Review del comic Los buenos Veranos 6. Las Retamas de Zidrou y Jordi Lafebre - Norma Editorial

Review del comic Los buenos Veranos 6. Las Retamas de Zidrou y Jordi Lafebre - Norma Editorial

Con el calor y el bochorno sobre nuestras cabezas, hoy llegamos con un cómic de Norma Editorial que nos hará pasar el sofoco y recordar esos veranos de nuestra juventud, en los que todo se arreglaba con un buen viaje familiar. Como no, estamos hablando del sexto número de la obra creada por Zidrou y Jordi Lafebre, la divertida Los Buenos Veranos 6. Las retamas.

Review del comic Los buenos Veranos 6. Las Retamas de Zidrou y Jordi Lafebre - Norma Editorial

Este nuevo número mantiene el mismo formato que todos los anteriores, siendo este un cartoné de 23,5 x que reúne en su interior 56 páginas a color en las que disfrutar de un verano eterno, perfecto y único por solo 18 €. Para todos aquellos que se quieran hacer con este ejemplar, se encuentra a la venta en librerías, tiendas de cómics y a través de la web de la editorial.

Los buenos Veranos 6. Las Retamas 
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Es 1972 y, como cada año, la tribu Faldérault se dirige al sur. ¿Pierre no ha terminado su trabajo? No importa, completará las últimas páginas a orillas del Mediterráneo, podrían marcharse Mado y los niños solos, pero la figura paterna se niega a disfrutar de su ansiado verano, por lo que las páginas se podrán hacer in itinere.

Pero durante el trayecto, un accidente destroza la luna frontal de su 4L, y mientras el mecánico la repara, la familia tendrá que alojarse con dos mujeres encantadoras que regentan una granja; y no será precisamente durante solamente un día, sino prácticamente durante todo lo que dure el periodo vacacional.

Mientras Pierre acaba su obra y Mado, embarazada, ve crecer al bebé, los niños ayudan con los animales y aprenden algunos secretos de la vida. Como cuidar de las cabritas, donde comprar la mejor fruta, de donde viene el pavo que comen y sobre todo, que en el amor no importa ni el sexo, ni la edad, solamente la compañía.

Así pasarán un ajetreado verano en el que la inocencia infantil les hará a los mayores darse cuenta de que a palabras necias odios sordos, y ante todo, que la familia se hace con aquellos a los que más quieren.

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La mayoría de nosotros tenemos recuerdos que atesoramos con cariño sobre esas vacaciones que fueron realmente especiales, ya sea con la familia, la pareja o los amigos. En este caso, la familia Faldérault la recordará como ese verano en el que su madre duplicaba su tamaño, vivieron semanas entre animales de granja y aprendieron sobre el amor y los problemas de género.

Un tema muy en boca de todos que se incorpora sutilmente a esta historia, siendo perfectamente natural y conmovedor. Nos encanta como las dos mujeres viven su vida feliz y como los pequeños protagonistas de esta historia les hacen ver a ellas, y al propio lector, que a veces, por mucho que las cosas se tuerzan, solo hay que insistir hasta que se levantan de nuevo.

Una moraleja de lo más adecuada para ser contada por un niño, cuya inocencia es bueno, tan dulce como incómoda.
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En cuanto al apartado artístico, en este caso cambiamos la costa por la montaña y tenemos como telón de fondo las tiendas de campaña, una bonita granja y un pueblecito tan dulce como ácido con sus habitantes. Nos encanta poder ver a Mado superembarazada y no solo por la gran esfera que abulta en su estómago, sino también por el tamaño de los pechos y de las caderas. Esa es una forma tan realista como hermosa de mostrar a una embarazada.

Personalmente, este ha sido uno de los números que más me ha gustado hasta la fecha, porque la moraleja está, pero no es aplastante, los personajes se notan frescos y divertidos como siempre, pero el ambiente general es de tranquilidad y aprendizaje. Una maravilla de lectura veraniega, como siempre.