveladora escena en los baños. El tamaño del tomo es de 128x182mm y en su interior podremos encontrar 164 páginas en blanco y negro siendo las primeras de ellas a color. Para quienes quieran este nuevo tomo de la serie, lo tienen a la venta en librerías, tiendas de cómics y a través de la web de la editorial.
Oda, que ha pensado muy seriamente en el futuro que quiere tener con Yae, va a saludar a sus padres con la esperanza de que den el visto bueno a que tengan una relación. Pero resulta que el padre de Yae se opone a tal relación. No es solamente que ella sea muy joven como para comprometerse, sino que además la diferencia de edad deja con muchos recelos al padre de la familia.
Yae ya era consciente de que esto podría pasar, pero desde luego no esperaba tal negativa rotunda, y aunque su madre no se ponga del lado de su padre, esa pequeña victoria queda opacada por la derrota más que evidente. Para conseguir que su padre comprenda que van en serio, a Yae se le ocurre enseñarle a Oda en su trabajo religioso y también que vea los avances profesionales que ella misma ha logrado...
Así, mientras Yae está tensa buscando la solución perfecta para su problema de amores y la aceptación de su madre; y el padre de Yae siente como su hija poco a poco se va marchando de su vida con una pareja que no solamente se ha aprovechado de ella estando fuera, sino que además le ha influido en la decisión de que hacer con sus estudios... el propio Oda decide que ese es el mejor momento para irse a unos buenos baños.
Si que parece que poco a poco la historia va llegando a su final, y ya era hora porque este romance ha tomado de bastante tiempo hasta que hemos logrado llegar a la presentación de los padres, algo muy típico japonés. Y es que es una de las grandes curiosidades de este tomo, que en Japón este tema se toma muy en serio y tiene mucho peso en la relación de la pareja.
Así pues, no solamente estamos ante un tomo que va cerrando la historia, sino que además nos demuestra la importancia de algunas de sus costumbres en el núcleo familiar y nos abre un poco más a este curioso mundo asiático que muchos desconocíamos.
El arte se mantiene, como siempre, bien realizado, con diseños bonitos y unos buenos cambios de vestuario y peluquería en el caso de Yae. Además, al tratar de temas delicados como el matrimonio o los estudios, se nota un ambiente más serio que de costumbre, lo cual ya le sienta bien a este tomo que se encuentra cerca del final.
Con esto, podemos estar contentos porque ya cada vez queda menos para acabar con esta obra, que aunque esté siendo muy bonita, también se nos estaba empezando a hacer demasiado larga. Por suerte se encuentra a las puertas de su final y ya tenemos ganas de ver como acaba.