Ivrea lanzaba al mercado recientemente los tomos 8 y 9 de Ijiranaide Nagatoro-san, obra original de Nanashi, o como la han llamado ellos en nuestro país NO ME RAYES, NAGATORO, con la muchacha más gamberra y lianta del sector para enamorarnos con sus peculiares formas de mostrarnos su afecto.
Ijiranaide Nagatoro-san (que literalmente es “no me molestes, Nagatoro”) tuvo inicialmente una versión webcomic para luego en 2017 empezar a brillar como manga propiamente en las páginas digitales de la revista Magazine Pocket, de Kodansha. Actualmente cuenta con 14 tomos publicados en Japón.
Cuenta además con una adaptación al anime que en España se encuentra disponible en Crunchyroll, con una segunda temporada en preparación.
Ivrea nos trae la colección con cadencia bimensual y en formato tankoubon rústica con sobrecubierta, una réplica prácticamente exacta de la edición japonesa, tiras cómicas de contraportada incluidas.
NO ME RAYES, NAGATORO (Ijiranaide Nagatoro-san) de NanashiEn estos tomos Nagatoro sigue siendo la reina del acoso y el senpai su objetivo favorito. En estos dos tomos de la serie, vemos cómo su relación continúa evolucionando a medida que Nagatoro sigue torturando a su senpai con sus bromas y juegos. Aunque puede parecer que la trama sigue un patrón repetitivo, el autor logra mantener la frescura y el interés en la historia con la introducción de nuevos personajes y situaciones.
Una de las principales adiciones a la serie es la aparición de la hermana mayor de Nagatoro. Esta nueva incorporación es capaz de poner en jaque a su hermana pequeña, ya que también es experta en el arte de intimidar. Su presencia añade una nueva capa de complejidad a la trama, ya que Nagatoro debe lidiar con los celos y la rivalidad con su hermana mayor.
Por otro lado, el protagonista también va ganando más confianza a medida que la serie avanza. En estos tomos, se atreve a preguntar el nombre de pila de Nagatoro, lo que marca un paso importante en su relación. Vemos cómo su personaje va evolucionando y ganando más presencia en la trama, pasando de ser una víctima de las bromas de Nagatoro a un personaje más atrevido y con más iniciativa.
Además, los personajes secundarios también continúan aportando ingredientes a las situaciones cómicas y alocadas que se muestran en la serie. En uno de los capítulos, todas las amigas de Nagatoro les ayudan en la maratón de la forma más loca que encuentran, lo que lleva a momentos hilarantes. También hay que destacar las bizarras apariciones de la "presidenta", un personaje cada vez más loco y exhibicionista que no deja de sorprender al lector.
En cuanto al apartado artístico, el dibujo sigue siendo muy característico y fácilmente reconocible. Nanashi-sensei logra plasmar con precisión las expresiones y gestos de los personajes, lo que ayuda a transmitir el humor y las emociones de la historia. Además, el diseño de personajes es muy acertado, y cada uno tiene una personalidad y una apariencia distintiva que los hace fácilmente identificables.
En resumen, los tomos 8 y 9 de Nagatoro continúan siendo una lectura divertida y entretenida. A pesar de seguir una trama recurrente, el autor logra mantener el interés del lector con la incorporación de nuevos personajes y situaciones cómicas. La relación entre Nagatoro y el senpai sigue siendo el centro de la historia, pero los personajes secundarios también tienen momentos brillantes que hacen que la lectura sea muy amena. Sin duda, es una serie recomendable para aquellos que buscan una comedia romántica con un toque de picardía.