En el Manga Barcelona 28 tuvo lugar la charla Mi juventud otaku. Este encuentro reunió a Nacho Fernández, Neus Teuler, Cels Piñol, Okada Rei y DAC que ejerció como moderador. Durante la conversación entre los cinco, se fueron proyectando varias diapositivas de dibujos de DAC que ilustraban escenas de la infancia y adolescencia de muchos otakus que se aficionaron al manga a través, en su mayoría, de los animes que emitían en televisión. Hablamos del antes y el durante del fenómeno que supuso Dragon Ball. Aunque esta obra tuvo su importancia, hubo otros referentes que marcaron a mucha gente y de los que no se suele hablar. Bajo este contexto, surgen algunas reflexiones entre los invitados. Nos ubicamos entre la década de los ochenta y los noventa del siglo pasado. Bienvenidos a la era analógica.
DAC, lleno de alegría por poder compartir su afición con el público, manda un afectuoso saludo a un asistente que conoce de toda la vida. Él es Jorge Hernández y su nombre lo menciona el artista en varias ocasiones. Fue su compañero de aficiones en el descubrimiento del cómic japonés. Tras esto, empieza un carrusel asombroso de diapositivas. La que da título a la charla está protagonizada por los protagonistas de Chicho terremoto, Dragon Ball, Musculman, Dragon Quest: las aventuras de Dai y D’Artacán y los tres mosqueperros. Estas obras fueron la base de la pasión por el manganime de DAC, según cuenta él. También destaca la importancia que tuvo en su momento Las aventuras de Tom Sawyer o Heidi.
En esta presentación de los primeros referentes de manganime, Neus Teuler remarca la importancia de Candy, Candy. Esta obra caló hondo en miles de espectadores. Era un culebrón de manual. Okara Rei añade que esta serie de animación japonesa la emitían por las tardes en La2. Después, todos coinciden en que en aquél entonces había muchos prejuicios si un niño o un chico consumían este tipo de productos. En esos años la masculinidad tóxica del macho alfa nos la inculcaban desde pequeños y, si veías animes como este, se burlaban de ti. Por suerte, este tipo de actitudes cada vez son menos comunes.
Del drama pasamos al surrealismo. Dr. Slump. DAC, fan acérrimo de Akira Toriyama, alaba las aventuras de Arale en Penguin Village. Esta historia de Toriyama es inclasificable, ya que aborda todos los géneros y rebosa de humor a raudales. DAC la reivindica como cultura catalana, lo cual es así. Teuler comenta que esta obra ha proliferado tanto que, hoy en día, se estudia en las escuelas de Bellas artes. Por otro lado, se destaca el hecho de que el mejor crossover de ficción lo hallamos en el episodio en el que Arale conoce a Son Goku. Tras esto, Okara Rei habla de que hay que recordar animes como La pequeña Polón. El resto de invitados coincide en que es una historia que no tiene que quedar en el olvido. Acto seguido, Teuler saca a colación otra obra clave. Se trata de Buda de Osamu Tezuka. Todo un referente. Sin dejar al dios del manga, los invitados recuerdan lo que disfrutaban viendo Choppy y la princesa.
Teuler alude a cómo desde Francia nos llegaban refritos de anime. A modo de ejemplo, recordemos que esta realidad en el imaginario colectivo es conocida entre muchos por el rebautizo de Piccolo como Petit-Coeur y, posteriormente, Cor Petit en catalán. Teuler y Cels Piñol mencionan series potentes que aún hoy siguen levantando pasiones como lo son Capitán Harlock y Mazinger Z. Como rasgo distintivo, comentan que las tramas avanzaban. Este hecho tan común hoy en día no era habitual en la época. Fugazmente, Piñol habla del programa que emitían en La1 conducido por Torrebruno. Él cantó temas icónicos como «Tigres, leones».
