La editorial Ivrea vuelve a apostar por sus autores de siempre con la nueva obra de Io Sakisaka, ya consagrada por títulos como Aoha Ride, Amar y ser amado, Dejar y ser dejado y Strobe Edge. En este caso, su nueva historia se titula Sakura Saku y nos presenta una historia de amor juvenil y bondad, impregnada de la dulzura y la amargura propias del primer amor.
El formato que nos presenta la editorial para este primer tomo, mantiene el mismo que el editado en japón, un tomo en rústica con sobrecubiertas extraibles y tamaño Tankoubon que recopila en su interior una media de 200 páginas en blanco y negro. Actualmente, la serie ya ha concluido en japón con 9 tomos y el primero se pone a la venta en nuestro país por 9€, disponible en librerías especializadas, tiendas de cómics y a través de la web de la editorial.
Saku Fujigaya es una chica que, por culpa de la anemia, se desmaya en un tren y pierde el bolso y todo lo que contiene. Al despertar en la enfermería, un guardia le dice que alguien muy preocupado por ella le ha traído sus cosas y le ha dejado una nota con el nombre de Sakura y un número de teléfono.
Saku siempre ha sentido que pasa desapercibida y que nadie le presta atención, así que ese simple acto de recuperar sus cosas y preocuparse por ella la deja totalmente impactada.
A partir de ese día, decide que ayudará a cualquiera que necesite que le echen una mano, pese a todas las burlas que recibe por ser tan buenaza. Pero la vida le tiene guardada una sorpresa: en su nueva clase tiene un compañero llamado Haruki Sakura, el hermano pequeño de quien ella está segura que la salvó.
Gracias a ese extraño vínculo, Sakura y Saku empezarán una extraña amistad en la que el chico apoyará a la pobre Saku cada vez que intente hacer un acto de bondad, todo para que esta pueda ir acercándose poco a poco al chico que en su momento la salvó. O eso es lo que ella pensaba
Como era de esperar en una obra de esta autora tenemos muchos tópicos del manga Shojo, eso sí, ligeramente renovados para darle un aire un poco más fresco a la trama, como el romance a fuego lento o el encuentro fortuito en un tren. La lentitud con la que se desarrolla la relación entre Saku y Haruki nos permite apreciar cada pequeño momento y eso le aporta mucha ternura a la trama.
Además, la habilidad de Sakisaka para capturar los sentimientos angustiosos y torpes del amor juvenil siempre ha sido su punto fuerte y en esta obra hace uso de ello de forma indiscriminada, mostrándonos a una protagonista que intenta ser fuerte, pero realmente es delicada y torpe, y al típico joven apuesto y algo distante que, poco a poco, va mostrando su lado más tierno y vulnerable.
El arte de Sakisaka es fiel al estilo habitual de sus obras, con personajes con ojos expresivos y detalles de pétalos y tramas románticas en las viñetas siempre que resulta posible. Estas burbujas, destellos y rubores añade un encanto especial a todos sus mangas y hacen de ellos pequeñas obras de arte que pararse a deleitar con la vista.
En conclusión, Sakura, Saku es una recomendación clásica para los amantes del shojo. No tiene grandes pretensiones y su trama es delicada, madura y muy dulce. Un shojo clásico de los de toda la vida, ahora con un aire más moderno pero el mismo espíritu de siempre.