Aprovechando el éxito de la versión anime, hoy llegamos con dos nuevos tomos de la siempre sorprendente obra de Aka Akasaka y Mengo Yokoyari, la famosa Oshi no Ko, que se planta ya con 8 tomos publicados en nuestro país, frente a los 11 que tiene en Japón.
Nuevamente, los tomos de Ivrea se mantienen fieles al original japonés, presentándose en formato rústica con sobrecubiertas extraíbles y tamaño B6 en cuyo interior encontraremos 200 páginas en blanco y negro. Con una media de 10 capítulos por tomo, nos encontramos ante 20 nuevos llenos de emoción y muchas idols, vendiéndose cada tomo por 8.50€ en librerías especializadas, tiendas de cómics y a través de la web de la editorial.
La obra de teatro finalmente tiene lugar en lo alto del escenario 3D, siendo la ocasión perfecta para que todos los participantes se luzcan de la mejor manera que pueden, quieran ellos hacerlo de primera mano, o tengan que brillar gracias al apoyo que sus compañeros de reparto les brindan. Esto provoca que Aqua actúe de la única forma que puede, desatando sus sentimientos en un torrente de lágrimas como las de su personaje.
Tras semejante actuación y dejar al público hechizado, la fiesta continua, consiguiendo que todos los presenten se suelten, Aqua consiga la información que tanto ansiaba sobre Ai, y que su giro de un vuelco de 180º. Tras la revelación sobre su posible padre toda su motivación desaparece y solamente queda un Aqua, en blanco y sin sentido.
Este vacío existencial le llevará a acercarse a sus compañeras de reparto, quedando, por un lado, con la espidica Kana Arima, haciendo que esta se emocione como loca al pensar que tiene una cita con el siempre frío Aqua, y, por otro lado, con Akane Kurokawa durante una salida por trabajo que les llevará de vuelta al pueblo en el que los dos hermanos nacieron.
Será en este remoto pueblo en el que ambos, tanto Aqua como Ruby, rememorarán su pasado antes de ser los hijos de la idol, y decidirán sus respectivos caminos.
Parece que la cosa se ha puesto más seria en este manga, con la resolución de sus personajes cada vez más a flor de piel. Ahora bien, no sabemos cuanto tiempo durará en el caso de Aqua, ya que tarde o temprano volverá a ser el personaje frío y maquiavélico que adoramos, siendo esta, una versión sin vida de él.
Por otro lado, este mismo suceso ha conseguido que Ruby se focalice aún más si cabe, en ser un fiel reflejo de su madre y honrarla como ella sola sabe hacer. Si bien no ha sido capaz de darse cuenta de quién fue su hermano antes de ser Aqua, sí que se ha dado cuenta de que él tiene una meta como la de ella. O al menos tenía hasta ahora.
El arte, como siempre, se mantiene lleno de expresiones faciales, grandes escenas épicas llenas de sentimiento y un punto de morbosidad con el cadáver del doctor y todo lo que tiene que ver con la venganza y la muerte de personas reales o de personajes sobre el escenario. Todo esto acompañado del característico arte de este dúo de mangakas, que le da un punto de locura y caos a todos sus personajes.
Así pues, solo podemos decir cosas buenas de estos dos tomos, que no solamente han terminado el arco de la obra de teatro de una forma espectacular, sino que han conseguido que los personajes den una vuelta a sus vidas, encontrando y/o perdiendo su objetivo en solamente unas páginas. Una verdadera obra de arte.