Volvemos a nuestros más locos años de juventud uniéndonos al alocado club de cine que nos presenta la editorial Ivrea gracias al manga Eizouken - ¡No te metas con el club de cine! Una obra de Sumito Oowara que ya lleva 4 tomos en publicación en nuestro país y 7 en Japón, al menos por ahora.
El formato en que nos llega se presenta igual que los originales nipones, en rústica con sobrecubiertas extraíbles y formato B6, incluyendo en su interior unas 200 páginas en blanco y negro. Para aquellos que se quieran hacer con estos dos primeros números, los tienen a la venta en librerías especializadas, tiendas de cómics y a través de la web de la editorial por 8.50€ cada uno.
El club de Cine desplegará sus alas fuera de los muros del instituto cuando su siguiente reto las lleve a la exposición y venta de productos artesanales COMET-A.
Porque el club no se sustenta solamente del aire y Kanamori, que utiliza las redes sociales para publicitar el proyecto, parece estar un tanto obsesionada con las cifras monetarias y el provecho que puedan sacar de estas.
Mientras tanto, Domeki se unirá a su equipo momentáneamente siendo el asistente de sonido del club, siendo Asakusa la que le proponga potenciar lo mejor de los dos mundos, el del sonido y el del cine, claro está. Y es que su nueva obra involucra una civilización submarina, armas del futuro, rayos calóricos, ovnis con forma de medusa... un poco de todo como siempre.
La siguiente aventura de este estrambótico club llegará en las vacaciones de invierno, cuando Asakusa y Mizusaki se vayan de vacaciones, encontrando en su destino la leyenda del tesoro Tanuki y con él una nueva y emocionante idea, el primer anime del club que contará la historia poco convencional de El dorado de los Tanukis. Aunque la verdad, ¿cuándo ha ideado esta chica algo convencional?
Nos aventuramos en las maravillosas mentes de estas tres creadoras con dos nuevos tomos que nos llevarán a lugares muy distintos, en el primero a la profundidad de la Atlántida, con sus máquinas, sus guerras y su venta de DVD en el festival de animación de ese mes. Una apuesta muy arriesgada, ya que es una actividad fuera del horario lectivo y desde luego el comité quizás no está del todo de acuerdo.
Mientras que en el segundo tomo que tenemos en nuestras manos, viajamos a un pueblecito en invierno, con unos Tanukis que servirán de inspiración para una historia que no tendrá nada que ver desde su inicio hasta su final, pero que les permitirá experimentar con diseños de culturas desconocidas, leyendas espaciales y una gran sorpresa final.
Desde luego, estas tres protagonistas no se cansan nunca de idear nuevas y fantásticas historias, mezclándolas con su día a día y sus problemas al ser un simple club de cine del instituto. Muy grandes ellas tres y sus nuevos compañeros.
Como era de esperar, el apartado artístico sigue siendo tan terrible como recordábamos de los anteriores tomos, aunque no es de extrañar teniendo en cuenta que incluso la adaptación animada se realizó mayormente con Flash. Pero es este estilo loco, feo y con perspectivas imposibles lo que hace de este manga algo digno de su lectura. Eso sí, puede resultar caótico si no se toma con calma y se pretende leer con prisas.
No sabemos cuantas más aventuras vivirán estas tres chicas con su pequeño club escolar, pero ya tenemos ganas de conocerlas más a fondo y saber si llegan, finalmente, a monetizar una afición que tantos buenos ratos les está haciendo pasar.