Al hilo de una diapositiva de Los caballeros del zodíaco, los invitados hablan de esta obra. Teuler destaca las armaduras y los personajes andróginos. En este sentido, DAC remarca lo revolucionario que supuso que en España llegara esta serie de animación porque incluía a personajes homosexuales que se convertían en referentes porque eran grandes guerreros. Hay que incidir en el hecho de que estas historias llegan a una sociedad que normalizaba que cierto humorista vendiera casetes mofándose de gays. Quizás, propuestas como Los caballeros del zodíaco despertara conciencias. A finales de los ochenta, nos encontramos con un panorama televisivo donde las cadenas autonómicas ofrecían más variedad de animación japonesa que RTVE o casos paradigmáticos como los inicios de Telecinco cuando emitía animes como Supergol o Chico Terremoto.
Al hablar de estos spokons y estos años, suena una sintonía inolvidable que todos los niños y niñas de entonces recordamos. La de Oliver y Benji. Fue increíble. Gracias a esta obra, llegaron mangas de deportes, de cocina, etc. De Oliver Atom se pasa a Son Goku. Los invitados empiezan a hablar de la Songokumanía. Aterrizan los noventa. Con este manga de Toriyama, nace el fenómeno de las fotocopia del Mercado de Sant Antoni de Barcelona. Cientos de personas se lucraban vendiendo fotocopias de Dragon Ball antes de que llegara el merchandising oficial. Teuler revela con orgullo que fue de las primeras personas que viajó a Japón y recopiló una libreta con fotocopias exclusivas que solo tenía ella. Consciente de su importancia, cuenta que mientras las vendía, como tanta gente, la arrestó la policía.
En esta historia surge un giro de guión inesperado. Tras esperar en comisaría un rato, se presenta ante ella Ignasi Moliner. Entablan amistad. Prosiguiendo con su relato, se desvela que los primeros pósters de Matutano de Dragon Ball proceden de su querida carpeta de fotocopias. Este es solo uno de los misterios que los invitados resuelven durante la sesión. Después, volvió a Japón y le regalaron un calendario protagonizado por Goku. Aun así, ella sentía pasión por Trunks. A renglón seguido, Nacho Fernández comparte con todos cómo se vivió la emisión de Dragon Ball en Euskadi. Tras esto, Piñol hace hincapié en la importancia que tuvo el libro The World de Akira Toriyama, siendo la primera obra especializada en Dragon Ball.
Después, DAC comenta animes clave de Telecinco como Spanky, Bola de Dan o Chicho Terremoto. Esta última serie, prosigue DAC, le inspiró para dibujar. Teuler coincide en que cuando se estrenó Chicho Terremoto tuvo una gran importancia. A su vez, ella recuerda ver Shin Chan en Japón durante los noventa y cómo le fascinó. Volvemos a DAC para aludir a otra serie de animación japonesa que el animó a dibujar. Dragon Ball. Muestra su versión para todos los públicos de la fotocopia titulada Allarga’t bastó. En este punto de la charla, se debate sobre la autoría de esta fotocopia tan llamativa. Piñol, para sorpresa de todos, revela que en los noventa coincidió con el autor de esta viñeta y que es solo una parte de un fanzine que nunca ha salido a la luz. La sorpresa es mayúscula cuando, además, nos revela su nombre. Dani. Uno de los grandes misterios relacionados con Dragon Ball en España sale a la luz.
Piñol cuenta más anécdotas protagonizadas por Son Goku. Cuando muchos fans vieron por primera vez en la serie roja de Planeta deAgostini a Goku en súper saiyan, se sorprendieron. En cambio, Piñol cuenta que en esa época viajó a Argentina y hubo una confusión con el planeta Namek que derivó en Vietnamek. El autor confiesa que desconoce cómo ocurrió aquello. Sin dejar este país, Teuler menciona que hubo una edición argentina de Dragon Fall de Nacho Fernández. En una era analógica supone un hito que un cómic humorístico sobre Dragon Ball traspase fronteras. Todo un logro.
