10 años después de lo sucedido en «THE KOUGA NINJA SCROLLS», la paz vuelve a reinar entre el clan Iga y Kouga. Como sucedió en el pasado, la unión entre Hibiki Iga y Hachiro Kouga, los sucesores de cada familia, esta destinada a ser el lazo que proteja la cordial relación entre ambos grupos. Pero cuando el resultado de la guerra comience a generar tensión en alguno de los miembros de los clanes, la convivencia empezará a complicarse.
Hibiki Iga y Hachiro Kouga, ahora investidos como los líderes de sus respectivos linajes, se alzan como representación de una nueva era de entendimiento y reconciliación entre ambas facciones. Una pareja de pequeños hermanos gemelos tan prometedores como hábiles en las artes del ninjitsu, quienes además al mismo tiempo son los hijos de los protagonistas del anterior arco, Oboro Iga y Gennosuke Kouga, habiendo heredado cada uno de ellos una de las técnicas oculares de sus progenitores.
Sin embargo, esta aparente armonía no es compartida por todos, y pronto un tercero en discordia entra en juego... un misterioso grupo conocido como el Joujinshuu; unos guerreros que vienen a reemplazar a los ninjas a las órdenes de Iemitsu Tokugawa que utilizan unas técnicas que superan toda razón y son más cercanas a la magia, cuyo objetivo es revivir a Oda Kazusanosuke Nobunaga.
Este grupo, con el propósito de detener que las dos técnicas de los hermanos se fusionen en el poderoso poder conocido como Ouka, atacarán cruelmente a los niños, convirtiendo a la pequeña Hibiki en un titere de carne.
Únicamente escapando con la cabeza viva de su hermana gracias a la misteriosa técnica de sus enemigos, Hachiro Kouga decidirá iniciar su venganza varios años más tarde, ya adulto y preparado, con los últimos ocho guerreros de ambos clanes y la cabeza parlante de Hibiki, dispuestos a recuperar el resto de su cuerpo antes de que sea demasiado tarde.
Bueno..., esto es complejo.
Las secuelas son un tema delicado. ¿Debería imitar la estructura y el tono de historia original? ¿O sería mejor llevar la franquicia en una nueva dirección? Las mejores secuelas tienden a hacer un poco de ambas cosas, mientras que las más divisivas se centran demasiado en una u otra. Ouka Ninpouchou por desgracia no termina de hacer bien ninguna de las dos.
El mejor elogio que se puede hacer a Basilisk: Ouka Ninpouchou es el hecho de que evita volver sobre los mismos puntos explorados por su predecesora publicada por Ivrea recientemente. En todos los aspectos, esta es una historia totalmente nueva y los recién llegados no deberían sentirse más perdidos que los veteranos de la serie.
Pero es a estos seguidores veteranos, como yo, a los que esta continuación les hará gritar de rabia hacia los cielos mientras agitamos nuestro puño. Basilisk: Ouka Ninpouchou es un insulto a todo lo que es Basilisk. Su historia es pobre y agotadora, sus batallas carecen de emoción y todo se siente como un lamentable intento de exprimir ya una historia agotada y terminada.
Los protagonistas intentan imitar el romance condenado entre Oboro Iga y Gennosuke Kouga, pero Hibiki y Hachirou tienen tanto carisma como una piedra. A eso además tenemos que añadirle todo el tema del amor profano, incómodo e incestuoso entre los dos gemelos, tema al cual ni quiero entrar pero que incomprensiblemente en la obra se trata como lo más normal del mundo... A parte del hecho de que es prácticamente imposible que los anteriores protagonistas dejaran descendencia según los hechos relatados.
No vamos a mentir: Basilisk: Ouka Ninpouchou es una secuela decepcionante a todos los niveles.