Sand Land (Akira Toriyama, Planeta Cómic, 2020) es un manga de trece capítulos y un epílogo que se publicó en la revista Weekly Shōnen Jump durante el 2000. Los títulos de los capítulos, en la traducción española de Marc Bernabé, son los siguientes: «En marcha», «La panda de los bandidos», «El tanque», «El depósito volador», «La tenebrosa verdad», «El amuleto de Rao», «Lucha de tanques», «Los generales Shiba y Ale», «Hallazgo gracias a una tormenta de arena», «El manantial fantasma», «El secreto de la fuente del agua», «El demonio Belcebú», «El resultado de la batalla decisiva» y «El río». Su autor comentó en algunas entrevistas que es una de sus historias favoritas. La trama ocurre en un reino desértico llamado Sand Land. El agua escasea. Solo la posee el rey y sus allegados. A la villa de los demonios llega Rao, el sheriff de una ciudad cercana. Su objetivo es reclutar un pequeño grupo de demonios que le ayuden a encontrar El manantial fantasma. De este modo, habrá agua para todos. Belcebú y Thief, el príncipe de los demonios y su siervo, deciden ayudar al humano.
La historieta deja claro su objetivo con el primer capítulo. Conseguir agua para todos. En él se presentan a los tres protagonistas, Belcebú, Thief y Rao y al antagonista, el rey. Así mismo, se propone que el objetivo del grupo de Rao es hallar agua. En un reino donde ni llueve ni hay ríos ni similares, el valor del agua es oro. Según el viejo sheriff, vio algunos pinzones de agua volar hacia el sur. Debido a que estas aves habitan en entornos acuáticos, deduce que es probable que en esa dirección haya agua. El grupo se embarca en la misión de verificar la existencia de dicho manantial. Esta obra es el camino hacia esa meta. En el transcurso de este, se sigue presentando el universo narrativo de Sand Land donde hay bandas de bandidos que atacan a los viajeros que cruzan el desierto. No son los únicos. El ejército real también aparece surcando el árido terreno. En él, como en todo el manga, aparecen animales y otros seres que Toriyama coloca por todas partes. Demonios, animales, yokais o monstruos. Hay para elegir.
A pesar de que este manga solo sea de un tomo, se muestra todo en su justa medida. Es una historia coherente con una meta clara de principio a fin. A lo largo de los capítulos, se va desvelando por qué hay sequía. A su vez, el pasado de los humanos que gobiernan el reino se conecta con esta realidad presente. El camino es la historia. ni Mientras este dura, descubrimos cómo funciona el reino de Sand Land. Todos sus habitantes, humanos y no humanos, apenas tienen acceso a agua. No hay lagos, ríos ni lluvia. Por orden real está prohibido volar, con lo cual nadie puede explorar otras tierras donde pueda haber agua. El soberano del reino es el único que posee agua en abundancia.
Por otro lado, el viaje hacia el sur que emprenden los protagonistas sirve para ver cómo es la tierra que habitan. En el páramo desértico por el que conducen un coche y, posteriormente, un tanque vemos formaciones rocosas, algún animal que vive bajo tierra y bandidos. Su diseño es, como acostumbra Toriyama, dantesco. Uno de los malhechores más recurrentes es la banda de los Swimmers. Como indica su nombre, son nadadores. Su uniforme es el de este deporte acuático. Carecen de lugar donde nadar. Pese a ser personajes secundarios, ellos, igual que casi todos los personajes presentados en este manga, tienen su momento. Sus escenas no le restan protagonismo a Rao ni a Belcebú. Al contrario. Cada uno adquiere el peso que le toca en la historia. Ni más ni menos.
En definitiva, Sand Land es un viaje. La búsqueda de un futuro mejor para los habitantes de este reino ya sean humanos o demonios. Se persigue finalizar con la sequía, la escasez de agua, de recursos y de alimentos. El Manantial fantasma puede ser la llave para un nuevo mañana.