Hoy llegamos con un tomo único que ha incluido la editorial Distrito Manga a su catálogo del mes de abril. Una historia que nos habla de aceptación, del colectivo LGTBQ+ y de la adolescencia. Su título es No soy un monstruo: La historia de un chico gay y la ha escrito y dibujado Kazuki Minamoto.
El tomo que nos presenta la editorial, es un rústica con sobrecubiertas extraíbles que tiene un tamaño aproximado de 131mm x 180mm. Su interior está formado por 264 páginas en blanco y negro, y está disponible en librerías especializadas, tienda de cómics y a través de la web de la editorial por 9.95€
No soy un Monstruo 
Takashi Arashiro es un joven estudiante que es acosado día tras día en el instituto, al principio no es muy consciente de porque le pasa, luego cree que es por su color de piel, pero no tarda en darse cuenta de que es porque los matones de su clase necesitan a alguien con quien desfogarse a golpes.
Por si esto fuera poco, está enamorado de un profesor del colegio, el único que le alienta a acudir a clase, que le sonríe sin problemas todas las mañanas, y que es totalmente inconsciente de que su alumno es homosexual.
Sin embargo, un día, cuando escucha los prejuicios de Kuroda sobre el colectivo, Takashi, carcomido por la culpa y el odio, empieza a desear con todas sus fuerzas ser otra persona y acaba por transformarse en una criatura monstruosa
Sin embargo, las emociones de este joven se convierten en el catalizador de una exploración personal y social, dejando caer las barreras que le convierten en buena persona y empezando a castigar a aquellos que le han hecho daño durante tanto tiempo, de la forma más mezquina que puede.
Distrito nos ofrece un manga duro, cruel y lleno de verdades, de esos que desde fuera parecen una oda a la verdad, pero que si estás en una situación similar, pueden parecer o muy liberadores, o totalmente aterradores, lo cual es algo a tener muy en cuenta. Y es que si algo nos ha gustado de esta historia, es que el protagonista no es buena persona, no traga y recibe golpes como si nada, sino que cuando encuentra la oportunidad actúa como una persona, devuelve los golpes.
Claro está, este manga no trata sobre la venganza, sino sobre la aceptación tanto de la sexualidad propia, como de la ajena, por lo que la trama no es siempre tan oscura o dañina como podría parecer, pero sí que es verdad que aquí la crudeza y lo absurdo van totalmente de la mano.
En cuanto al apartado artístico, encontramos un dibujo sencillo, de líneas limpias y que le da mucha importancia al rostro y al ambiente de sus páginas. Si bien los fondos quedan sencillos o en blanco, los pensamientos de los personajes están resaltados con líneas gruesas y se nota la desesperación en los textos. Una verdadera gozada lectora.
Así pues, si buscáis un manga maduro, bien hecho, con mucha crítica a la sociedad adulta y que trate sobre el colectivo LGTBQ+ y sobre como un adolescente tiene que hacer frente a esa parte de él que no es aceptada, este es vuestro manga.