Japón tiene la mayor tasa de incidencias por ataques de Kaijus de todo el mundo. Los Kaijus irrumpen continuamente y sin piedad en las vidas cotidianas de la gente. Kafka Hibino, que siempre quiso ser un miembro de las Fuerzas de Defensa, actualmente trabaja como limpiador de cadáveres de Kaijus.
Sin embargo, un día, una misteriosa criatura convierte a Kafka en un Kaiju, y las Fuerzas de Defensa de Japón, encargados de derrotar a estos monstruos, le identificaron con el nombre clave de “Kaiju N.8”.
Kaiju no.8
En el mundo presentado en esta historia, Japón tiene las tasas de aparición de kaiju (monstruos gigantes) más altas del mundo, un problema que solo logra mantener controlado gracias a las Fuerzas de Defensa de Japón, una organización militar encargada de estos menesteres y cuyos miembros son venerados como los héroes de la nación.
Nuestro protagonista es Kafka Hibino, un hombre que en su infancia y tras un incidente kaiju hizo la solemne promesa con su amiga de la infancia Mina de convertirse en miembros de ese glorioso cuerpo y exterminar a los kaiju. Hasta aquí, una premisa que hemos visto a estas alturas en docenas de shonen, pero la diferencia la marca el hecho de que, mientras Mina se ha convertido en uno de los soldados más condecorados, Kafka ha terminado en sus 32 años como trabajador del cuerpo de limpieza de cadáveres kaiju después de múltiples exámenes de ingreso fallidos.
Sobre el papel Kaiju no. 8 es como la gran mayoría de las series shonen. El protagonista masculino desarrolla un poder que tiene que aprender a hacer suyo mientras se adapta a su nueva vida y salva a la gente. Si bien eso es esencialmente lo que hace Kafka, hay una diferencia significativa: Kafka tiene 32 años. Debido a su edad, su vida está casi grabada en piedra y lograr su sueño a stas alturas es bastante más complicado que para el habitual personaje adolescente.
De hecho, Kafka es un adulto cuyo trabajo diario le recuerda lo lejos que queda su sueño, mientras la promesa que le hizo a Mina, quién está teniendo éxito, le hunde aun más en la miseria.
Pero Kafka no es el único gran personaje de Kaiju No. 8. Vale, el hecho de que pueda convertirse en un kaiju lo vuelve irresistiblemente complejo, dado que su sueño es unirse al grupo de trabajo que mata a los kaiju. Pero el elenco de personajes que le rodean es simplemente genial, incluidas algunas mujeres fantásticas como Mina, capitana de la Tercera División, ó Kikoru Shinomiya, el prodigio asesino de kaiju. Si bien estos dos personajes son ya de por sí visualmente interesantes en lo que respecta a su diseño, su fuerza abrumadora las convierte en otros focos de la historia en tan solo unas páginas.
Pero por si esto fuera poco, este manga viene acompañado de una gran cantidad de acción continua y emocionante, un continuo desafío en cuanto a dibujo se refiere que Naoya Matsumoto es capaz de sortear sin mayores problemas, con viñetas dinámicas y unos diseños de kaiju que nos dejan simplemente fascinados.
Ya sea Kafka golpeando a un kaiju en plena cara o un arma destrozándolo, el resultado es simplemente espectacular.