Yurukill: The Calumniation Games está protagonizado por Sengoku Shunju, un convicto acusado de asesinar a 21 personas al detonar unos explosivos en un edificio de apartamentos. Pero él asegura que, en realidad, es inocente y ha estado cumpliendo una larga condena sin ninguna forma viable de impugnar las acusaciones. Sin embargo, el statu quo aparentemente eterno de su vida se ve alterado por la llegada de Binko, una excéntrica enmascarada que forma parte de una organización que lleva a varios prisioneros a Yurukill Land.
Junto a él varios prisioneros fueron elegidos por la misteriosa organización de Binko para participar en unos juegos en esta isla / parque de atracciones macabro y tener la oportunidad de ser absueltos de todos sus cargos criminales. Sin embargo, junto a los prisioneros están los verdugos, que tienen la oportunidad de obtener un deseo al cooperar con sus prisioneros asignados, suponiendo que ganen. Además, los verdugos aparentemente no corren ningún peligro de muerte en comparación con los prisioneros y, como su nombre lo indica, tienen la capacidad de acabar con la vida de su(s) pareja(s) gracias a un collar de las mismas que les inyectará un veneno letal si lo desean.
Las actividades en las que cada equipo tiene que participar incluyen una especie de escape room con algunos puzzles sencillos de solucionar mediante os cuales van recibiendo detalles sobre el caso que implica la condena del acusado y su relación con el verdugo.
Por desgracia los acertijos planteados no suelen ser desafiantes ni estimulantes e incluyen un revelador sistema de pistas, lo que hace que queden bastante ensombrecidos frente al sistema de matamarcianos al que llegaremos más tarde.
Una vez superada la parte de escape room y acertijos llegamos tal y como comentábamos a el tema en el que, cambiando tangencialmente de genero, el acusado se monta en un sistema de realidad virtual para pilotar una nave a lo largo de un colorido escenario.
La dificultad de este apartado es bastante relativa, con los habituales ingredientes del género y permitiendo que incluso si uno no es experto en este tipo de juegos, se apañe para abrirse paso entre las mareas de enemigos. La dificultad se puede cambiar para adaptarse a jugadores más experimentados, por lo que todo este apartado se aborda de manera más fluida que en la parte de puzzles y enigmas.
Estas secuencias son entretenidas, aunque un poco demasiado breves en comparación con el tiempo de juego invertido. Durante estas pantallas iremos avanzando hasta que finalmente encontremos al boss final: el verdugo, que pilotando su propia nave nos hará frente.
Yurukill: The Calumniation Games es una fascinante aberración con un choque de géneros que no está tan bien implementado como podría estar, pero que se ha atrevido con algo realmente loco y que al final en definitiva, logra ser muy entretenido.