Exposición Stranger Things

En el Movistar Center de Barcelona se celebra una exposición sobre Stranger Things del 19 d agosto al 1 de octubre. Es de entrada gratuita. Si uno pasea por los alrededores de Portal del Ángel, verá cada día una larga cola. Normalmente, va de la calle Fontanella hasta la calle Santa Anna. Las personas que conforman esta cola son fans de Stranger Things. Esperan para introducirse en una reproducción del Upside Down y del laboratorio de Hawkins. La muestra contiene spoilers de la cuarta temporada. No es recomendada para los que no llevan la serie al día. Aunque el recinto abre a las diez de la mañana, es normal que mucha gente haga cola desde las siete de la mañana, según nos han contado los trabajadores del evento. No es mala idea, ya que se suele estar entre cuatro y seis horas en la cola. Todos los días se da esta rareza. Tan llamativa es este conjunto de gente esperando que muchos peatones preguntan para qué están allí o se fotografían el fenómeno, como si fuera una atracción turística más. Así es Barcelona. Todo puede ser turístico.


Enfrente de la entrada, un empleado de Movistar agrupa a los visitantes y les da unas gafas 3D de las que tienen una lente roja y otra azul. Las necesitaremos más adelante. Después, toca esperar de nuevo. Mientras tanto, los miembros del grupo pueden hacerse fotos en la grieta hacia el Upside Down que se ha abierto en la puerta de entrada de Movistar Center. Hay que atravesarla con cuidado para que ninguno de los seres que moran este mundo oscuro note nuestra presencia. Entramos. Sobre las escaleras de la primera planta, vemos unas pantallas que reproducen un vídeo ambientado en la cuarta temporada de Stranger Things. Si lo vemos con las gafas 3D, tendremos una experiencia más inmersiva. Al final de las escaleras que dan acceso a la primera planta, una mujer vestida con un traje anti radiación nos da la bienvenida. Esto no es una exposición al uso. Es una instalación participativa donde varios miembros del laboratorio de Hawkins nos guiaran por las instalaciones. Durante el recorrido, los visitantes pasarán test para comprobar si poseen habilidades extrasensoriales como Eleven y sus hermanos y hermanas.

Tras la primera explicación, avanzamos hacia la izquierda donde nos espera un doctor. En esta sala los mayores de dieciocho años anotan sus datos en una tableta. El médico nos da una ficha sobre el test de aptitudes paranormales. Son tres pruebas: control lumínico, fuerza mental y levitación de objetos. Los miembros del grupo, que deben permanecer unidos durante todo el recorrido, pueden hacer fotos mientras esperan a que el científico los invite a entrar en la sala del primer test. Una vez dentro, otro doctor nos da la bienvenida. Este nuevo médico es más introvertido y meticuloso que el anterior. Nunca mira a nadie a los ojos. Tampoco quiere que la gente se le acerque mucho. Lo primero que nos indica es que le mostremos las encías del maxilar superior. Según él, el estado de esta parte del cuerpo puede determinar si un sujeto posee capacidades extrasensoriales o no. Sangrar por la nariz no es concluyente, apostilla el doctor. Él elige a un par de candidatos que se sientan en una silla. Con el poder de la mente, deben encender un circuito de bombillas igual que Eleven tuvo que hacer en su momento. Al finalizar la prueba, el científico decide quién es apto.


El segundo test transcurre en otra sala con una doctora. Este nuevo espacio  recuerda a la habitación con arcoíris donde los sujetos del laboratorio del doctor Brenner pasaban el tiempo o jugaban a ver quién poseía mejores habilidades psíquicas. La prueba consiste en que dos personas intenten mover una esfera metálica. Cada uno se sienta a un lado opuesto de la mesa. La clave, según la doctora, es la calma. La esfera se va moviendo. El que la consigue desplazar hasta el otro lado gana. Tras superar este experimento, se consigue el segundo apto. Solo falta un test más para entrar en el Upside Down.

Una nueva doctora nos da la bienvenida a las instalaciones de Hawkins. A su lado, hay un escritorio repleto de objetos: una taza, un helado de tarrina, un cubo de madera, papeles, un bolígrafo, etc. Ella nos señala que un voluntario deberá de hacer levitar con su mente uno de los objetos. Un par de miembros del grupo consiguen que el cubo de madera sobrevuele el escritorio unos centímetros. Una vez pasada esta prueba, se consigue el tercer apto. Ya podemos introducirnos en el Upside Down. De este mundo se ven tres espacios. La mansión Creel, una sala de juegos recreativos y una habitación con una reproducción de las bicicletas que usan Dustin, Mike, Will y Lucas. En esta parte del itinerario ya no tenemos guías. Cada persona va disfrutando de lo que ve. Sobre la mansión Creel, observamos objetos icónicos de esta casa como el temido reloj. Entre los videojuegos antiguos con los que podemos jugar, están Donkey Kong, Street Fighter II, Pac-man o Space invaders. Clásicos.


La exposición de Stranger Things es una experiencia imperdible para los fans de la serie. A pesar de las horas de cola, merece la pena la espera.