Cada vez estamos más cerca del final del manga Noragami, obra de Adachitoka que se planta ya con 26 tomos publicados en nuestro país gracias a Norma Editorial, de los 27 en los que se ha recopilado tras su finalización en Japón.
El número que nos presenta hoy la editorial es un rústica con sobrecubiertas extraíbles, y tiene un tamaño de 11,5 x 17,5 cm, en cuyo interior podemos encontrar 192 páginas en blanco y negro siendo las dos primeras a color. El precio del tomo es de 9€ y está a la venta en tiendas de cómics, librerías especializadas y en la web de la propia editorial.
Tras mucho llanto, rabia y perdida, Yato consigue liberar a Yukine del influjo que ejercía sobre él el hechicero, dejándolo en reposo, tranquilo, aceptando que su destino, la muerte en la que actualmente reside, es el estado en el que se va a quedar durante toda la eternidad.
Pero liberar a Yukine de su calvario no terminará con sus problemas, porque la batalla solo ha hecho que comenzar y Yato y Kazuma tendrás que vérselas, una vez tras otra, contra todos los ataques del hechicero y de la misma Nora, quien no se quedará corta en proteger a su querido padre, por mucho daño que le haya hecho anteriormente.
Por otro lado, Ebisu y Takemikazuchi aterrizan en la isla donde se dice que descansa el santuario al hechicero, buscando una forma de cortar su línea de vida y evitar que siga resucitando una vez tras otra, pero lo que encontrarán allí será un culto demacrado y oscuro de lo que fue una vez. Ahora, con la tarea hecha, solo queda que Yato acabe con su vida y que ellos puedan regresar a su lugar tras esta extraña travesía.
Con todos estos esfuerzos hechos, ¿podrán realmente acabar con el hechicero de una vez por todas, logrando salvar a los involucrados de sucumbir a sus mayores terrores?
Menudo dramón hemos vivido con toda la historia de Yukine, su padre y su hermana; una verdadera historia de terror que tuvo que soportar el joven chico, antes de, por fin, caer en las manos de Yato, quien una vez más le ha salvado. Una historia conmovedora que nos acerca a la versión más sentimental de esta serie, la cual es tierna y arrolladora, de forma indiferente hacia sus personajes.
Por otro lado, tenemos la dura batalla entre Yato y su padre, el hechicero, quien no se queda corto cuando se trata de infligir dolor, ya sea físico o psicológico, a sus hijos. Una forma muy interesante de ver el abuso y la co-dependencia de estos dioses hacia su cuidador.
Pasando al apartado artístico encontramos que este manga es cada vez más sorprendente. Tanto en las escenas más tiernas y dulces, con Yato y Yukine aceptando por fin su destino, como las más crueles y las grandes batallas que tienen aquí lugar, todas ellas han sido realizadas con gran maestría y nivel de detalle, por lo que no está pareciendo simplemente fascinante.
Así pues, a falta de un tomo para acabar este último arco, podemos decir que nos está encantando su desenlace, que esperamos que la gran batalla se lleve por delante a los villanos y que la obra finalice con un gran estruendo, porque es lo que se merece esta gran obra.