Parece mentira que haya pasado tanto tiempo, pero después de casi un año llegamos nuevamente con un tomo de la serie de acción Violence Action, protagonizada por la asesina a sueldo más mona de todas y creada por Shin Sawada, siendo una obra de Renji Asai
Norma Editorial, encargados de traernos estos tomos a nuestro país, publican en manga en rústica con sobrecubiertas extraíbles que tienen un tamaño de 13 x 18,2 cm. Una vez abierto encontraremos 176 páginas en blanco y negro en las que nos presentan y concluye un nuevo caso de Kei, además de contar con una historia corta al final. Para aquellos que quieran seguir con esta serie, se encuentra a la venta por 9€ en librerías especializadas, tiendas de cómics y a través de la web de la editorial.
La asesina Kei ha recibido el encargo de rescatar a Megu, la hija de un mafioso, que ha sido secuestrada por un grupo de hippies que vive en una isla aislada. Sin embargo, cuando Kei llega lo que se encuentra es un grupo de chicos que surfean, se pasan el día de fiesta y se rebelan contra la sociedad cometiendo algunos robos, con Megu perfectamente comoda entre ellas.
Eso implica que el rescate se complique, porque Megu siente una gran adoración por Kurio, el líder de la banda de hippies y claramente no se quiere marchar de allí por mucho que Kei pueda insistir. Así que la chica se encuentra un poco entre la espalda y la pared.
Viendo como pasa el tiempo y nada se soluciona, uno de los altos mandos de la mafia, Hikage, pierde la paciencia porque las cosas no mejoran, de modo que realiza un asalto y pretende acudir a la isla en la que se encuentra el grupo, y Kei, para matarlos a todos y llevarse de vuelta a la chica.
Pero no solo la mafia tiene recursos, porque Kei será la primera en recibir algo de ayuda de su compañera de trabajo, quien aunque tiene una forma diferente de trabajar, no dudará en lidiar con la mafia, los hippies y con quien se le ponga por delante.
Acción trepidante, sangre por todos los lados y un paisaje de ensueño. Eso es lo que nos presenta este tomo y el desenlace de esta historia, en la que nos recuerdan que aunque creamos que estamos encerrados por siempre, todos somos capaces de salir de nuestra prisión, ya sean solos o acompañados. En el caso de Megu, acompañada de sus compañeros ausentes y junto a Kei.
En el caso de nuestra protagonista, ella nos demuestra como realmente solo hay que plantearse las cosas de una forma diferente, y aunque sea un poco sangrienta su forma de proceder, eso no quiere decir que no se pueda llegar a buen puerto a base de tortas.
El arte nuevamente se mantiene en su estado impecable, con escenas realmente violentas y otras batallas que parecen bailes de salón. Desde luego las coreografías son algo que se le da maravillosamente a este autor y agradecemos los fondos sencillos en los que estas escenas destacan como brillantes.
Vamos, que este tomo realmente sirve para finalizar la trama del anterior, darle un cierre a la historia de Megu y su grupo de Hippies y disfrutar de Kei nuevamente en acción. Pero nos quedamos sin saber a donde irá la historia a partir de ahora.