Recuperamos a nuestras macarras favoritos con una nueva review dedicada a los dos últimos tomos de Tokyo Revengers, obra de Ken Wakui que se encuentra en publicación en nuestro país gracias a Norma Editorial contando con 14 tomos en el mercado.
La espectacular edición que nos presenta Norma es en tomos dobles realizados en rústica con sobrecubiertas reversibles que miden 14,8 x 21cm. En su interior, la friolera de 372 páginas en blanco negro más las primeras a color y 14 capítulos en los que conoceremos más sobre el destino de Takemichi y sus compañeros. Es decir, estamos ante una edición de lujo que se vende a 16€ el tomo, y que está disponible en librerías, tiendas de cómics y a través de la web de la editorial.
Takemichi salta en el tiempo y vuelve 10 años atrás, a su época de bachillerato. Allí se encuentra con tres bandas desconocidas que pelean por hacerse con el control de Tokio: la Rokuharatandai, la Brahman y la Kantô Manjikai. Takemichi decide aunar fuerzas con Senju Kawaragi, el líder de la Brahman, para salvar a Mikey.
Justamente en una de las reuniones entre Takemichi y Senju llegan unos miembros de una banda rival con pistolas y planeando matar a Takemichi. Senju intenta ponerse en medio, pero Takemichi que conoce el destino de la chica logra salvarla de los balazos, pero quedando Draken entre ellos y las balas y acabando muerto en el suelo.
Así, con la muerte de Draken, empieza oficialmente la guerra Santen entre estas tres bandas, con Senju líder de la Brahman, Saus como líder de la Rokuharatandai y finalmente Mikey, como líder de la Kantô Manjikai.
La batalla campal ocasionada deja a Mikey como ganador indiscutible, pero el instinto asesino se apodera de él y mata a sangre fría a Saus y deja a Takemichi hospitalizado e inconsciente durante tres largos días. Ahora deberá decidir qué hacer mientras se recupera de las heridas de la guerra Santen y se une a sus antiguos compañeros para enfrentarse a Mikey y conseguir vengarse.
Parece que el manga se acerca rápidamente hacia su recta final, con grandes batallas, nuevas bandas cada vez más peligrosas y mucha acción. Además, en esta ocasión Takemichi ya no puede arreglar las cosas, lo que hay es lo que se queda, y la muerte de Draken deja conmocionado a todo su grupo de amigos.
Sin embargo, no es algo que se vaya a quedar en saco roto, gracias a este gesto pareced que nuestro protagonista por fin decide involucrar a sus amigos, ponerse de pie y cantarle las cuarenta al enemigo final, en este caso a Mikey, por quien ha ido y vuelto adelante y atrás en el tiempo todas estas veces.
En cuanto al arte, la verdad es que es una pasada la cantidad de batallas que aquí encontramos, en contraposición con el arte habitual y el día a día de Hanamichi. Desde luego la pelea con las tres bandas es un ejercicio visual realmente placentero, pero nadie puede negar, que el desfile de Mitsuya es de lo mejor que hemos visto en este manga.
Con esto ya solamente nos quedan dos tomos para acabar este manga, se acerca rápidamente a su final y tenemos muchas ganas de ver este desenlace. Ahora solo queda esperar y ver si todo lo que ha sucedido y la gente que se ha perdido en el camino, ha merecido la pena o no.