Parece mentira que ya haya pasado un año desde que Norma Editorial publicó el tomo 8, último hasta la fecha, de nuestra querida obra Heavenly Delusion (Tenhoku Daimakyo), obra de Masakazu Ishiguro. Por suerte hoy llegamos con el noveno número de esta sorprendente serie de ciencia ficción y suspense adolescente.
El formato es el mismo que en los anteriores, es decir, un tomo en rústica que cuenta con sobrecubiertas extraíbles y que tiene un tamaño de 13 x 18.2 cm, en cuyo interior encontramos una media de 192 páginas en blanco y negro. El precio de cada nuevo tomo de la serie es de 9€ y se encuentra disponible en librerías, tiendas de cómics y a través de la web de la editorial.
Heavenly Delusion En el Ministerio de Reconstrucción, que anteriormente había sido el Centro de Nara del Instituto Nakahara, Maru y Kiruko consiguen encontrar al médico que buscaban. Sí, ese que se encargó de la operación de cerebro/cuerpo entre Kiruko y su hermana. Pero cuando Kiruko por fin se entera de lo que le ocurrió, nuevas dudas y preguntas surgen en su mente.
Pero para llegar hasta la ciudad en la que se encuentra este doctor, primero Maru se las ha tenido que ver con un extraño personaje, Michika, quien huele como los Hiruko y tiene, claramente, un extraño pasado. Será aquí cuando el pasado y el presente empiecen a encontrarse. Cuando los niños que escaparon hace años de ese extraño laboratorio, coincidan con los que ahora, sobreviven y viven su vida ajena a sus misterios.
Sin embargo, antes de poder hacer las preguntas adecuadas a la gente correcta, tendrá lugar un cruento duelo a muerte contra el gigantesco hiruko Angelus, que aumenta de intensidad hasta que finalmente se cobra una víctima. A pesar de estar dándolo todo en la batalla, Maru y Kiruko se encuentran cada vez más acorralados e impotentes.
¿Será aquí donde se revele el secreto del Edén? De la madre de Maru, de los niños perdidos y del futuro que está por venir.
Finalmente, parece mentira, pero en un solo tomo nos han dejado claro muchos temas que veíamos venir, pero que por ahora todo eran sospechas. Si, finalmente, podemos confirmar que los Hiruko no son aliens, si no extrañas mutaciones que no todo el mundo sufre. Sí, Maru tiene la cara de Tokio porque claramente es su hijo. Y sí, Kiruko no tiene forma de recuperar a su hermana cuyo cuerpo posee. Las cartas están sobre la mesa.
Ahora bien, ¿que harán nuestros personajes con esta información? Porque claramente no llevan nada bien lo de enfrentarse a este Angelus y puede que no lleguen demasiado lejos como para entender que es realmente ese Edén. Pero bueno, no será porque no les guste vivir emociones fuertes y tirarse de cabeza al peligro.
Sentimientos desatados, poderes mágicos y batallas a puñetazo limpio. Incluso un Hiruko fantasioso. Este tomo tiene todo lo que nos gusta de esta serie e incluso va un poco más allá dándonos retazos del pasado. Un dibujo muy particular, pero como siempre, en una serie que nos encanta, la verdad y eso solo hace que el arte nos parezca perfectamente ideal para esta trama.
Así que nada, nos queda esperar el siguiente tomo con aún más ganas, aunque somos conscientes de que el ritmo de uno al año no hace ningún bien a este suspense en la trama. Pero por el lado bueno, así podemos teorizar con más ganas sobre el fututo de estos niños sin futuro.