Una vez concluidos los recuerdos sobre Goku, DAC muestra una diapositiva protagonizada por este personaje Ranma Saotome y Oliver Atom para hablar del primer merchandising propio que hubo en España sobre estas obras. En pocas palabras, fue muy creativo. Ante la ausencia de productos oficiales, nos conformábamos con estas piezas inspiradas en las originales. Después, todos hablan del gran hito de anime que causó furor. Akira. Todos coinciden en que nadie entendió nada de la película. Sin embargo, aquello es arte. Teuler añade que este film sentó las bases del anime actual. Sin dejar de recordar los noventa, se recalca el estereotipo de que manga es igual a sexo y violencia, lo cual no es cierto.
Entonces los invitados nos transportan a 1991. Se celebró una exposición sobre Dragon Ball y, por primera vez, Planeta DeAgostini publicó el manga en catalán y castellano. Piñol recuerda aquel evento vivamente porque, entre otros motivos, las fotocopias volaban. Más adelante, empezó el boom de revistas especializadas en manga españolas. Se dan como casos paradigmáticos Minami, Kame o Neko. No obstante, no todo fue shōnen. El shōjo aterrizó con fuerza gracias a Sailor Moon. Piñol comenta que empezaron a tener miles de lectoras debido a esta obra. DAC explica que él vio por primera vez este anime en la cama con fiebre. No quería perdérselo. Sobre esta obra de Naoko Takeuchi, Okada Rei comenta que bebe del Super Sentai.
Debido al éxito de Dragon Ball, en los anuncios televisivos de TV3 sobre la emisión de Dragon Quest: las aventuras de Dai se vendía como el nuevo Dragon Ball. Hubo cierta obsesión por hallar un sucesor de las aventuras de Goku. Sin dejar Dragon Quest, DAC nos muestra una diapositiva donde vemos a Crocodine de color verde en la edición de Planeta deAgostini de esta obra. Por otro lado, se incide en el que hecho de que el manga de Video girl Ai fue el primero que Norma Editorial publicó por completo. Esta práctica forma parte del funcionamiento de la editorial desde hace unos años. Al finalizar la obra más conocida de Toriyama, se cancelaron muchos proyectos. Fue un golpe duro para los fans y el sector.
Tras esto, DAC va pasando diapositivas y una de ellas resulta interesante porque las personas que no lo vivieron, es poco probable que lo entiendan. Se trata de los VHS de TDK u otras compañías. Estos se solían conseguir en la tienda de Cien pesetas del barrio. Es decir, los actuales bazares chinos. Debido a la abundante oferta de anime en televisión, muchas veces o emitían dos series al mismo tiempo o en horarios en los que no se podían ver. La solución para estos casos era usar una cinta virgen de VHS regrabable. El truco para doblar la duración era ponerle un celo en una parte del vídeo. Una vez conseguido este paso, se introducía la cinta, se programaba la grabación para ver el anime de turno y lo demás es historia. En los mismos establecimientos donde se compraban estos productos, se podía conseguir en los noventa merchandising made in China de obras de animación japonesa. Los personajes con colores distintos al original eran una de sus especialidades.
Si Sailor Moon trajo el shōjo a España, el anime La familia crece, que emitían por la tarde en La2, supuso el renacer de esta demografía. El resto de la charla se adentra más en los años noventa con menciones especiales a Slayers, Angel, Lady Oscar y termina con Pokémon. En todo momento se pudo ver cómo los cinco invitados disfrutaban compartiendo anécdotas, recomendaciones, vivencias e hitos de unos años en los que ser otaku era duro. Este encuentro se hizo demasiado corto. Ojalá en futuras ediciones del Manga Barcelona se aborden temas relacionados con el manga de entonces. Hay que seguir transmitiendo esas historias a las nuevas generaciones que no han convivido con lo analógico.