OKARUN FORJA UNA ALIANZA CON QUIEN MENOS SE LO ESPERA…
A Okarun se le ocurre la idea de usar la nanopiel con la que reconstruyen la casa de Ayase para derrotar a la bestia que los ataca, pero por desgracia no es capaz de imaginar qué crear para acabar con ella... Entonces Kinta Sakata, “Erosuke”, se ofrece para crear la imagen en lugar de Okarun... ¡y la casa de Ayase acaba convertida en un robot con forma de Buda
Recientemente de la mano de Norma Editorial el volúmenes 7 y 8 de DAN DA DAN, uno de los shonen más espectaculares y divertidos que hemos leído últimamente y obra de Yukinobu Tatsu, ayudante de los autores de Chainsaw Man y Jigokuraku y uno de los nuevos éxitos de la revista Shonen Jump.
Norma Editorial lanzaba este mayo los dos primeros tomos en un suculento pack al precio de uno, permitiendo a los otakus iniciarse en esta nueva maravilla. La editorial nos ofrece la serie en un formato idéntico al japonés, un tankoubon rústica de tapa blanda con sobrecubierta de 11,5 x 17,5 cm en cuyo interior encontramos unas 200 páginas en blanco y negro, algunas de ellas a color.
Los protagonistas de nuestra historia son Momo Ayase, una atractiva y popular estudiante de secundaria metida en la moda gal (gyaru) descendiente de sacerdotisas y Okarun, un tapón gafotas adicto al ocultismo y los extraterrestres que, tras conocerse y tener un primer encuentro sobrenatural, terminan respectivamente despertando ella sus poderes al enfrentarse a unos alienígenas y el muchacho quedando poseído por los poderes del espíritu maldito de la turbovieja.
Dotados de nuevas habilidades, los dos comienzan ha hacer frente a toda una serie de casos sobrenaturales que implican tanto a espíritus como a aliens, con el fin de recuperar el pito y las bolas del pobre Okarun, que se han perdido debido a la maldición del espíritu que le ha poseído. Una extraña colaboración en al que, poco a poco, van despertando sentimientos el uno por el otro.
A esta pareja ahora tenemos que sumar a Aira, una muchacha convencida de que Momo es el mal definitivo y que se ha enamorado de Okarun durante todo un caso que la ha dejado en posesión de los poderes de Acroseda, otro espíritu maldito, así como Jin Enjôji, apodado Jiji, un chaval de lo más risueño y bastante mal de la cabeza amigo de la infancia de Momo quién ahora ha poseído el peligroso espíritu Ojeador.
En estos tomos continuamos con la trama en la que Jiji ha sido recientemente poseído por el Ojeador, quién se manifiesta cada vez que se moja con agua fría, desatando el infierno en cuestión de segundos. Seiko, la abuela de Momo, busca desesperadamente una forma de liberar al muchacho del control de este ser maligno, pero esto supone una guardia constante y agotadora.
Con las amistades al filo de la navaja y Jiji culpándose por el daño causado a Momo, Okarun se obsesiona con hacerse más poderoso, lo que lo lleva a ir con Aira al aula de música junto a la Turbovieja. Allí, se enfrentan a una amenaza inesperada: músicos célebres que cobran vida desde los retratos. La Turbovieja guía a Okarun en una batalla épica contra estos adversarios musicales, donde la determinación y el ingenio de nuestro protagonista se ponen a prueba al máximo. El duelo culmina en una serie de eventos impactantes que cambian el rumbo de la historia. Okarun, decidido a proteger a Momo a toda costa, desafía al ojeador en un enfrentamiento que podría decidir el destino de todos los involucrados.