Seguimos con las últimas novedades añadidas al catálogo de la editorial Ivrea, siendo hoy el turno de la divertida historia titulada Iruma-kun en el instituto demoníaco (Mairimashita Iruma-kun), obra de Osamu Nishi que nos habla de un instituto un tanto particular y su único alumno humano.
Como sucedió en el anterior volumen, estamos ante un tomo editado en formato Kanzenban, es decir en formato rústica con sobrecubiertas extraíbles y tamaño A5 que mide 12,8 x 2,4 x 18 cm. En su interior encontraremos una media de 400 páginas en blanco y negro que recopilan dos tomos de los originales por tomo Kanzenban, y que incluyen 4 páginas a color correspondiendo a 4 ilustraciones de los personajes. Para aquellos que se quieran hacer con estos números de la serie, los tienen a la venta por 15€ en librerías especializadas, tiendas de cómics y a través de la web de la editorial.
Iruma está emocionado por haber conseguido la meta que se propuso, subir de rango en el inframundo, aunque para ello haya tenido que superar duras pruebas, ponerse un anillo que le proporcione poder demoníaco y sobrevivir a tener a su profesor como familiar.
Sin embargo, el siguiente paso para seguir integrado en el día a día de este instituto consiste en entrar en un club, o como se llama en el inframundo, en un batra. Aquí hay batras de todo tipo, de juegos de mesa, de estudio infernal, de seducción, e incluso de artefactos mágicos, siendo este último el que llamará la atención de Iruma y donde conocerá a su nuevo amigo. Lástima que la cosa no llegue muy lejos cuando este sea arrestado por haber estado a punto de acabar con el instituto, y nuestro protagonista alabado por hacer fuegos artificiales.
Con todo esto, Iruma seguirá subiendo escalafones sociales y llamando la atención de muchas personas, entre ellas de la presidenta del consejo, a la que le leerá mangas shojo humanos, y con la que compartirá durante un tiempo el batra como ayudante, y Chrome, la idol del inframundo que se entrega en cuerpo y alma para llamar la atención, algo que Iruma hace casi sin querer.
Un montón de nuevas aventuras que vivirá este protagonista, que además ahora ya no está solo, tiene un anillo parlanchín y un buen montón de amigos, que aunque no saben que es humano, le quieren con locura.
No para la fiesta en el instituto de Iruma, y no es de extrañar que él sea el centro de atención porque por alguna razón, siempre acaba liándola. Ya sea acompañado de sus inseparables amigos, o el solito a su aire, consigue que sus acciones brillen con luz propia y eso le otorga la simpatía de los compañeros y algo de tirria por parte de aquí la lectora. A fin de cuentas que el personaje salga siempre bien parado sin apenas esforzarse, es un poco excesivo.
Pero pese a esto, no resulta un manga pesado de leer o monótono, es divertido y muy hilarante en algunas escenas, de las clásicas historias de comedia que suelen gustar a la mayoría del público, con personajes divertidos, pero siempre con un punto más profundo de lo que podría parecer.
Pasando al apartado artístico encontramos un dibujo que se mantiene sencillo, con líneas claras y diseños un tanto estrafalarios, pero que encajan muy bien con los personajes. Aquí hay para todos los gustos y colores consiguiendo una galería de personajes muy variopinta. ¿Pero qué podíamos esperar en un instituto demoníaco? Quizás algo más terrorífico, quizás, pero entonces la parte de comedia quedaría coja.
Así pues, estos dos mangas siguen profundizando en el día a día de Iruma, en sus actividades en clase y en su forma de relacionarse y sobrevivir en este extraño mundo en el que ha decidido vivir. Él es feliz por mucho que tenga que mentir y eso, a fin de cuentas, es lo que hace que este manga sea tan bueno y divertido.