Un día más llegamos con otro tomo de las novedades de la editorial Ivrea, siendo en esta ocasión el turno del segundo tomo de la serie Sanda, obra de Paru Itagaki que nos está encantando, tanto por lo llena de sorpresas que está, como por la forma tan curiosa de ser narrada.
Nuevamente, nos encontramos con un tomo editado en formato tankoubon, rústica de tapa blanda y con sobrecubierta con un tamaño de 130 x 180 mm. Mantiene el mismo formato que la publicación japonesa, empezando su publicación en mayo con periodicidad bimestral. Para aquellos que lo quieran comprar, tienen el segundo tomo a 9€ en librerías, tiendas especializadas y a través de la web de la editorial.
Santa Claus, cuya existencia se creía que era cosa del pasado, resulta ser uno de los estudiantes de este curso, un chico bajito, dulce y con una sonrisa adorable que cuyo nombre es Sanda y que está maldito transformándose en un anciano fortachón cada vez que se pone ropa roja.
A pesar de las incertidumbres que sus nuevos poderes le suscitan, se despierta en él un insisto incontrolable que lo empuja a velar por los niños y por ello accede a ayudar a su compañera Fuyumura en la búsqueda de su amiga Ono, desaparecida hace semanas.
Sin embargo, los adultos temen el poder de Santa, entre ellos el director de la academia Daikoku Aigo a la que acuden los dos protagonizas, un hombre obsesionado con la juventud llamado Hifumi Ooshibu, que traza un plan para capturar a Santa Claus.
Ahora entre la misión de Fuyumura se encuentra Santa/Sanda, de su lado, y el director acompañado de un equipo entrenado de anti Santa Claus. ¿Qué secretos esconde este colegio y el delirio de preservación de la juventud?
La locura se apodera de esta serie, que todavía no nos termina de dejar muy claro hacia donde va exactamente. Es un drama humano, es una comedia con tintes de fantasía, un romance entre estudiantes? Todo puede ser posible en esta trama y Paru Itagaki nos lo va desvelando poco a poco y tomo a tomo, dejando siempre el suspense en el aire sobre lo que vendrá después.
Eso también quiere decir que este cómic es un misterio sobre si mismo, con una trama sencilla pero un universo todavía pendiente de acabar de conocer. Por suerte la narración es rápida, divertida y nunca cansa o deja de sorprendernos, por lo que es un manga perfecto para lecturas ansiosas y grandes suspenses.
En cuanto al arte de Paru, sigue siendo tan loco como siempre. Sus personajes están muy bien creados y son muy diferentes entre sí, pero siempre contando con un aspecto peculiar en su rostro o en su mirada haciendo que se noten extraños y particulares. Aquí no hay chicas monas normales, a cada cual es más rara que la anterior.
Ahora bien, el único problema de esta serie es que ya va por el segundo tomo y todavía no sabemos hacia donde quiere llevarnos, si el camino va a ser de nuestro agrado o si girará en torno a una temática a otra. Es una increíble caja de sorpresas y a nosotros al menos eso nos encanta.